Junniper [Completado] [Editando]

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Te oigo respirar,
Siento la vibración
Y el sonido de mi latido del corazón
No se puede dejar pasar...
¿Sabes?
Siento el dolor
De mi primer amor
Lo deje ir...
No se puede dejar ir
—Angels & Airwaves

——

Mistie

Actualidad

Estoy cansada de sentirme culpable.

Desde que hice ese acto íntimo con Florentino, no he vuelto a verlo.

De todos modos no tendría razón para presenciar su rostro nuevamente.

He estado quedándome en casa últimamente; sólo abrazando mi peluche —le había despojado de la foto de Junniper hace unos días, aproximadamente— pero se me había quitando las ganas leer porque no me sentía digna; cuando leía, me recordaba lo mucho que me agrada escribir y a mi hermano Lucky, que debe estar decepcionado por haber abandonado a mis padres.

Me estrujé al peluche en mi rostro por la frustración; de verdad era una mala persona.

Mi teléfono sonó por undécima vez. Solté un gruñido. Siempre es Florentino, disculpándose conmigo; pero no tenía nada de qué disculparse, yo tengo la culpa por haberlo permitido; se supone que amo a Junniper, y a pesar de que técnicamente no le había engañado, se sentía como si lo fuese hecho.

—Ya sabes, seré libre.
Igual que ese azulejo.
Ahora ¿no es él igual que yo?

Mi corazón se encogió y al girarme, encontré a Lucky, con ambas manos en sus bolsillos, con su rostro meditativo, como siempre.

—Se supone que lo cantes, no lo recites —le dije con una sonrisa apenada, que se transformó en un sollozo.

Se acercó a mí, y me trastornó el parecido de sus ojos con lo de mi madre: miel con tonalidades verdes; verdes como la menta. Su cabello azabache estaba bien cortado, como es acostumbrado, pero debido a las modas actuales, el flequillo se lo mantenía algo largo, así que le caía en la frente con suavidad.

—Ya me enteré de lo que sucedió, Mistie. Incluso en la editorial en la que trabajo se sabe; cosas muy terribles se dicen de ti por ahí. Agustín Hernández tiene mucha influencia en el mundo literario, y por ello le harán caso. Yo creo en ti; eres una chica que siempre ha luchado cuerpo y alma por lo que ama; renunciaste a todo, por seguir tus sueños, algo que tuve que haber hecho si la vida no me lo hubiera puesto tal fácil, y, sin embargo, escribir mi primero libro fue algo que me costó dos años de mi vida. Estoy intentando aclarar todo en dónde trabajo, para conseguirte un empleo, pero necesito que me ayudes, ¿okay? S-

Lo había interrumpido con un abrazo fuerte; a pesar de no saber de mi hermano durante estos años, aún me hablaba con cariño, y me preguntaba si mi padres todavía me trataría de tal manera.

—Lamento si me fui de casa, mas cuando eras aún muy pequeña. Pero en este momento deseo protegerte, porque eres mi pequeña niña, y creo en ti y en lo que vales. —Me apretujó más hacia él, acarició mi cabello, enredándolo entre sus dedos y luego depositó un beso en mi nuca—. Te quiero muchísimo.

Asentí reiteradas veces, escondiéndome en su pecho —Yo te quiero más.

—Mamá y papá te extrañan muchísimo, y están muy preocupados por ti.