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Vida en plástico, es fantástica.
—Aqua

——

Junniper


Mi mano cayó a los lados de mi cuerpo, cohibido. No entendía que es lo que hice mal. Solo la chica del café se fue, sin darme especiales dilucidaciones.

Ahora que lo pienso, nunca he tenido unas de mis charlas mentales con respecto a ésta chica, que de hecho me dijo su nombre y ya no le recuerdo. Se parecerá muchísimo a Poppy, pero no quiere decir que el trato va a ser homogéneo.

Suspiro al mismo tiempo que me siento en donde estaba anteriormente, cruzándome de piernas, aspirando el batido que aún yacía en mis manos, observando con cautela la gente que pasaba frente a mí, totalmente profano de mis problemas.

¿Quién era ella, exactamente? No tengo ni la menor idea. La verdad no sé si la razón es que quizás ya me convertido muy cerrado por este mundo de los negocios en el que me han inducido —que estoy adverso a aquello, a pesar de que todavía me falta un año más para terminar la "universidad"— que acercarme en su totalidad a alguien, a pesar de que lo desea de cierta forma, no quiere hacerlo.

La verdad, siempre tomaré de ejemplo a Poppy; la primera vez que me habló estoy seguro que tenía un semblante muy ávido, así que con seguridad puedo decir que transmití sin mucho cuidado que no quería que ninguna se me acercara, pero ella lo hizo; a pesar de que la personalidad de Poppy no fue muy ortodoxo con esta actitud que había mostrando tan apaciguadamente —de hecho, desde aquella vez, no recuerdo que haya hecho algo semejante— de acercarse a alguien tan amistosamente como a mí. De hecho, en futuros encuentros de nosotros; obviado a la redundancia que fueron muchos, ni siquiera a mí me hizo algo parecido a ese día.

Por ello, yo creo que si de verdad yo le gustara a esa muchacha, se hubiera acercado. Sé que yo hubiera podido hacer algo, de hecho, lo hice. Pero si se detienen a pensar, que con esa manera de huir, a veces es desagradable y se puede mal interpretar y, efectivamente, no me supo del todo dulce sus actitudes; como si quisiera confundirme, y hacer cosas como si se arrepintiera, la verdad me desagrada.

Quizás se vea perfecta, pero no es suficiente para mí.

Mi mirada se cruzó con la de Kester, este estaba con ambas manos en la barra, observando de reojo algunos vasos lustrosos pero aún así intercambiamos algunos gestos que son algo difusas, así que arrugué el entre cejo con la intención de que moviera su trasero hasta donde estaba y me explicara que traía entre manos, pero ya no importaba, ya sé muy por qué me observaba de esa manera.

Para mi sorpresa, Agustín se avecindaba a mi dirección, con ambas manos en los bolsillos del pantalón; ya su cabello verde se notaba desgastado, por la falta de aplique; casi argentado.

Al principio preferí guardar distancia, pero, aunque Kester me imploraba que no me acercase, lo hice, dejando en el suelo el envase de vidrio.

—¿Y esa cara? —inquirí ladeando la cabeza, semejando su postura jorobada y ambas manos en los bolsillos. Me observo en desasosiego, por consiguiente siguió su camino, golpeando su hombro con el mío sin deferencia—. Vamos, hombre, aprende a perdonar.

Me observó encima del hombro, meando la cabeza, para luego colocarse frente a mí, muy erguido, pero a pesar de esto, yo seguía siendo más alto que él, y mi sonrisa denotaba superioridad.

Junniper  [Completado] [Editando]Where stories live. Discover now