Capítulo 49

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—Hola —susurro—. ¿Me odias?

—No, claro que no. —Levanto la mirada encontrándome con la suya. Tuerce la boca hacia un lado, marcando su hoyuelo izquierdo y toma mi mano—. Eres mi mejor amiga.

—Lo lamento mucho, Totó. Por todo, ¿puedes disculparme? Hablaremos esto con calma, pero desde ya quiero pedirte perdón.

—Está bien. Ya estoy calmada también, no hay razón para no hablarlo. De todas formas, no dejaremos de ser amigas por esto. —Recuesta su cabeza en mi hombro un segundo y cuando se levanta está sonriente. Se acerca a mí para hablar sin que todo el bus nos escuche—. ¿Cómo están las cosas?

—Mal —confieso—. Debo contarte muchas cosas.

Obviamente el bus no es un lugar para hacer eso, así que como buena influencia que soy, la convenzo de que se salte la primera clase conmigo. Caminamos hasta el campo trasero del colegio y buscamos refugio tras un árbol donde pasamos desapercibidas.

Le cuento todo, desde mis citas clandestinas con Luka al teatro, al arroyo, en mi casa y en la suya, le confieso todo lo que pasa con Tobías y lo que ahora pasa con todos. Ella escucha atentamente cada palabra, limitándose a uno que otro asentimiento o negación. Al acabar, me cuenta su versión de los hechos con el chico del equipo de Luka.

—Te juro que yo no sabía que me había visto con Kellan —admite—. No fue nada, le dije que yo salía con Luka y quedó en eso; luego se mudó al otro lado de la ciudad.

—Te creo. Ambos se equivocaron en ese entonces, pero ni el más grande error justifica lo que te hizo o lo que hace desde entonces con todas.

—¿Quieres que hable con él? —ofrece—. Sigo odiándolo por lo que pasó en aquel entonces, pero de alguna forma ya no importa y eso es lo que te tiene ahora en aprietos. Quizás si hablo con él, puede... no sé... tomarlo mejor.

—No, Totó... —murmuro—. Esto es algo que yo hice, yo debo arreglarlo. Todo lo que ha pasado ha sido por un error de comunicación, eso es todo. Llevé muy lejos esto con Luka y no puedo engañarlo más... Sé que queríamos que sufriera, pero... —Suspiro sin mirarla, siento que le fallé— no puedo... lo siento.

—No te disculpes, Lucy. Por todo lo que me cuentas, Luka es un buen tipo, quitando el hecho, claro, de que pica más flores que una abeja... Pero supongo que él también es una persona diferente a quien era cuando salió​ conmigo. —Una risa amarga sale de mi garganta—. No debí dejar que hicieras esto, el rencor no lleva a nada bueno y acá está la prueba.

—¿No estás enojada?

—¿Por qué lo estaría? —Ríe.

—Porque el chico que te hizo sufrir me gusta, porque quise dañarlo y ahora soy incapaz de hacerlo, te he fallado... y porque le tomé cariño a Luka.

—No —afirma—. Lucy, él me dañó a mí hace muchos años y ya no importa, el tiempo cura todo y sí, él estuvo muy mal, pero no por eso todo el mundo puede ni debe odiarlo. Quizás está arrepentido, quizás no, pero soltando odio no haré que el tiempo vuelva y el momento se olvide. Yo lo conocí antes de que se volviera un mujeriego y me enamoré de él, no veo por qué cualquier chica no pueda hacerlo también. Tú no eres la excepción, si él te mostró ese lado dulce que me dices, no veo irrazonable que te haya gustado.

—Pero lo despreciabas.

—Y aún lo hago —asegura—. Pero ya pasaron dos años, Lucy. Quiero pensar que cuando salga de la preparatoria todo quedará en el pasado y él siempre será el recuerdo amargo de mi adolescencia, pero ni su vida ni la mía se detienen por lo que pasó. No te negaré que me duele que no me hayas tenido la confianza para contarme antes, pero lo estás haciendo ahora y eso basta.

Dulce venganza  •TERMINADA•Where stories live. Discover now