Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)

Capítulo Siete

[Tonks]

Estaba sentada en el sillón esperando a que les ocurriera aparecer con la prueba de embarazo, llevaban quince minutos fuera y yo con la duda en la cabeza. Me encontré tocándome el vientre y sonriendo al hacerlo, Molly ni siquiera había llegado, lo más seguro era que estuviera comprando cosas para la cena y entonces... recordé el como habíamos llegado tan lejos.

Después de las vacaciones en Portugal habíamos regresado a Inglaterra, ni siquiera pudimos llegar a ver la final de Quidditch, el curso de Harry ya había comenzado y llevaban dos semanas de clases y el muchacho había sido escogido para el torneo de los tres magos. El año pasó muy trágico pero eso no fue un impedimento para que los coqueteos entre él y yo siguieran.

Cierto día cerca del invierno nos encontramos en el callejón diagon, él compraba té mientras yo buscaba el regalo adecuado para Sirius, quería darle las gracias por toda la confianza que me había dado gracias a que yo no tenía amigas.

-Hola Remus-.

-Hey Dora... ¿Cómo estás?-. Pude ver que se sonrojó y yo no pude evitar el reírme.

-Bien... ¿Y tú?-.

-Pues... estoy aquí... que es lo importante-. Fruncí el ceño como no entendiendo nada.

-Me alegra... ¿Qué haces por aquí?-.

-Vine a comprar té, ya no tengo... soy adicto al té... oye... me gusta tu gorro-. Y lo había olvidado, llevaba puesto un gorro en forma de borrego, abrí los ojos y me lo quité.

-Ah... es que tenía frío-.

-Hace frío-.

-Entonces póntelo tú-. Se agachó y se lo puse, no pude dejar de reírme cuando lo vi con su gorro de borrego.

-¿Tú crees que soy chistoso?-.

-Bastante-. Me meneó la cabeza y yo sonrojada sonreía.- Vamos acompañame, tengo que comprar el regalo de Sirius-.

-De acuerdo... oye... te regalaré muchos gorros para que tengas tu colección de gorros chistosos y raros-.

-Trato hecho jamás deshecho ¿Qué quieres que te regale?-.

-Lo que quieras, nadie me ha dado un regalo desde que Lily... me envió una tarjeta hace... 12 años-. Lo vi bajar la mirada.

-Ánimo yo te regalaré algo especial-. Lo jalé del brazo y conduje hasta HoneyDukes, los dulces abundaban y los niños pequeños corrían de un lado a otro.- Estas son mis preferidas-. Le mostré las gomas de fresa rellenas con crema de dragón.

-¿Crema de dragón? Son mejor las  de naranja-.

-¡Que asco!-.

-No son dulces-.

-No, son amargas-.

-A un lado, a un lado-.El vendedor pasó por allí con tres cajas que flotaban gracias a su varita y nos empujó enviándonos hasta un rincón donde había una planta de muérdago, quedamos tan cerca que se erizó el vello de la nuca.

-Feliz Navidad, Dora-. Y me apartó el cabello de la frente.

-Feliz Navidad, Remus-. Entonces se acercó y me dio un pequeño beso en los labios.

-¡Hey! Si funcionó el muérdago falso-. Dijo la vendedora y todos comenzaron a reír mientras nosotros muy sonrojados reíamos.

**********

[Remus]

Sirius caminaba por delante de mi muy rápido, tenía la forma de Canuto y lo vi trotar desesperado por Londres muggle.

-Canuto... espera...-. Regresó y me jaló del pantalón hasta un callejón donde se transformó.

-Vamos, aquí ya no corro tanto peligro, los muggles ya ni me recuerdan-.

-De acuerdo corre-. Caminamos por la cera y mirábamos a todos lados, hasta que encontramos una farmacia.

-Métete-. Me dijo.

-No... tú primero-.

-Tú eres el padre-.

-Cállate... está bien-. Suspiré y me introduje en el lugar.- Buenas tardes tiene... em...-. El señor me miró confundido.- Usted sabe-. Le hice señas.

-¿Preservativos?-. Me preguntó.

-¿Prese... qué?-. Y Sirius corrió a ayudarme.

-No, eso no señor... una... prueba de embarazo-.

-Ah... ups no, los preservativos eran antes-. Se metió entre los anaqueles.

-¿Qué son esas cosas?-.

-Larga y complicada historia Lunático... algún día te los presentaré, así tal vez non tendríamos que preguntar por las pruebas de embarazo-.

-Listo... prueba de embarazo, son cuatro libras-. Miré a Sirius confundido y él entregó al señor unas monedas.- Felicidades si es positivo-. Lo miré seriamente, tomé la cajita y salimos del lugar.

-¿Y ahora qué?-.

-A comprobar si serás padre, amigo mío-.

-Deja de repetir esa palabra-. Le dije algo enojado.

**********

[Tonks]

Los mareos habían regresado, entonces apareció Molly con muchas bolsas de mercado, corrí a ayudarle.

-Hay mucha gente en Londres, el día es de locos-.

-Bueno... es 1 de Septiembre-. Coloqué las bolsas en la mesa y salí del lugar.- Te dejo, tu eres la experta en cocina-.

-Sí... creo que por allí dejé un bordado sin terminar, si quieres acábalo, sólo para que no te aburras-.

-Genial-. Me dirigí a la sala y encontré el bordado, me senté en el sillón y comencé a mover la mano. En eso estaba cuando de nuevo regresé al pasado, vino a mi memoria las vacaciones que había pasado con mis padres en Rumania al lado de Charlie. Y luego mi regreso a Inglaterra, ese día después de haber dejado todas mis cosas en orden en casa, el primer lugar al que fui fue al cuartel, en Grimmauld Place, hacia ya tres semanas de eso, recordé perfectamente su cara al verme, corrí al comedor donde todos estaban sentados y abracé a Sirius.

-Estoy de vuelta-.

-Me alegro, bienvenida... hay alguien que está ansioso de verte... aunque no lo acepte-. Lo observé asombrada.- Ay por favor, sé todo esto desde hace un año-.

-¿Qué?-.

-A veces ambos suelen ser demasiado obvios, como cuando se sientan a platicar horas en las escaleras, cuando platican y se pierden en su mundo, cuando su sonrisa se ensancha y tu cabello permanece color rosa chicle, creo que eres tú la más obvia en todo-.

-Creo que ya es imposible negarlo-.

-¿Lo quieres, cierto?-.

-Sí... como no tienes idea-.

-Espero sepas lo que haces chiclito... espero lo sepas... -. Me despeinó y entonces Remus apareció con la sonrisa más grande que le había visto, me giré para verlo mejor, entonces vi que Ginny estaba sentada frente a mí sonriendo

-¿Qué fue lo que escuchaste?-. Le pregunté.

-Todo-. Me dijo la chica y suspiré. Entonces regresé al presente. En ese momento los vi aparecer a él y Remus.

-La tenemos Dora... la tenemos-. Me dijo Sirius.

-¿Tienen que?-. Preguntó Molly y los tres abrimos los ojos asustados.