3. Doce

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-Esa chica, Teresa. Ella y el resto de los reclutados.

Al escuchar eso, Newt y Minho comenzaron a bombardear al hombre con preguntas.

-¡Ya cierren el hocico!-gritó Jorge, haciendo que los dos se callen-Es como si martillaran en mi cabeza. Dejen de hablar por un momento. Necesito ayuda para levantarme.

-Es mejor que empieces a explicar qué diablos pasó-Newt lo sujetó de la mano, y lo ayudó a levantarse.

-Y date prisa-agregó Minho.

-Mira, hermano, ya te dije que no sé demasiado. Lo que te conté es lo que ocurrió. Siento que la cabeza...

-Si, ya entendimos. Te duele la jodida cabeza-interrumpió Minho bruscamente-Sólo dinos lo que sabes y yo te conseguiré una miertera aspirina.

-Qué palabras tan valientes, mocoso. Si no mal recuerdo, tú fuiste el que tuvo que disculparse y pedir clemencia cuando estábamos en el Desierto.

-Bueno, es fácil hacerse el duro cuando tienes una banda de lunáticos armados que te protegen. Ahora las cosas son un poco distintas.

-¡Basta ya!-gritó Brenda-Estamos todo del mismo lado.

-Maldición. Continúa hablando-intervino Newt-Así sabremos qué tenemos que hacer.

-Sólo dimos lo que ocurrió-pedí.

-Miren-comenzó a hablar Jorge-Yo pasé la mayor parte del tiempo en este lugar, en el hangar ¿está bien? Empecé a oír gritos y advertencias por el intercomunicador y luego las luces de la alarma silenciosa comenzaron a destellar en forma intermitente. Salí a investigar y me volaron la cabeza. Entonces las luces se apagaron y corrí hacia acá para buscar la pistola. Antes de que pudiera reaccionar, Teresa y un grupo de vándalos irrumpieron a toda prisa como si fuera el fin del mundo, arrastrando al viejo Tony para que piloteara el Berg. Solté mi pistola cuando tuve como ocho lanzadores apuntándome al pecho, y les pedí que esperaran y me explicaran qué ocurría, pero una chica rubia me golpeó la frente con la culata de su arma. Me desmayé y al despertar me encontré con sus horrendas caras encima y un Berg desaparecido. Eso es todo lo que sé.

Thomas murmuró algo que no pude escuchar mi entender.

-¿Qué?-preguntó Minho, al parecer no soy la única.

-Habla más alto, Tommy-siguió Newt.

-Nos abandonaron-habló luego de unos segundos-Por lo menos nosotros regresamos a buscarlos. Ellos nos dejaron acá sabiendo que CRUEL hará con nosotros lo que quiera.

-Tal vez sí estuvieron buscandolos-habló Brenda-Y no los encontraron. O quizá el enfrentamiento se puso muy feo y tuvieron que marcharse.

-¡Todos los guardias están atados en aquella maldita habitación!-reclamó Minho-Tuvieron tiempo de sobra para ir a buscarnos. Esta claro, nos dejaron.

-Hay algo raro. Últimamente, Teresa ha estado actuando como si fuera la fan número uno de CRUEL. ¿Por qué habría de escapar? Tiene que tratarse de algún engaño. Vamos, Brenda, tú me dijiste que no confiara en ellos. Tienes que saber algo. Habla.

-No sé nada de esto. ¿Pero por qué les cuesta comprender que a los demás reclutados se les haya ocurrido la misma idea? ¿Escapar? Simplemente tuvieron más éxito que nosotros.

Minho gruño al escucharla.

-Si yo fuera tú, no insultaría. Y si vuelves a usar la palabra reclutados una vez más, aunque seas mujer te voy a dar un golpe.

-Inténtalo-le advirtió Jorge-Golpéala y será lo último que hagas en tu vida.

-¿Podemos abandonar estos tiempo machistas?-Brenda puso los ojos en blanco-Tenemos que decidir qué hacer ahora.

-¿Decir qué? No hay ninguna maldita decisión que tomar. Nos largaremos de aquí-Newt apuntó uno de los Berg.

-Estoy de acuerdo-asenti-debemos irnos antes de que los guardias se liberen y vengan por nosotros.

-Exacto, nos vamos-finalizó mi hermano y miró a Jorge-¿Realmente eres piloto?

-Por supuesto, muchacho. Uno de los mejores.

-¿Y entonces por qué te enviaron al Desierto? ¿No eres valioso?-preguntó y este le dirigió una mirada a Brenda.

-Adonde Brenda vaya, yo voy con ella, y detesto admitirlo, pero ir al Desierto me pareció mejor que permanecer aquí. Yo lo tomé como unas vacaciones. Terminó siendo un poco más difícil que...

Jorge no pudo terminar de hablar porque una alarma comenzó a sonar.
El sonido se escuchaba mucho más fuerte que en el pasillo.

Dylan se apego más a mi abrazando lo más fuerte que podía mi pierna.
Alaia despertó asustada y comenzó a llorar fuertemente, comencé a mecerla suavemente entre mis brazos, pero no serviría mientras que la alarma siguiera sonando.

Brenda clavó su mirada, con los ojos muy abiertos, en las mismas puertas por las que habíamos ingresado hace unos minutos, todos dirigimos nuestra miradas hacia allí.

Mi corazón se detuvo al ver a doce guardias con armas, que iban saliendo por las puertas comenzando a disparar.

♥♥Los amodoro♥♥

*Belu

Un Bebé En El Área (Newt y tú) CORRIGIENDO ORTOGRAFÍAWhere stories live. Discover now