Pero no, el siguiente mensaje me lo confirmó.

"Me imagino que ya estás con tu mujercita, espero que todo lo que hicimos hoy te haga aguantarla"

Sentí que iba a vomitar toda la cena, y todo me estaba dando vuelta.

"Dejaste tu chaqueta en mi cama"

No lo puedo creer, no, no, no.

¿Adrián? Si siempre ha sido una persona atenta y dulce conmigo. Además, que puede estar mal en nuestra relación, nunca le he faltado el respeto, creo que no se puede quejar en nada porque hasta el sexo nos sobra.

  Qué estúpida soy, después de haberlo sacado del fondo de donde estaba dándole dinero y recibiéndolo en mi casa ¿me paga con esto? No Adrián Hunter, esto no se queda así.

Fui al cuarto y me senté en la cama con los codos apoyados en las rodillas y mi cara entre mis manos, ¿es normal que no me sienta triste sino impotente? Siento la sangre hervir.

Salió del baño con una toalla al rededor de la cadera y con otra se secaba el cabello. No espere que llegara a la cama cuando me levante y le lance el teléfono, como estaba desprevenido le atine en la cabeza, primero vio el teléfono en el suelo y luego a .

- ¿Pero qué demonios te pasa? —no respondí, tenía los puños cerrados, sentía mis uñas clavándose en la palma de mi mano. Recogió el teléfono y vio el mensaje que estaba abierto — ¿qué es lo que te sorprende?
-
« ¡¿QUÉ?! ¿Escuche bien?»

Dulce Infierno Where stories live. Discover now