Change of course part 2

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Pensé en todo lo que me había pasado, en todas mis experiencias, mis algerías, mis llantos y mis traiciones.

Dejé caer la espada al suelo.
Me rendí. Iba a dejar que me matara. Lo cierto es que no estaba asustada porque no tenía nada que perder.

Miré al soldado a los ojos, esperando mi muerte, éste, lentamente alzó la espada para descargarla contra mi; ese movimiento se me antojó lento y tardío.

Por fin podría reencontrarme con mi familia.

La luna iluminó el claro y el soldado descargó la espada. Cerré los ojos. "Adiós"

- Sassenach.-  ¿Por qué no has gritado?

Abrí los ojos, ante mí estaba el sin nombre, su rostro estaba cubierto por sangre y la luna lo iluminaba de un siniestro modo, dándole una extraña y atractiva expresión salvaje. Sus ojos ya no parecía grises, sino verdes.

Sassenach. Me había llamado Sassenach. Esa palabra no era inglesa.
Pareció darse cuenta de eso y me llamó Milady.

-¿Estáis bien?- preguntó con un marcado acento que había mantenido oculto en las anteriores conversaciones.

No sabía cómo estaba.

-Sí, gracias. -mentí. Me miró en silencio y se sacó un pañuelo de la ropa.

-¿Me permitís? -dijo disimulando su acento.  Observé el confeccionado pañuelo.
-Sí.

Agachó su rostro hasta pinerlo a la altura del mío, levantó el pañuelo y suavemente me limpió la sangre de la cara.

Durante sólo unos instante hubo contacto visual, durante esos instantes dislumbré un brillo salvaje en sus ojos, un brillo que me hizo pensar que ocultaba algo. 

Se apartó bruscamente al oir su nombre.

- Soldado, Heughan. Vamos.

Se giró a mirar al coronel de la brigada y asintió. Éste se colgó el fusil a la espalda y marchó hacia los caballos. Estábamos en 1742; muchas cosas seguían como en la Edad Media, pero el uso de los fusiles había revolucionado la guerra y la armada. Ahora, pocos llevaban armaduras. La mayoría de soldados ingleses llevaban camisa y botas altas algunos, abrigos rojos.

Me cogió el brazo y me llevó hasta el claro dónde dormíamos.

- Me temo que hoy no vais a dormir. Nos vamos.

-¿Qué? Pero...

- Arriba Sasse- se detuvo.- Sube al caballo.

Me quedé mirándolo unos instantes, ¿Por qué se había detenido? Se subió a su caballo y al verme alejarme para buscar el mío me llamo.

- Lady Fraser, sus caballo está herido será mejor que suba aquí conmigo.

- ¿Qué le ha pasado a mi caballo?

- Si no sube se quedará ahí. - me dijo - vamos Lady Fraser, suba, es peligroso.

Extendió su mano para que la cogiera y subiera al caballo. El roce de su hombro contra mi espalda me hizo sentirme incómoda. Aquella era una postura muy personal.

- ¿Me permitís?- preguntó. Su aliento acarició mi cuello, un escalofrío recorrió mi cuerpo.

- Agarraos a la montura Milady, yo llevaré las riendas. 

Pasó su mano cerca de mi cintura y la otra la dejó en su sitio. Aquel gesto de caballería me hizo sonreír; se había dado cuenta de lo incómo que me podría resultar el hecho de que me rodeara la cintura con las dos manos así que solo lo hizo con una.

- ¿Listos?-preguntó algún soldado.

-¡Listos! -gritó él. Su grito me recordó a el grito de un rebelde, por alguna razón que desconocía. Algo en el tono de su voz me recordó a un grito de guerra.

Los caballos comenzaron a marchar en fila india, nostros íbamos los quintos.

El cielo estaba despejado y las estrellas iluminaban el camino hacia el castillo de mis tíos. Temía lo que pudiese ocurrir. Hacía tiempo que no los veía.

Jamás pensé que aquello me llevaría a donde ahora estoy.

Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now