Capítulo 0

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Ya de por sí es complicado enamorarse; saber que nada tiene el futuro escrito y que en cualquier momento todo puede acabar así de fácil como comenzó

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Ya de por sí es complicado enamorarse; saber que nada tiene el futuro escrito y que en cualquier momento todo puede acabar así de fácil como comenzó. Y es que, si el comienzo es largo y complicado, el final puede ser tan veloz como un parpadeo y duele muchísimo más cuando pensabas que la relación era perfecta, cuando creías que ese ser podía ser el indicado y entonces un día llega y dice que no más, dejándote siempre con la duda de si fue tu culpa o no.

Lo peor de todo es esa humillación a la que te sometes en algunos casos; casos como el mío. Cuando tu amor perfecto solo es resultado de una maldita apuesta, la dignidad se queda con ese chico y se aleja de ti como todas las promesas que salieron de esa boca.

Dicen que el amor es ciego, soy prueba de ello si lo miramos en retrospectiva. Las señales eran claras: esa falta de contacto estando en público, el nunca recibir una palabra linda o el hecho de que incluso lo veía con más chicas, pero como después de eso me decía con una dulce voz que yo era la única, lo dejaba pasar... La mezcla de enamoramiento e ingenuidad nunca es buena.

Aunque para darme crédito, diré que su actitud cretina no fue desde el comienzo, de hecho, empezó más o menos un mes después de que me invitara a salir cuando todo era miel sobre hojuelas. Supongo que luego de ese mes ya se comenzaba a aburrir de mí. La gente puede pensar que fui ridícula al esconder mi dignidad detrás de la máscara del amor hacia él, pero es que era ¡Luka Greisnar! El chico por el que muchas suspiraban y me estaba hablando a mí, se interesó en mí y sí... me enamoró a mí.

¿Cuál es la necesidad que tienen algunos de humillar a otros solo para ser populares?

Después de la hermosa escena que protagonizó junto a mí donde aparte de mandarme a la mierda, esparció varios rumores poco decorosos de mí, me volví el hazmerreír de la preparatoria Crismain; aún hoy, dos años después, las burlas y los comentarios siguen. Uno pensaría que a los quince años eso no pasa, pero no soy la primera ni la última que se equivoca mezclando juventud, hormonas y un primer amor.

Ser tachada de ingenua, ilusa y como si fuera poco, de puta, no es divertido en absoluto. Pasado un tiempo, empezó a serme indiferente cada susurro a mis espaldas, pero en el fondo aún dolía y más cuando desde entonces ningún chico me invitó nunca a salir porque, sin conocerme, le llegaba la historia de cómo desvirgaron a la inocente.

Eso pasó en bachillerato, ahora estoy en la preparatoria y cada día es lo mismo; a pesar de que muchos me hablan y me tratan con gentileza, el incidente sigue en la mente de todos, haciendo que no pueda decir que cuento con verdaderos amigos.

Hay una chica con quien me llevo de maravilla, ¿el problema? Es una amiga virtual.


La conocí en una feria que hubo acá e intercambiamos números, me ayudó en un momento de apuros por Andrés sin conocerme y pues... me cayó súper bien. De eso hace un año, desde entonces hablamos mucho por mensajes y algunas veces por Skype. Ella es mi confidente y creo que yo soy la suya, es como la hermana que nunca tuve. Se llama Luciana y también cursará su último año de preparatoria.

Dulce venganza  •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora