Capitulo 62

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Una suave brisa entro por la ventana haciendo que mi cuerpo se estremeciera, mis parpados se fueron abriendo despacio, las cortinas blancas de nuestra habitación se movían al compás de la brisa que empezaba a ser más fría, ya casi el verano estaba llegando a su fin. Me moví en mi lado de la cama y me encontré abrazada a una de las almohadas, recorrí con mi mirada todo el cuarto, estaba todo impecable como siempre lo dejaba la empleada después de hacer limpieza general. Me senté sobre la cama, la cual estaba toda desordenada, sonreí al recordar porque motivo estaba así, pero... ¿Dónde estaba Donghae? La puerta del baño estaba abierta y no se escuchaban ruidos, eso significaba que él no estaba allí, la puerta de la habitación estaba cerrada, parecía que lo de anoche hubiera sido un sueño, una simple fantasía, pero no era ese el caso... llevaba puesta la camisa de Donghae, tome las solapas de su prenda aspirando su perfume que aún estaba impregnada en ella, cerré mis ojos recordando todo lo que él me hacía sentir, abrí mis ojos queriendo estar de nuevo junto a él y afirmar que todo lo que dijo anoche era 100% real, anhelaba volver a sentirlo junto a mi acariciando mi mejilla, mordiendo mis labios y rozando mis piernas con su entrepierna haciéndolo sentir desesperado.

Me levante de la cama buscando mi ropa, era extraño, mi ropa no estaba, tampoco la de él, me pregunto si él ya se habría ido a trabajar, si así fue ¿por qué no se despidió de mí? me acerque a la ventana, tal vez su auto estaba saliendo y yo sin saberlo...

— Arruinaste la sorpresa...—di la vuelta de inmediato al escuchar su voz, Donghae estaba parado en el marco de la puerta sosteniendo una bandeja con el desayuno—

— Donghae...—una sonrisa apareció en mis labios al verlo aun aquí conmigo, mordí mis labios al ver que solo llevaba puesto una pantalón gris suelto que caía por sus caderas y no llevaba remera—

— Buen día...—dejo la bandeja sobre la cama y fue hasta donde yo estaba—¿cómo amaneciste hermosa?—me sujeto de mi cintura levantándome del piso, rodee su cuello con mis manos—

— Muy bien...—mordí su labio inferior con desesperación—te extrañe... me dejaste sola...—puse carita triste como a él tanto le gustaba—

— Sabes que eso me enciende...—apretó mis glúteos por encima de su camisa—harás que te haga mía y olvidemos el desayuno...—sonreí acariciando su cabello—

— ¡Wow! ¿Tu hiciste todo esto?—Donghae me dejo sobre el piso nuevamente, agarro mi mano y me llevo hasta la cama—

— Si... lo prepare yo mismo para ti... ¿tienes hambre?

— Mmm... si mucha...—humedecí mis labios viendo todas las cosas deliciosas que había sobre la bandeja—se ve todo tan rico...

— Pues acostúmbrate...—rodeo mi cintura desde atrás con su brazos—así serán todas tus mañanas... nuestras mañanas solos tu y yo...—dio un beso en mi mejilla, apreté sus brazos con los míos para que no se apartara—

— Me será muy fácil acostumbrarme...—me voltee quedado de frente con el—eres tan lindo...

— Tu eres hermosa... ven prueba el desayuno—hizo que me sentara sobre la cama igual que él. Unto una tostada con mermelada de frutilla y me la ofreció—

— Gracias...—él sonrió y tomo de su café—

Cuando terminamos de desayunar estire mis brazos sintiéndome satisfecha, mi cuerpo comenzó a doler, hice una mueca algo adolorida—

— ¿Que tienes?—se apresuró a preguntar dejando de lado su vaso de jugo—

— No es nada...—me eche a reír, él se preocupaba demasiado por nada—estoy un poco agotada y sin fuerzas por...—agache mi mirada sonrojándome—

Amor en una mentiraWhere stories live. Discover now