Capítulo cinco

1.4K 81 26
                                    

[Tonks]

Desperté verdaderamente feliz, pero mi sonrisa se borró cuando observé que se había ido, bostecé y me metí al baño, en eso estaba cuando tocaron la puerta.

—Quién es?—.

—Soy Ginny—.

—Pasa, corre—. Me cepillé los dientes mientras Ginny se introducía en la habitación.

—¿Qué sucedió? Ya no subiste a verme—.

—Lo siento peque... Remus se quedó—.

—¡¿Aquí contigo?! ¡Por Merlín!—. Gritó.

—Sí, shh, nadie sabe ¿Ya se fue Harry?—.

—Sí, desde muy temprano... espero todo salga bien—. Su rostro de preocupación me conmovió y la abracé.

—Harry regresará a Hogwarts, te lo prometo, Dumbledor lo resguardará—. Me asintió algo confundida y luego salió de la habitación, fue entonces cuando recordé el día en que le confesé lo que sentía, esa noche no había podido dormir y mi cabello lucía gris, cosa que no me pasaba desde los 10 años, esa semana que habíamos pasado juntos, bueno con Sirius y mamá, pero juntos, me había servido para darme cuenta de todo.

Yo no quería estar con nadie más, estuve a punto de confesarle lo que sentía, y lo hice, pero no sin antes, bueno sí, no sin antes haberle advertido lo que sentía.

Fuimos a caminar cuando lo encontré en la madrugada fuera de la cabaña, me estiró la mano y yo entrelacé mis dedos con los suyos queriendo comunicarle algo más.

—Remus... tengo algo que decirte—.

—Dime—. Se detuvo y entonces yo muy nerviosa tropecé con una rama. — ¿Qué pasó?—.

—Mi torpeza—. Le sonreí más nerviosa, noté como mi cabello comenzaba a cambiar de color y entonces me armé de valor.—Yo... bueno... desde el día en que nos conocimos... mi cabello no había podido regresar al gris, no tenía motivo—.

—¿Cómo que desde el día en que nos conocimos?–.

—Ah bueno... ese día... bueno yo... hubo... ¡Ay Tonks déjate de rodeos!—. Me regañé. —Lo siento Remus, no puedo—. Intenté huir pero él me sostuvo y entonces lo miré, luego sin resistir lo besé, me aferré a su cuello y respondió el beso.

—Oye... yo—.

—Shh, el silencio carece de sonido pero no de sentido...—. Le acaricié la mejilla y eché a correr, pero no por mucho tiempo, dentro de la cabaña me detuve, a los pocos segundos sentí su mano en la mía...

—¿Qué fue eso?—. Preguntó.

—Yo... yo estoy enamorada de ti...—. Bajé la mirada y él tiernamente tomó mi barbilla, entonces la luz se encendió.

**********

[Remus]

Estaba ya en casa, tumbado en el sillón, era un cobarde, sí, eso era yo en esos momentos, por no decirle nada, y a la vez por haberme quedado con ella. No tenía porqué hacerlo, no podía seguir con ese juego, eso era lo único que estaba haciendo con ella, jugar con sus sentimientos, y lo había hecho desde el principio, desde el primer día, desde que supe que estaba enamorada de mí. Y recuerdo que aquel día tomé suavemente su barbilla en la oscuridad y la luz se encendió.

—¡Dora! ¿Qué haces aquí?—. Andrómeda apareció allí con su camisón rosa espantándonos y provocando que ella casi saliera de la cabaña por el miedo. —Es de madrugada—.

—¿Qué son esos gritos?—. Sirius apareció en calzoncillos bostezando. —¿Qué diantres hacen todos aquí?—.

—Yo no... yo no podía dormir así que salí a tomar aire—. Dije.

—Y em... em... yo vine por agua, entonces vi a Remus y... y llegó mamá—. Explicó Tonks y la mirada de Andrómeda dio a entender que no nos creían, pero sin embargo no dijo nada.

—Bien, vamos a dormir, mañana tú y yo iremos a comprar comida ¿Eh señorita?—.

—Sí, claro mamá—. Ella bajó la cabeza avergonzada mientras su madre se retiraba, me miró rápidamente y luego se retiró.

—Que sueño, yo me voy a dormir, que descanses—.

—Igual tú Canuto—. En ese momento me senté en un sillón y pensé que tal vez había una posibilidad entre ella y yo, la verdad es que tenía esa ilusión, pero ahora ya no estaba tan seguro.

Sentado en el sillón lo reflexioné, en el presente dije que no lo volvería a hacer, me limitaría y con ella y todo lo que habíamos pasado se quedaría en el pasado, era lo mejor... para ambos.

**********

[Tonks]

Las horas del día se nos hicieron eternas a Ginny y a mí hasta que por la tarde apareció Arthur con Harry y ella se pudo tranquilizar provocando que su humor me contagiara, así que por momentos me olvidaba de pensar en él.

Estar en Grimmauld Place al lado de Sirius hacía que lo recordara cada que me coqueteaba con las cejas.

Pero pasó esa tarde, la otra y la otra y un cuarto, hasta un quinto día y Remus... Remus no regresó. Me sentía frustrada, Ginny regresaba al colegio ese día y por lo tanto Harry también, solo que él tenía que ir vigilado así que como siempre me mandaron de guardaespaldas.

Estábamos en Kings Cross, íbamos caminando con Harry cuando Sirius apareció en forma de Canuto, lo vi pasar y cuando Harry estuvo dentro de una cafetería abandonada con él, me sujeté de la manija de la puerta, entonces muy alarmado apareció Remus.

—¿Estás bien?—. Me preguntó.

**********

[Remus]

Tenía que reunirme forzosamente con Sirius ese día, el 1 de Septiembre, así que nos pusimos de acuerdo y nos citamos en Kings Cross, los vi arribar a la estación a Moddy, Tonks y Kingsley con Harry, detrás iba Canuto, sonreí y caminé con las manos en las bolsas del pantalón. Los seguí muy de cerca. Sirius trotó delante de Harry y luego los dos se metieron en una cafetería vacía y abandonada, Moddy y Tonks vigilaban la puerta, me acerqué y en ese momento la vi retorcerse tocándose el abdomen y con la otra mano se sujetó fuerte de la manija de la puerta. Fruncí el ceño y me acerqué rápidamente.

—¿Estás bien?—. Pregunté.

—Sí... solo... solo fue un mareo—. Me dijo y noté su pálida piel.

—¿Mareo?—.

—Sí, nada de cuidado de seguro—.

—¿Segura?—.

—Sí, sí, no te preocupes y entra a ver a Harry y Sirius, anda—.

—No me moveré de aquí—.

—Remus... estoy bien—. Me dijo seria y noté que estaba enojada.

—De acuerdo—. Me introduje en el lugar un poco dudoso.

**********

[Tonks]

¡Por merlín! Eso era un mareo, de pronto todo me dio vueltas... recordé cuantos días, semanas, horas habían pasado, no... no... no podía ser posible, era algo imposible, no quería ni pensarlo, ¿Cómo iba a reaccionar?.

Las cuentas no me salían... hasta que sí, sentí las manos frías, llevaba exactamente una semana de retraso (Ustedes saben) pero era tan poco posible, no, yo no podía estar embarazada, no podía y no quería ni pensarlo.


Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora