12 | Preocupación

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Emilia se dejó caer en el sillón, mientras su madre se sentaba a su lado depositando la jarra de jugo en la mesita.

-Ya no estoy en edad para esto –Soltó un suspiro, Emilia miro a su madre con una sonrisa- De verdad, cariño. Ese niño a exprimido de mi hasta mi última energía –Alex las había hecho recorrer el zoológico de un extremo a otro sin detenerse en ningún momento, pero había valido toda la pena del mundo.

Emilia sirvió la bebida y se lo paso a su madre.

-Lo sé, mamá –Emilia se recostó sintiendo el sol sobre su piel, el clima se había vuelto más cálido esta mañana, e inclusive había dejado de llover- Alex es un terremoto, pero tenía una enorme sonrisa y eso es lo único que importa –Su madre sonrió asintiendo.

Julia observo a su hija, tenía los ojos cerrados y una leve sonrisa en sus labios, había tranquilidad en su expresión, una que nunca había visto.

-¿Emilia?

-¿Hmm?

-Vas a contarme que paso ayer, llegaste un poco tarde y toda mojada.

Emilia sonrió.

-La lluvia, me tomo desprevenida.

Su madre asintió.

-Estabas feliz ¿Eso también era por la lluvia?

-Así es –Emilia abrió sus ojos y miro a su madre- Sabes que me encanta –entrecerró los ojos ante la expresión de ella- ¿O que es lo que esa cabecita tuya esta imaginando?

Su madre sonrió y se puso de pie.

-Solo que dijiste que trabajaste hasta tarde...

-Sí.

-Con tu jefe.

-Sí.

-Que es muy guapo y...

-Mamá –Advirtió Emilia cuando su madre con una enorme sonrisa se encamino rumbo a la casa- ¿Qué estás diciendo? –Emilia no le había mencionado nada a su madre, después de aquella escena que se había quedado grabada en su corazón había literalmente huido de allí- ¿Acaso estas insinuando algo? –Sintió su rostro caliente, recordando como había saltado a los brazos de Sebastián.

-Nada, cariño, yo no insinuó nada.

Su madre soltó una risita.

-Si, como no –murmuro Emilia caminando detrás de ella- Iré a ver que está haciendo Alex –su madre asintió cuando la vio dirigirse a las escaleras.

Encontró a su hermanito durmiendo en su habitación, se acercó lentamente y lo cubrió con una cobija, se sentó a su lado y lo observo, el rostro angelical, su respiración pausada, con un dedo le aparto el pelo de la frente, se parecía tanto a su padre. Gracias a Dios que solo físicamente, algunos rasgos que eran similares, esos ojos eran de su madre.

-No hay nada en este mundo que no haría por ti –susurro. Cada lagrima, cada sufrimiento había valido la pena, solo para verlo feliz y libre de aquel monstruo. Pudiendo disfrutar de un sueño pacifico.

-Lo sabe, cariño –miro sobre su hombro a su madre, Julia estaba recostada en el umbral de la puerta. Emilia beso la frente de Alex y se encamino afuera de la habitación cuando cerró la puerta se recostó con la mirada pensativa- Se acerca el cumpleaños de Alex.

-¿Cómo podría olvidarme de eso? –Dijo Emilia- ¿Cómo podríamos?

Julia bajo la mirada, aun a pesar del tiempo había tanto dolor en la voz de su hija.

Déjame amarte solo un pocoWhere stories live. Discover now