Dinner

2.6K 254 45
                                    

Galopamos durante un largo rato, James había apartado sus manos de las riendas para no molestarme. Aquel gesto me gustó.
De pronto, le dio un toque al caballo para q galopara más rápido.
- Te importa si le hago ir más rápido?-me dijo. Pero lo cierto es que apenas le escuché.
-Qué?!- grité. De pronto, noté su tórax en mi hombro, su voz en mi cuello. Por un instante temblé.
- Si te molesta q le haga ir más rápido. Es muy veloz y parece , parece q vueles a veces, es casi como si pudieras ... Si pudieras ser libre... -me susurró al oído. Su cálida voz me quemó la oreja.
Lentamente asentí.
El caballo comenzó a ir cada vez más rápido, y el bello paisaje parecía bailar a nuestro alrededor, las montañas se movían y los árboles nos saludaban.
Parecía que volábamos.
Parecíamos libres.
Los cascos del caballos chocando contra la hierba se convirtieron en mi melodía.
Pareció alcanzar tanta velocidad que James se tuvo q agarrar de pronto a las riendas.
Fue un movimiento rápido, ágil y profesional.
Todo su cuerpo se apretó contra el mío.
Mi corazón se desbocó. Alcanzó una velocidad mayor que la del caballo.
Noté todo sobre mi espalda.
- Lo siento.- me susurró al oído, apartándose lentamente.
-No importa- dije girando mi cabeza para que pudiera oírme, mi mejilla rozó sus labios durante un segundo. Él apartó su rostro con rapidez.
-Perdón. - le dije.
-No importa me repitió.
Mi corazón seguía latiendo con fiereza.
- Tal vez, deberíamos volver.- me dijo. - Comienza el atardecer.
Tenía razón, los tonos anaranjados comenzaban a cubrir las laderas de las montañas poco a poco.
-Sí.- respondí.

Me bajó del caballo con rapidez.
- Gracias.- respondí, mirándole a los ojos. Ninguno apartó la vista durante un largo instante. -Debería. Debería irme. -susurré.
Él asintió.
Me giré para marcarme, pero agarró mi brazo y con delicadeza posó sus dedos sobre mi muñeca.
Mi pulso, que aún no se había calmado, se disparó.
Me estaba tomando el pulso. Lo sabía. Y quería que se detuviese, pero no podía controlarlo. Me maldije una y otra vez.
"Maldito Highlander"
Él sonrió con discreción, pero ya comenzaba a conocer sus gestos.
Le miré con intensidad y él alzó la vista, clavando sus verdes bosques en mi.
No tardó en soltarme.
Pero no apartó los ojos.
-Algo más?
Él se rió. En aquella sonrisa se reflejaron las montañas.
- Hasta Luego. - le dije.
-Hasta nunca .- me dijo. Me reí, y sin girarme comencé a caminar. Son girarme supe que él seguía mirándome.
Respiré hondo, dejando que el aire de la tierra se adentrase en mi.

*****

Caitlin llegó aquella misma noche. Estaba agotada.

Robert y yo salimos a recibirla de inmediato y ordenamos que le preparasen algo de comer.

- Os he echado de menos!- nos dijo mientras nos abrazaba.

- Nosotros a tí también. - respondimos Robert y yo.

- Si me disculpáis, voy a adecentarme.- dijo Robert. No esperó a que le contestásemos, se marchó sin más. No se me había escapado que algo le pasaba a mi primo, pero no me atrevía a preguntarle.

- Cenaremos mañana con Dane.

Caitlin intentó ocultar su sonrisa.

- Qué tramas prima?- le pregunté.

- Nada.



****

En efecto, la tarde siguiente, un carruaje vino a recogernos a Caitlin y a mí. A Robert no pareció molestarle en absoluto.

Caitlin llevaba un vestido de tonos rosados, el mío era ajustado y blanco. En la cabeza llevaba una pequeña corona de flores verde, de mi madre.
Al bajar al suelo, me maravillé ante el castillo del Duque.
Era realmente impressionante.
No era El mas grande pero sí de los más bonitos. La vegetación chocaba contra los muros con aprecio y se mezclaba entre las piedras con suma perfección.
-Vaya. -Dijo Caitlin.
-Es precioso. -terminé yo.
Mientras paseaba mis ojos por la fachada de piedra gris, mis ojos se encontraron con los de James, que brillaban desde la otra punta del patio.
Él highlander estaba apoyados con las piernas y brazos cruzados en una de las columnas de madera del porche que cubría la entrada.

Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now