Locuras Contigo -Editando-

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~Anna~

Después de una hora más de viaje gracias a que el gps de la camioneta no indicará la entrada a la ciudad y luego de atravesar el centro demasiado concurrido por fin llegamos a nuestro destino. Luego de ese pequeño cruce de palabras donde peleábamos por cual era la entrada nadie dijo más nada.

Aparco la camioneta detrás de la otra y baje. Mika y Theo nos esperaban en la entrada al parque. Era un lugar muy bonito.

- Hasta que por fin llegan.

-Agradezcan al conductor. - baje de la camioneta. - Por fin llegamos.

- ¿Que les paso?

-Nos perdimos... - mire fulminante a Thiago.

Los demás empezaron a descargar las cosas de la camioneta. Y me miraba serio.

"Dios te pido paciencia, porque si me das fuerzas. Lo mato."

- ¿Piensas quedarte allí toda la tarde? -Alce mis cejas y vi que venía con las maletas de nosotros. -No piensas ayudarme.

-Si. Para eso estas tu. - solté una carcajada, me miro con cara de pocos amigos y le saque la lengua.

"Si ya se muy maduro de mi parte"

- Ya te ayudó, estaba pensando.

-Y no puedes pensar y hacer algo al mismo tiempo. ¿O es mucho pedir?

Tome una bocanada de aire y camine a la camioneta para tomar mis cosas. Mientras se quejaba de que había traído demasiado.

-Niños dejen de pelear. - sonreí y tome mi maleta. Él siguió con lo suyo.

Estaba decidida a dejarlo aquí por la paz. Pero no puedo con mi genio.

-Primero vamos a dejar algunas cosas claras. Thiago- deje mis maletas al costado de la camioneta y puse mis manos al costado de mis caderas.

-No me gusta que me den órdenes Anna- desafío y me dieron ganas de tirarle con algo por la cabeza.

Idiota. Lo odio, lo odio con todas mis fuerzas.

"Mentira tu lo amas" - Hablo mi conciencia.

"Cállate no me vengas con sentimentalismo ahora" - respondí.

¿Quien le dio una orden? ¿Es o se hace?

- ¿El cambio de aire te afecto? ¿Nadie te dio una orden?

-¿Que cosas quieres dejar claras? - pregunto mientras pasaba una mano por su cabello.

-Sabes que- Mordí el interior de mi mejilla - Mejor olvídalo.

Tome mis cosas y empecé a caminar ignorando su llamado, recuerdo que siempre me gusto acampar y ver las estrellas. 

-¿Estas en tus días Anna? - tome un poco de aire - ¿Por qué eres indiferente?

Me gire enfurecida y mi mano es estampó en su mejilla. Me miro sorprendido y molesto.

 - No seas grosero. Si estoy o no en mis días no es de tu maldita incumbencia. Si no te comportaras como un jodido idiota no estaría de indiferente contigo.

Su mano derecha se apoyo en su mejilla izquierda donde mi mano había dejado su marca. Dio un paso hacia mi y me tambalee en mi lugar.

-Jamás- tomo mis muñecas e intente alejarme pero era mas fuerte que yo.
- Vuelvas a ponerme una mano encima.

Lo empuje y si el me decía eso. Pues yo también iba a poner mis reglas. - Y tú jamás vuelvas a hablarme de esa manera.

-Chicos... - grito Mika. - Por aquí.