El sonido de la puerta al cerrarse hizo sonreír a Emilia, porque segundos después escucho la voz de su hermanito correteando desde la cocina.
-¡Milia! –Emilia abrió sus brazos donde él se arrojó, le devolvió el abrazo, sintiendo todo su amor y su ternura. Ella se arrodillo y empezó a moverse haciendo que el riera. Beso su pelo y su mejilla, el empezó a reírse.
-¿Cómo está el principie de esta casa? –mientras examinaba su sonrisa coqueta, a él le encantaba que le dijeran eso.
-Bien, Milia, mira mamá me compro este nuevo auto –levanto el pequeño juguete que tenía en la mano y se lo enseño.
-Mamá es muy buena –dijo ella sonriente alzando un poco la voz.
-Lo soy, cariño –Miro a su madre, quien salió de la cocina- Bienvenida ¿Sucedió algo? Llegas más temprano de lo normal.
Emilia se enderezo.
-Sí, solo pase por la universidad a recoger unas copias, es por eso.
Su madre asintió.
-Alex, ve a lavarte las manos, cariño, para cenar.
El niño asintió, jalo del pantalón a Emilia para que lo mirara.
-¿Te gusto mi regalo?
-Sí, corazón. Jugaremos dentro un rato ¿Si?
-¡Sí! –el grito con euforia y salió corriendo nuevamente, su madre negó con la cabeza.
-Ese niño es un terremoto. Siento que a veces no puedo seguirle el ritmo.
Emilia sonrió, soltó un suspiro y alcanzo a su madre, le dio un fuerte abrazo, sintiéndose en su refugio, su hogar, su vida.
Julia sintió a su hija un poco tensa, más de lo normal. Se apartó y la miro a los ojos.
-Em, ¿Estas bien?
Emilia se alejó de su madre y se sentó en el sofá.
-Supongo.
-¿Supones? –Julia tomo asiento junto a su hija mientras la miraba- ¿Por qué deberías suponer que estas bien?
Emilia negó con la cabeza, no debía preocupar a su madre, después de todo solo eran tonterías.
-Nada, madre. No te preocupes –le restó importancia, esbozó una sonrisa para que su madre se tranquilizara- Génesis tomo sus vacaciones.
-Eso es muy bueno, ya iba siendo hora. ¿Y cómo queda la empresa?
-Desde mañana Sebastián se hará cargo de la compañía, su hermano.
-¿Su hermano? –Pregunto Julia- ¿El rubio, el que es tan apuesto? –Su madre bromeo y movió las cejas, Emilia tuvo que sonreír, porque se veía muy graciosa- Ese joven es muy...
-¡Mamá! –exclamo Emilia.
Su madre se puso de pie sonriendo.
-No puedes culparme o decirme que para ti no es guapo, solo digo. El condenado tiene lo bueno.
-¡Mamá! –Volvió a exclamar Emilia sorprendida, su madre se dirigió hacia el comedor riéndose a su costa- Ese condenado como tú dices, es un mujeriego bipolar. Se la pasa de fiesta en fiesta, y de mujer en mujer – Hasta su madre pudo detectar el desdén en su voz- La mayoría de los gerentes piensan que el no podrá con el cargo, pero no lo dicen, obvio.
Julia se encogió de hombros.
-Suena como si estuvieras muy pendiente de él.
La castaña abrió los ojos.
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Déjame amarte solo un poco
RomanceNo había nada en este mundo que sea imposible para Sebastián Hamilton. Pero cuando vio por primera vez a Emilia supo ella era todo lo que necesitaba pero hasta ese momento no lo sabía. Ella se convirtió en su imposible, la única mujer que ama con...