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[~]

Si hay alguien aquí a quien no he insultado, le pido perdón.
—Johannes Brahms

——

—No te perdono —aclaró Florentino después de tantas disculpa de parte de mi persona.

—Soy una torpe... Siempre lo arruino todo. —Me encojo de hombros—. Quería agradarte para poder componer bien contigo.

Él mi observa y luego de un suspiro, expresa:

—No tienes que agradarle a todo el mundo; si no te quieren por lo que eres no sirve de nada. —Levanto la mirada—. Además no necesitas que yo te agrade para poder trabajar juntos.

—¿No tengo oportunidad de agradarte?

—¿Por qué insistes tanto?

Después de reflexionar, confesé:

—Quisiera ser tu amiga, te ves interesante —inquirí sin ningún cuidado. Oh vaya, eso último se me salió, maldigo la redundancia.

Él abrió sus grandes ojos añil/esmeralda y tuvo un brillo titilante que nunca le he visto —muy inteligente de tu parte Mistie, aún es un desconocido para ti—.

Después de que él acunara su cabeza entre sus rodillas, dice en voz baja:

—Ya veo, pero tendrás que esforzarte para poder ganar mi amistad; no te la pondré fácil. —Suelta una carcajada pánfila.

—Mi amistad es inigualable y muy solicitado, no conocerás a alguien como yo.

—Ya lo creo, pero nadie me envidiaría esa amistad. Además recuerda, no eres más larga de cabeza a pies que de cadera a cadera, eres esférica como un globo en el que podría encontrar países; por eso sé que nadie tendrá celos de mi relación contigo.

—¿Qué? Pues... ¿Gracias?

Él se rió por lo bajo y el bombillo se encendió en mi cabeza.

¡Oye!

—¡Espérate ahí, listillo! ¡Me dijiste gorda! ¿Me dijiste gorda?... ¡Si!¡Definitivamente me dijiste gorda!

—Lenteja.

—Oye... Eso que me dijiste me dolió en el fondo... —Él alza las cejas y abro los ojos con sorpresa, que pervertido, sucio guarro—De mi corazón. —Me agarro la camiseta de una manera desgarradora y exagerada. Él suelta una carcajada impetuosa.

—Eres un rojo magenta —me dice.

—¿Ah? Que expresión tan extraña.

—Esa expresión la hacía mi antigua novia —comentó él con pesadumbre.

Para no preguntarle con más prolijidad me limité a callarme.

—Rojo magenta... —murmuré para mí.

—A ella le gusta las galletas con crema —susurra lamiendo su dedo lleno de pastel con nata—. Se que te mueres por preguntarme y sí, estoy disponible pero no estaría con alguien como tú.

Junniper  [Completado] [Editando]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum