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[~]

Ella se ha ido al mar
Está peleando por mí
¡Qué valentía!
—Arcade fire

—–

Junniper

Actualidad

—Sí, Todd. Por favor, mi amigo está muy grave, no lo puedo dejar así —le imploro al señor Falkenhorst.

Sabes que no puedes hacer lo que te de la gana. Quizás me tienes las manos atadas a ti porque eres el único heredero, pero has una cosa que me desagrade para que veas que te echo a la calle rápidamente; no me importará nada. —Y con eso, colgó.

Suspiro. La verdad me da igual lo que diga Todd. La primera vez que lo mencionó no pude dormir y no tenía a Poppy para consolarme.

Tres años.

Soy una prueba de que se puede seguir adelante... Simplemente, sucedió. A veces es muy difícil levantarse, tratar de que todo esté bien, pero aunque ella no esté, sigo estando aquí por Poppy. La responsabilidad es mayor cuando no tienes con quien asumirla.

Me senté frente a la habitación de Luis. Frotándose la sien. Él está bien, pero tenía unos fragmentos de cristal en los hombros; por suerte no tocó ningún órgano importante. Claro, hay unos casos que tuvieron que sacárselos con cirugía. Ha tenido días difíciles.

—Hola —me saludó un niño de aproximadamente cuatro años.

—Hola, ¿Qué haces por aquí? —Le sonrío.

—Mi papá está enfermo. —Se acercó más a mí—. Creo que tiene fiebre.

—¿Lo conozco? —Suelto una carcajada floja.

—¡Thiago! —La doctora Black se aproxima hacia nosotros y toma la mano del crío—. Te dije que me esperaras en recepción y luego iríamos aquí.

—Es qué extraño a mi papá. —Sus mejillas se arrebolaron de rosa y se cruzó de brazos. Mis fanales se abrieron.

—Doctora Black... ¿Él es el hijo de Luis? No puede ser, nunca supe que tuviera un...

—Sí. —Levantó al jovencito y lo colocó frente a mí; sus ojos eran en tonos miel y verdosos—. Él es Thiago Simonetti y este hombre es Junniper Von Falkenhorst, tu tío.

Pestañeé.

¿Qué?

Aun sin haberlo anticipado ya tenía al crío entre mis brazos. Observé a la mujer que tenía una sonrisa indescifrable.

Pero... Luis es de mi edad. No debería haber tenido hijos en este momento. No me mal interpreten, es que... Es tanta responsabilidad.

Le palmeé la espalda y él se alejó perfilando una sonrisa. Me encaminé a la habitación de Luis y aún no despertaba del todo.

Tenía la máscara de oxígeno sostenida entre sus manos y hacía un esfuerzo de levantarse sin obstruirse la vía.

—Lo siento... Denme unos segundos, me duele la cabeza —dijo Luis, con voz rauco.

Junniper  [Completado] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora