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Thiago:

La carretera estaba tranquila. A pesar de que era temporada de turistas. Todo el mundo estaba loco por llegar a destino. 

Intente hablar con Anna pero estaba tan molesta que no quise alterarla más. Necesitaba hacerle saber que no me molesta en lo absoluto que sea desatrosa con Toto. Estamos en una etapa de aprendizaje. Y es mejor equivocarnos ahora que cuando tengamos a nuestros hijos. Ella fue la de la idea de adoptar a un cachorro. Pero yo estuve ahí para apoyarla. Y soy tan responsable de nuestro pequeño como ella.

Hace aproximadamente una hora habíamos llegado a la cabaña donde nos quedaremos estas mini vacaciones.
Era una casa bastante equipada y rústica. Contaba con cinco habitaciones con baños privados, camas matrimoniales, y bien equipadas, televisor y aireacondicionado. La sala contaba con sillones y un televisor que parecía un cine, dvd, play station y todo ese tipo de cosas. La cocina y el comedor eran un lujo. Y una hermosa vista a las sierras. Estábamos rodeados por montañas. Eso era completamente hermoso.

Mis hermanos y yo habíamos bajado todo el equipaje. Ellas se habían encargado de buscar algo para comer.

Cuando llegue a la cocina comedor vi a Mika terminar de preparar la mesa, a Karolth renegar con Thomas porque no la dejaba llevar la olla de comida. Y Theo terminando de preparar el jugo. Estaba impaciente mirando para todos lados ya que Anna no se encontraba por ningún lado de la casa.

-Si buscas a tu peor es nada. - alce mis cejas y mi vista se poso en la pequeña de la casa. -Esta fuera disfrutando de aire libre. ¿Que le ocurrió que tiene un humor de perros?

Me encogi de hombros. En realidad no sabían que era lo había pasado. Todo fue en una fracción de segundos. Sabía que Estaba sensible y le cuesta adaptarse a la idea de cuidar de alguien más.

-Es una crisis post- adopción. - susurró. Y asenti.

Entonces ella se apoyo a mi lado. Me miro de reojo y suspiro cansado brota de mis labios.

-A ver... - dice y se que ella o mi otra cuñada son las personas correctas para hablar de esto. Ellas la conocen mejor que a nadie. -Se dulce, cariñoso y paciente. Sino me equivoco esta en sus días. - sonreí. Adoraba cuando ella estaba en sus días de cambio. Era terriblemente tierna,  extremadamente sensible y paranoica. Como no lo supuse antes. -Sólo no le lleves la contraria.

Sonrei y me dirigí a la puerta. Antes de salir, me gire y le di un tierno y cálido abrazo a mi mejor amiga. -Eres lo más.

-¡Hey! - la voz de mi hermano me trajo a la realidad. Y que me había sumido en su abrazo. Ella ponía las cosas bien entra Anna y yo. Ella era una parte escencial en mis días. Es mi mejor amiga. -Baboso deja a mi chica en paz.

-¡Pudrete! - le hice una señal obsena. Y el me miro de reojo.
-¡Es mi mejor amiga! ¡Estúpido!

El no dijo nada. Sólo largo una risotada que no duro ni unos minutos ya que Mika lo estaba espantado con el repasador. Negué con la cabeza. Bien merecido se lo tiene. ¡Idiota!

Ella me alzó los pulgares. Y antes de salir me volvió a llamar. La mire confundido.

-Dale chocolates. Hablale dulce y despacio. - sonreí. Ella siempre sabía lo que a mi amada le hacia falta. -No la contradigas. - hizo enfasis en eso. -Por lo que más quieras.

-Gracias. - bese su mejilla. - Eres la mejor del mundo mundial.

Ahora si me encamine a la galeria.  Con todas las cosas que Mika me había dado.

Debo confesar que estoy asustado hasta la médula. Anna es un poco especial cuando su periodo la atraviesa. Pero todos los meses son diferentes. Como si se tratase de algo temático. Por meses esta agresiva, otros muy activa que no siente dolor. Y otros meses como este, extremadamente sensible. Y me gusta acompañarla en todos y cada unos de sus hermosos cambios de humor.

Ella estaba sentada en la hamaca paraguaya que estaba en las columnas de la galeria. Toto estaba en su abdomen. Una cubrecamas los envolvía. Ya que se sentía bastante fresco. El cielo estaba totalmente despejado de nubes, y las estrellas se podían observar en todo si esplendor. La Luna estaba llena y demasiado cerca.  El silencio de la noche se podía oir, los grillos y las luciérnagas andaban por el campo. Pude sentir el olor a pasto, aire puro de montaña.

Ella ni se percató de mi presencia. Seguía mirando había el cielo, con la mano acariciando las orejas del cachorro. La escuche suspirar. Y me acomode a su lado. Ella no se movio, se hizo la desinteresada. Pero sabía que en el fondo ella quería esto. Quería que sea yo quien de el primer paso luego de esa pequeña diferencia. No me gusta estar alejado de ella. Porque siento que un segundo perdido no lonrecupersre jamás. Y es por eso que no peleó tanto con ella. Aunque mi parte malévola me dice que la haga renegar y enojar. Amo su maldito carácter efusivo, explosivo y detonante.

-¿Me haces lugar? - susurre. Ella intento hacerse la dura pero se moria de ganas porque la abrace. Tenía la maldita necesidad de tenerla en mis brazos y asegurarle que todo el maldito mundo se podía ir al caño. Que no me importa absolutamente nada si ella no esta a mi lado para poder compartirlo. Para poder verla todos los días con su humor vespertino. Estoy locamente enamorado de ella. Y necesito hacérselo sabe cada día, cada hora, cada segundo.

Muestro la barra de chocolates que tengo en la mano y se ablanda un poco. Pero no termina por ceder. Es dura. Más terca que una mula. Pero aún así la amo con todas las fuerzas de mi ser.

Intenta agarrar el paquete pero se lo quito justo a tiempo. Entonces recurro al truco más viejo que conozco. Chantaje.

La escucho soltar un pequeño bufido. -Dame lugar y la barra será comolamente tuya.

Parece pensarlo una eternidad. Y a los pocos segundos sede. Me acomodo detrás de ella. Mis piernas rodean su cintura y se acomoda entren ellas. Su cabeza se apoya en mi tórax e intenta quitarme la barra de chocolate con mani.

-No tan rápido. - susurró. Y ella me mira de reojo. -Te doy un dulce, lo mínimo que puedes darme es un beso. - ella estira su pico y parece meditarlo. -Feliz semana de la dulzura amor.

Es una tradición completamente Argentina. Y se que a ella le encanta esto. Ama el chocolate y lo dulce. Así que estoy en buena ventaja.

Una tradición que se lleva a cabo del 1 al 7 de julio; es una oportunidad para dar o recibir un beso. Una golosina por una beso.

-Es chantaje. - se queja.

-Un bon o bom...- estiró el otro paquete de la famosa golosina. -Y a cambio un beso. No es chantaje es un trato bastante justo.

Sonrió con suficiencia. Ella parece meditarlo por un tiempo bastante largo. Entonces cuando me doy cuenta de que no quiero estar mal con ella. Es todo lo que necesito para sobrevivir. Es mi todo y estoy dispuesto a hacérselo saber.

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Holaaa holaaa holaaa...

Espero les haya gustado. Nos leemos prontito. Besos mil vale.

FELIZ SEMANA DE LA DULZURA. 🍫🍬🍭🍦🍨🍧🍪🍩🍞🍰🎂

Locuras Contigo -Editando-Where stories live. Discover now