Capítulo ocho

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[Remus]

Cuando llegamos a Grimmauld Place aún traía la prueba de embarazo en mi bolsa del pantalón.

-La tenemos Dora... la tenemos-. Dijo Sirius gritando.

-¿Tienen qué?-. Molly apareció por la puerta de la cocina observándonos atenta mientras nosotros tres nos quedábamos mudos de la sorpresa.

-La... tenemos la... la-. Sirius se revisó.- La entrevista con... Ma... Madonna-. Dijo levantando el periódico.- Es que, es una exclusiva, no nos la podemos perder-.

-¿Quién es Madonna?-. Preguntó Molly.

-Es...-. Sirius leyó el periódico.- Una... cantante... es muggle-.

-Oh... por eso no la conozco-. Ella se encaminó a la cocina de regreso y nosotros soltamos un suspiro.

-¿Madonna?-. Preguntó Tonks.

-Fue lo primero que se ocurrió y ahora métete al baño ¡Ya!-. Le gritó quedito mientras yo sacaba la caja, se la di y ella subió las escaleras.- Prepárate amigo-. Sirius me dio una palmadita en el hombro.- ¡Molly! ¿Qué hay de comer?-. Y se fue a la cocina, abandonándome allí a mi suerte ¿Cómo podía estar pensando en comida? Yo tenía dolor de cabeza, Tonks muchos mareos y él ¡PENSABA EN COMIDA! Me senté en las escaleras con las manos en la cara taconeando un poco por los nervios. Y entonces la imagen de la chica de unas semana antes me regresó a la cabeza, tenía la mala costumbre de seguirla con la mirada cuando se encaminaba a otro lugar, las ondas de su cabello brillaban con la luz, sí, estábamos en el jardín de la casa de Sirius intentando entrenar un poco cuando nos fastidiamos de los duelos y entramos en la casa, me senté en las escaleras y ella a mi lado.

-Eres muy bueno en duelos-. Me dijo.

-Fui profesor de defensa... tengo que serlo-. Le sonreí.

-Deberías ser auror-.

-¿Y meterme en el ministerio... no gracias-. Y entonces me acordé que mientras ella estaba de vacaciones le había comprado un gorro.

-Oh... ven, tengo algo que darte-. La tomé del brazo y subimos corriendo, me introduje en el cuarto de Sirius y obtuve una caja morada del closet.- Toma, lo compré para ti-.

-¡Vaya! Gracias Remus-. Me abrazó y sonreí ante su gesto de niña pequeña recibiendo un regalo, abrió la caja y soltó un gritito.- Ah... es hermoso, hermoso-. Sacó el gorro y se lo puso enseguida, tenía figura de un sapo apiñonado y con ojos saltones.- Uno más a mi colección-.

-Pero sólo tienes 2-.

-Por algo se empieza, gracias-. Me volvió a abrazar, esta vez besando mi mejilla, observé sus marrones ojos y la sostuve cerca de mí.

Como un impulso le rodeé la cintura y la atraje hasta que sentí sus labios en los míos y su respiración combinada con la mía. Era una idea absurda, lo sabía pero ya no podía controlarme, el beso se volvió desesperado y justo cuando iba a subir mi mano a su cuello tiré la lámpara de Sirius de vidrio.

-¡Mi lámpara!-. Lo escuchamos gritar y luego nos miramos asustados.

-Su lámpara... se enojará-. Me dijo sonriendo.

-Que se enoje-. Me reí y le di otro beso.

-No, Remus... tenemos que desaparecer... nos matará-. Escuchamos los pasos de Canuto en las escaleras y ambos reímos.

-Shh... calla-. La introduje en el closet.- Shh... no hagas ruido-.

-Sirius nos matará-.

-Chicos traviesos... les voy a pegar por haber roto mi lámpara-.

Tonks estaba a punto de reírse cuando la besé de nuevo.

