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- ¿Un regalo?- pregunto mirando la cajita en mi tocador.

- Si- responde el perezoso erizo que aún no se digna a levantarse de la cama- Te he comprado un pequeño presente.

- ¿Qué es está vez?- pregunto curiosa, al no recibir respuesta, ruedo los ojos para concentrarme en la pequeña caja, le quito el listón blanco marfil, tomo la tapa de la caja y la retiro, abro los ojos con sorpresa al encontrarme con un par de brazaletes gemelos, de los que solía usar mucho hace tiempo, los observó con detenimiento, los saco de la caja- ¿Quieres recuperar viejos tiempos?- pregunto divertida.

- ¿Ya notaste algo en esos brazaletes?- pregunta con seriedad ignorando mi pregunta, vuelvo a mirarnos, paso mis manos por el contorno, una superficie algo rugosa llama mi atención, la observo con atención, sonrío al notar una figura grabada en ellos, una rosa, junto a lo que parece una pluma, al imaginarme sus colores me imagino la rosa de un color rojo carmesí y la pluma, con los tonos oscuros, más exacto un negro.

- Son muy hermosos- sus brazos me rodean de repente, besa mi cabeza.

- Sabía que te gustarían- dice bastante serio, como si algo lo molestara, toma mis manos y los brazaletes, hace pasar mis manos por la abertura, dejándolos en su lugar correspondiente, en mi muñeca- Quiero que los uses todo el tiempo, incluso para dormir- dice acomodando su rostro sobre el hueco entre mi hombro y cuello- Te aseguro que no van a incomodarte.

- ¿Por qué el repentino interés en un obsequio?- vuelvo a preguntar- No es que no me guste recibir regalos dirigidos por mi esposo- aclaro para no molestarlo- Siempre me impresionas.

- Para mi mala suerte tuve que postergar mi luna de miel por mi propio hijo o hija- habla con tono de reproche- Tengo que esperar otros meses para estar satisfecho y quise consentirte un poco- besa ligeramente mi clavícula- Te lo mereces pequeña.

- Gracias Shad- agradezco con un ligero rubor en mis mejillas, cierro los ojos un momento, disfrutando de su abrazo y mimos, quizás deba devolverle el presente, aun falta para la fecha establecida por mi familia para su cumpleaños, así que tendré que improvisar un poco.

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- Haber- menciona el de ojos esmeraldas- Déjame ver si te entendí bien- lo miro con molestia, ¿Cómo se puede ser tan idiota?- ¿Lo hiciste con tu mujer estando en ese estado?- tomo el cubierto a mi lado y lo lanzo, una herida algo profunda comienza a sangrar en su mejilla.

- Cierra la boca estúpido- demando furioso.

- Tras evaluar el estado de salud de Amelia decidiste ponerle un sello más fuerte- habla la ojimiel mirando con aburrición su copa vacía- De paso también amenazaste a Egg.man, para que rediseñara tus brazaletes e hiciera unos para la princesa, demasiados cuidados, ¿No lo crees?

- Lo hago por el bienestar de ambos- recuesto mi espada en el mueble, por algún motivo, los sillones de esta eriza son demasiado cómodos- No lo entenderías.

- Poco lo entiendo, pero no quiere decir que no lo entienda del todo- dice- ¿Por qué lo trajiste?

- Yo no lo traje porque fuera parte de mis deseos, nos encontramos, me siguió y aquí estamos- explico mi breve historia.

- ¿Qué voy a hacer contigo?- pregunta melodramática.

- Guarda silencio que no eres mi madre- digo sonriendo con malicia. La puerta se abre de un portazo, dejando ver dos erizos, una mujer y un hombre.

- ¡Iba a detenerla lo juro!- se excusa el erizo hurano, la eriza entra y comienza a señalar a la castaña.

- Me arrepiento de darle una copia de las llaves de mi casa.

Pequeñas mentiras grandes verdades (Shadamy)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt