La tierra conoce tu nombre

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James la estuvo mirando durante unos largos instantes. Descubrió así sus dulces y salvajes faciones además de una pequeña cicatriz en la mejilla. Contempló su cuello blanco, su forma, una forma hermosa que pedía a gritos ser besasda. Y Observó cómo sus rizos se convertían en simples ondulaciones en su castaño pelo y caía sobre sus hombros y espalda.

Por alguna razón no podía apartar la mirada de la joven inglesa.

En su mente danzaban numerosas preguntas.

¿Qué es lo que tiene que te atrae y te reple tanto?

¿ Por qué estará aquí?

¿ Por qué los asesinos de su familia eran franceses? ¿ Qué pintaba aquel dichoso Redcoat del demonio en todo aquello?

Y la pregunta que más le quemaba:

¿Por qué estaba él ahí sentado, junto a ella?


Ella, consciente, de los inquisidores ojos de él recorriendo su rostro, se giró a mirarlo.

La joven calvó aquellos ojos verdes en él durante unos segundos. Durante unos segundos, algo sucedió entre ellos.

Pero al instnte de la mirada, intensa y profunda ella dijo:

- ¿Se puede saber qué estás mirando?

- A ti.- respondió él con sinceridad, apartando la mirada. Ella se quedó clavada en el sitio, con el corazón desbocado. ¿Cómo podía ser tan descarado?- pero tranquila, ya me voy. No quiero agobiarte, Sassenach.- dijo él con una salvaje media sonrisa que se incrementó al decir la palabrita que tanto la sacaba de quicio.
Dichoso Higlander.
La ponía nerviosa en múltiples sentidos. Pero lo peor de todo, es que le comenzaba a agradar la manera en la que pronunciaba la palabra, le comenzaba a agradar que de repente se comportara con descaro. Un descaro bastante irresistible, a los ojos de cualquiera. Lo que la quemaba era que aquella mirada descarada y airdiente, le gustaba.

- Como quieras, Highlander.- siseó.

Él hizo una reverencia, sólo para fastidarla.

- Milady. - dijo él mientras se enderezaba.- Cuidado con los Highlanders, Sassenach.- le advirtió mientras se marchaba. - podemos ser un poco salvajes.- dijo con sarcasmo.

- Maldita sea! Siempre tienes que decir la última palabra verdad? Y siempre tiene que ser un puñetero misterio!-le contestó ella.

Él sonrió.
Estaba de espaldas, pero ella sabía que había sonreido y eso le sacó más de quicio.

- Hasta nunca.- contestó él, ya en el fondo del pasillo, diciendo así la última palabra.

-Uggg.- dijo ella levantándose. - me saca de quicio!

"Hasta nunca"- repitió ella en su cabeza. 


****

Cuando Robert regresó al castillo, Aylin aún no había vuelto. Comenzó a preocuparse por ella, pero el beso le distraía.

- Maldita sea Robert. ¿Qué has hecho?

****

(Aylin)

Las puertas del salón se abrieron de pronto y yo no me moví.

Observé a todos los highlanders salir de aquel salón con cierto temor. La mayoría llevaban armas y kilt, sólo un par llevaban pantalones. Uno se detuvo a mirarme durante unos instantes.

Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now