Capítulo treinta y nueve

Start from the beginning
                                    

—¿Y Liana?—. Preguntó Molly.

-Mi madre se la llevó—. La gente comenzó a salir pero solo para irse, Bill se sentía terrible por Fleur, pero ella sorpresivamente no estaba molesta.

—¿Dónde están Ron... Harry y Herm...?—. Preguntó Molly y luego al darse cuenta de sus palabras negó con la cabeza.

—¿Ustedes estarán bien?—. Les preguntó Remus con ansias de ya irse.

Si Remus, ve a ver a Liana, ella los necesita—. Nos dijo Molly y yo alcancé a mi marido hasta tomarle la mano, luego aparecimos en casa de mis padres, donde mi papá y mi mamá abrazaban a Liana.

—Gracias a Merlín que están bien—. Dijo mi padre.

Los mortífagos se fueron al ver que Harry no estaba allí, no debemos entrar en pánico inmediatamente sino las cosas se complicarán—. Dijo Remus.

—¿Cómo estás papá?—. Pregunté.

Bien hija, estoy bien pero creo que ahora si debo ocultarme definitivamente, supe que el ministro murió—.

Eso es señal de que... los mortífagos tomarán el control—. Dije.

Sí, yo... creo que debes tener mucho cuidado en tu trabajo—. Opinó mi madre.

—Yo estoy bien, y Remus lo está igual. Liana debes tener fe, no nos pasará nada—.

—¿Y si sí? ¿Qué pasará entonces? Yo no quiero perderlos... ya perdí a mis primeros padres—.

Liana no nos perderás, debes tener confianza en nosotros, te prometo que nunca te dejaremos sola—. Dijo Remus.

—Eres lo más importante para nosotros—. Exclamé y luego junté a las cuatro personas que más quería, en mis brazos.


**Remus**

Habían pasado ya unos días y los miembros de la Orden prácticamente habían renunciado a sus puestos en el ministerio, menos Kingsley. Ya se sabía que Snape iba a ser el nuevo director de Hogwarts, y ante todo eso no quedaba más que reunir fuerzas sobre todo porque sabíamos que Harry no regresaría en ese momento y que Harry era el único que podía acabar con Voldemort.

—¿Qué hacemos aquí Remus?—. Preguntó George al entrar acompañado de Fred y Arthur a la cabina de radio.

Bueno, este es el medio por el cual nos vamos a comunicar con los seguidores de Harry—.

—Maravilloso ¿Cómo funciona?—. Preguntó Arthur.

Bueno, cualquier radio puede buscarnos con la fecha de nacimientos de Dumbledor y Harry, luego cada semana se cambia la contraseña, aunque igual la podemos cambiar antes, con eso podemos hablar de desaparecidos y asesinatos, así como de quien-ustedes-saben—. Les conté.

—Excelente, eso es genial... cuenta con nosotros—. Me dijeron los tres.

Genial, Kingsley ya está al tanto, lo mismo Diggle y todos los miembros de la Orden, ayer Ginny envió una carta a Neville, al parecer ellos ayudarán desde Hogwarts—.

Perfecto, entonces tú nos dirás cuándo y a qué hora—. Asintió Arthur.

Muy bien, yo digo que avisen a sus conocidos de confianza, no sé... Hagrid, los Delacour y no sé quién más —. Recomendé. —Escuchen—. Cambié el tono de salida de la voz y luego... —Hola sí, en un par de minutos comenzará la transmisión de Potterwatch—.

—Eso me gustó, así nadie sabrá que somos nosotros—. Dijo Fred.

—Sí, esa es la intención—.

Brillante, te luciste Rem, bueno yo digo que podemos empezar mañana mismo si corremos la voz—. Opinó George.

Por mí perfecto, podemos tener varias secciones en una hora y bueno, todas las ideas son bien recibidas—.

Bien, iremos a correr la voz con los de confianza, nos veremos más tarde ¿Y tú irás a casa por la noche?—. Me preguntó Arthur.

Quiero ver a Ginny y felicitarla así que sí, allí estaré—.

—Bien, pensaré mientras en un pseudónimo—. Dijo Fred.

—Bien pensado, eso me agradó——. Dije y luego los acompañé a la salida, era la manera más fácil de correr noticias tanto para que le llegaran a Harry como para nosotros mismos.


**Tonks**

Una agradable mañana de Agosto y yo fui muy temprano a saludar y felicitar a Ginny que cumplía 16 años. Llegué a la madriguera y lo primero que hice fue ponerme a gritar cuando la vi y luego darle un fuerte abrazo.

Mi pelirroja preferida, eres una de esas personas curiosas a las cuales no quiero dejar de ver nunca... te quiero mucho y sabes que eres una de esas personitas especiales en mi vida—.

—Aw gracias Tonks, yo igual te quiero—.

—¿Quieres desayunar Dora?—. Me preguntó Molly.

—No Molly gracias—. Pero entonces me llegó un aroma que hizo que el estómago me temblara. —Bueno, pero solo un poquito—. Ella me asintió y yo me senté a platicar con Ginny, galletas de un platito iban y venían, la mayoría ya las tenía yo en mi estómago.

—¿Cómo va todo con Remus?—. Preguntó Ginny.

—Bastante bien, somos tranquilos, nos acoplamos bien, todo bien—. Seguí a Molly hasta la cocina y Ginny me siguió a mi.—Esas galletas están deliciosas—. Tomé unas más ante la mirada de las dos pelirrojas. —¿Sucede algo?—.

—Veinticinco—. Dijo Gin.

—¿Veinticinco?—.

—Sí, acabas de devorar veinticinco galletas—. Me sorprendí riendo.

—¡Merlín! No solo tengo veinticinco galletas en mi estómago, he comido como si no fuera a comer en unos cinco años o peor... ay son deliciosas. Tengo antojo de jugo de limón—. Dije y Ginny frunció el ceño. —Últimamente tengo más hambre que nada—. Ambas se miraron y fruncieron el ceño. —No me miren así—.

—Tonks...—. Ginny levantó mi suéter y observando mí ya enorme barriga de comida abrió los ojos. —¿Has pensado que quizá... no sé... estas embarazada?—. Me preguntó Ginny y yo me congelé.

—No... no puede ser—. Le dije nerviosa.

Bueno... llevas poco más de un mes de casada, sería lo MÁS normal—. Dijo Molly.

Pero... no, no puedo, Remus no... Remus no quiere... ¡Merlín!—. ¿Acaso debía recordar algo? Sí... no había tomado la dichosa poción para evitar embarazos... me tiré en un sillón observando la pequeña bola de mi vientre y luego sentí las tranquilizadoras manos de Molly en mi estómago.

Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)Where stories live. Discover now