Change of Curse part 1

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Lo único q reconocí fueron sus ojos Grises.
Me miraba con cautela, asegurándose de mi silencio.
Tras estar seguro, contempló el claro.
Justo cuando me acercaba un poco más a él, saltó.
Se lanzó sobre una oscura sombra .
En la penumbra divisé dos espadas.
El grito del acero al chocar despertó a los soldados.
El sin nombre se movía con agilidad pero el contrincante era demasiado ligero.
Los golpes de ambos eran perfectos.
El atacante tenía un puñal en la pernera.
El sin nombre luchaba con una fuerza y valentía admirables, no parecía cansarse.
Un segundo hombre saltó sobre el sin nombre. Lo derribó de una.
Un gemido retumbó en el claro.
El resto de los Caballeros estaban ya en pie y defendiéndose.
El sin nombre luchaba con fiereza desde el suelo.
Le lanzó una estocada al segundo hombre y agarró al segundo de la pierna, tirándolo al suelo. Ya ambos en el suelo, se revolcaban, intentando clavarse la espada el uno as otro.

Yo permanecí quieta.
Contemplando la escena.
Todo parecía demasiado real para ser un sueño.
Adan corrió hacia el sin nombre.
Gritó su nombre.
Alaster.

Godfrey me agarró del brazo y me llevó lejos del claro.
Me agarró gentilmente y me dejo frente a un árbol.
- Quedaos aquí.
Le miré de soslayo y lentamente asentí.

Como si tuviera pensado ir a algún sitio...

Intenté obedecer. Lo juro, pero me fue imposible.
A mi lado yacía un soldado muerto, espada en mano. Parecía tranquilo. De algún modo le envidiaba.
En aquel momento un encapuchado ( muy grande a mi mención)
Se dirigía hacia mi. Corría hacia mi. Devoraba el camino a zancazos.
Venía a por mi.
Las espadas chocando unas contra otras creaban un ruido horrible.
Busque a Godfrey con la mirada, pero él estaba demasiado ocupado como para socorrerme.
Su mirada hambrienta me petrificó. Lanzó una Rápida estocada q no pude parar pero si esquivar. Me agache y me escapé por debajo de el .
Antes de que se terminara de dar la vuelta, rodé por el suelo y blandí la espada del muerto y la cargué contra él.
El encapuchado paró el golpe, y me golpeó con fuerza en el costado.
Grité.
Pero aprovechando su mala opinión de mi. (Sin duda bien infundada)
Le sorprendí devolviéndole el golpe.
Le rocé la pierna . Gimió levemente. Me miró como un perro rabioso.
Aquello no había sido una gran idea.
En respuesta, comenzó a descargar estocadas fuertes y brutales que esquivaba y paraba con cierta dificultad mientras gritaba como una niña. Su mirada de demente se clavaba en mi. No podía respirar. La espada pesaba demasiado y además estaba herida. Era un hombre muy entrenado.
Con cada estocada retrocedía un paso.
Iba a morir ahí.
Me acorraló.
Intente girar sobre mí misma. Pero estaba rodeada de una frondosa mata de árboles. Escapar sería un suicidio y quedarse, sería aún peor.

(Para María:)

Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now