Locuras Contigo -Editando-

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~Anna~

Llegamos al salón donde se llevaría a cabo la fiesta aniversario , era un lugar muy elegante -DEMASIADO- los demás se encontraban dispersos por el lugar disfrutando de la fiesta, pero había una persona que no despegaba la mirada de mi y del chico que se encontraba a mi lado, una señora nos miraba, me miraba muy cautelosa.  me gire para preguntarle a Thiago quien era ella pero se me perdio de vista.

Distinguí a mi mama quien estaba con esa señora muy elegante por cierto, me acerque a ellas.

- ¡Hola Mama!- murmure abrazándola.

-Hola preciosa ¿como has estado?- dejo un beso en mi frente. -¿Que tal tu viaje?

-Muy bien - mire a la mujer que se encontraba con ella - Buenas noches, Anna Martínez - estire mi mano.

-Buenas noches Anna- correspondió mi saludo - Patricia James.

-¿James? Usted es la mama de... - me quede en silencio, ahora noto el parecido que hay entre ella y sus hijos.

-Si, Anna ella es mi madre - saludo con un sonoro beso y un cálido abrazo a su madre, ella soltó una risita y me enternecí ante esa bonita escena, se notaba que su madre era muy importante.

-Que bueno que sean amigos - dijeron nuestras madres juntas, ¿amigos? reprimí una risa.

***

La noche paso sin percances, me encontraba bailando con mis amigas y tomando sin control, hasta que sentí la necesidad de eliminar todo el líquido ingerido, camine con precaución al tocador y cuando salí de este vi a Thiago.

-Pensé que eras más recatada, Anna.- comencé a caminar ignorando su estúpido comentario.

-Mimada. - insistió. Todo por que vio como me trata mi padre, decide llamarme así.

-Idiota.

-Preciosa.

-Tonto. - masculle enojada.

-Te ves jodidamente sexy cuando te enojas.

Me detuve en seco y soltó una carcajada. Lo mire fulminante y camino sigiloso hacía mi. Di un paso atrás mientras el daba uno hacía mi. Me topé con la pared y me acorralo sus manos a la altura de mi cabeza, sus ojos miel estaban intensos, su respiración era rápida al igual que la mía, mi cuerpo temblaba.

-¿Pue..puedes alejarte?

Hable como pude, negó con la cabeza. Cerré los ojos por un momento, intentando mis ganas de golpearlo.

-Mimada. - susurro en mi oído.

-Estúpido.

-Bella.

-Cállate.

-Cállate tu- retruco.

-Yo lo pedí primero así que cállate.

-No vas a obligarme, cállate o te callo. -Alzó sus cejas y una sonrisa perversa apareció en su rostro.

-Obligame.

Me quede en silencio y me golpee mentalmente, las palabras salieron solas de mi boca.
Su mano acarició mis labios, cerré los ojos ante su tacto, se acercó sentí su aliento cerca, muy cerca.

Sus labios rozaron la curva de mi mejilla, y me puse rígida en sus brazos. Mi corazón estaba enorme de entusiasmo y de otro tipo de emoción. ¿Miedo? ¿Era eso lo que probé en la parte posterior de mi garganta? Había salido de la nada, crudo y potente. La mezcla de los dos, la necesidad de permanecer donde estaba y de alejarme, estaba consumiéndome.