**********

[Tonks]

Salí del baño y leí la cajita, tenía que esperar dos a cinco minutos para saber la respuesta. Me acosté en la cama y abracé la almohada, hacía apenas tres semanas que había pasado todo, esa tarde había sido cansada y de mucho entrenamiento, Remus era una excelente duelista, ese día me regaló mi primer gorro para iniciar mi colección, era un sapo de color apiñonado y de ojos verdes saltones. Estábamos en la habitación de Sirius cuando después de que lo abracé, me rodeó la cintura y me besó, sentí como su temperamento cambiaba junto al mío, quitó una de sus manos de mi cintura y el ruido del vidrio roto nos separó.

-¡Mi lámpara!-. Gritó Sirius y nos miramos asustados. Terminamos escondidos en el closet mientras reíamos.

-Sirius nos matará-. Le dije.

-Chicos traviesos... les pegaré por haber roto mi lámpara-. Estuve a punto de reírme pero sentí sus cálidos labios en los míos. Le abracé el cuello mientras que vi que Sirius encendía la luz, entonces desaparecimos de allí llegando a la vieja cabaña en Portugal, no sé porque se me ocurrió ese lugar, pero lo hice, lo llevé hasta allí.

-Tonks... ¿Qué hacemos aquí?-. Dijo sujetando mi cintura.

-No sé... solo se me ocurrió y lo hice-. Le acaricié la mejilla y él suspiró ruidosamente.

-¿Estás segura?-.

-Lo estoy-. Ya no podía pasar nada más, lo tenía allí, era sólo para mi y no lo iba a desaprovechar, uní mis labios a los suyos y solo entonces ya no nos soltamos, sentí como poco a poco mi túnica cayó al piso detrás de su saco y luego mi falda detrás de sus suéter.

Regresé a la realidad y me encontré sujetando fuertemente la almohada y sonriendo enteramente feliz, por algo estaba sucediendo todo eso, por algo... un hijo, si es que estaba embarazada, llegaría a nuestras vidas, eso nos uniría por completo.

Después de tantos momentos juntos ya nada podría separarnos, ahora lo que me preocupaba era el cómo decírselo a los demás, a él mismo, no sabía porque pero tenía la impresión de que Remus se enojaría... eso hizo que frunciera el ceño y suspirara... faltaba un minuto..un minuto y todo se resolvería.

**********
[Remus]

Seguía allí mordiéndome las uñas y esperando que algún milagro sucediera, simplemente no podía aceptar la idea de que fuera a tener un hijo mío, no podía creerlo, no quería creerlo, las manos me sudaban.

-Es... está próxima la luna llena-. Me dijo Sirius mordiendo una galleta.

-No hay nada peor en esto momentos-.

-Lo hay... saber que serás...-.

-Shhh-.

-Está bien, ya me callo... ¿Has tomado tu poción?-.

-Sí, lo he hecho-.

-Qué bien ¿Sabes? No creo que sea tan malo después de todo-. Lo miré severamente y le arrebaté la galleta.

-Puede ser peor de lo que te imaginas-.

-Nunca lo sabrás si no lo intentas mi querido amigo-.

-Es que no quiero intentarlo... me da pánico-.

-Tu tranquilo, todo saldrá bien, además ni siquiera sabemos si es un hecho-.

-Solo espero no lo sea-. Y entonces escuché pasitos en las escaleras, me levanté rápidamente y la observé bajar, tenía lágrimas en los ojos y me imaginé mil cosas, podía estar llorando por todo, porque sí, porque no...- ¿Qué pasó?-. Y abrazó a Sirius.

-¡Ay por Merlín!-.

-No... no... no puedo verlo, no tengo el valor-. Dijo ella.

-Bien, ven conmigo, vamos-. Le quité la prueba y procuré no verla, subí con ella hasta la habitación que le pertenecía cuando se quedaba allí y me armé de valor.

Luna Llena Color Rosa Chicle (Remus & Tonks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora