17

276 25 10
                                    

Maratón 1/3

~Thiago~

Salí corriendo de su habitación.

¿Pero que demonios fue eso?

No niego que me tiene loco.

Pero esta forma en la que me estoy comportando con ella me tiene mal. Las manos me temblaban con desesperación. No encontraba explicación para esto.

Jamás me había sentido así.

Pense en regresar al club e intentar comportarme como el gran pendejo que era. Pero no podia, me quede en la sala de la casa bebiendo una botella de vodka.

Después de besar a Anna y casi acostarnos, me dedique a tomar como estúpido para olvidar ese beso tan increíble, sus caricias y su cuerpo. Recordar sus labios llenos de deseo, la desesperación de sus gritos pidiendo más. Su aroma.

¡Mierda! pero que estúpido.

Desperté con un dolor de cabeza infernal y me di cuenta que estaba tirado en el pasillo frente a la habitación de Anna.

Me debatí en mi cabeza tocar la puerta para ver si estaba todo bien, y la puerta se abrió.

Se quedo parada con los ojos muy abiertos. Me quedé hipnotizado, esta mujer era demasiado hermosa. Su cabello atado en una cola revuelta, rastros del maquillaje y en camison marcaba sus pechos. Sus increíbles pechos.

Fantástico. Sino queria pensar en lo que casi ocurrió anoche, esto lo remataba. No tenia sostén.

¡Maldita sea mi suerte!

- Mi cara esta aquí... -murmuro poniendo sus brazos bajo sus pechos.

Maldita sea. Debía dejar de verla de esta manera o creería que soy un pervertido.

-¿Anna? - pregunte viéndola de pies a cabeza.

Algo cambio en la forma en como la veía y esto no era para nada bueno.

Debía alejarme de ella. No quiero lastimarla.

Me había prometido no enamorarme, pero ella. Ella rompe todos mis esquemas. Cuanto mas quiero alejarme más me atrae. Maldita sea. Es como la más poderosas de las drogas.

- ¿Dormiste allí? -pregunto sorprendida.

-Si... - puse las manos en mi cabeza. -Perdón por lo de anoche.

-¿Qué? - cruzo sus brazos y me miro enfurecida. - Olvídalo.

Dando media vuelta cerro la puerta en mis narices dejándome sentado en el suelo frente a la puerta.

-¿Qué demonios?

Sentí la risa de mis hermanos.

-¡Mierda Thiago!- se quejo Thomas. Y me encogí de hombros. -Tu si que sabes como hacer enojar a una mujer.

-Vamos a la habitación... - Theo me ayudó a levantarme.

Necesitaba ir a la habitación y tirarme a dormir las horas que restaban. Hacia demasiado calor, aunque estaba seguro que era por la resaca que cargába.

-Te paraste aquí a lloriquearle a Anna, exigiendo que abriera la puerta. Quisimos llevarte a tu habitación pero, te negabas, te desmayaste, y nosotros no teníamos mucha fuerza.

-¿Me dejaron allí?

Me quede estático en el medio del pasillo para ver a mis hermanos a los ojos.

-Si, parecias muerto.

-¡Que buenos hermanos!

Soltaron una carcajada. Sobando mi cabeza con desesperación. Los seguí dentro de la habitación de Theo. Todo estaba en orden como siempre. Si algo tenía mi hermano era que todo estaba en su lugar. Todo lo contrario a mi, mi habitación era un desastre, al igual que mi vida.

Locuras Contigo -Editando-Where stories live. Discover now