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Siempre un intruso, nunca bienvenido.
—Gustav Mahler

Línea del tiempo número 6:
En verano de ese mismo año

——

Junniper

El Lago Mooselookmeguntic está situado en un condado de Oxford; no es el mismo como tal, sino en Maine, Estados Unidos; cerca de Adamstown, con un volumen de agua de 562,121 acre·ft. Perfecto para la pesca.

Los Falkenhorst tienen un niño enfermo de leucemia en la Providence Hospice and Palliative Care, Portland —no están emparentados de sangre, pero le dan todo lo que necesita y le ofrecen cuidados de manera financiera—. Ellos cuando estuvieron en el impostor del verdadero Oxford e hicieron una pequeña visita hace menos de un día semanas; al que no fui invitado.

Ahora estaba solo en un auto blindado hasta los dientes en matices negros, con camarógrafos a mis espaldas; ellos piensan que no logro divisarlos, otra pericia del señorito papi para llamar la atención de la prensa, lo típico; ayudar a la gente necesitada y otro logística para invertir dinero. No quiero decir que lo hagan por publicidad (hay otras cosas que diría que son por esta táctica en especial, pero no tengo escrúpulos para hacerlo en este momento). Obviamente que está la razón de ayudar, ya que Miss. F le gusta hacerlo a medida de sus posibilidades, pero siempre hay una razón oculta que los hace ganar ellos y a los demás;lo cual me desagrada. Vamos en camino a la providencia.

Hago un bufido mientras saco mi teléfono de mi bolsillo. Era aburrido esta época de verano sin Poppy; igualmente tendríamos clases particulares y exámenes, pero estaba con ella, que era lo importante de todo.

Mientras entro en Spotify y leyendo con desenvoltura el nombre de las canciones; con mi radio fantasioso y completamente instalado en mi cerebro para escuchar cada una de sus melodías. Siento mis cuerdas vocales posicionarse como si fuera dejar mi voz estallar; haciendo la armonía faltante a cada una de las voces que mis oídos sientes en su interior oír. Lamentablemente, se me quedaron los audífonos en casa y en este momento no podía comprar otros.

Con mi pie encima de mi pierna hago un ritmo agitándolo y luego extendiendo mis brazos los apoyo en los posa cabezas para que con mi dedo índice haga las entradas certeras a mi capacitación como si fuera la batuta de un director de orquesta; lo que hizo titilar mis entrañas del placer de la convicción que causaba en sólo pensar en música. Extrañamente con ganas de explotar los tímpanos del chofer con mi voz centelleante; no me avergonzaba decir que mi voz es especialmente buena, pero no me gustaba compartirlo; es algo completamente mío.

De repente se escucha el automóvil detenerse lo que hace que mi repentino leviatán placentero se desparrame fuera de mi ser. A regañadientes vacío cualquier información innecesaria para la ocasión y me centro mi núcleo lleno de neuronas desentrañas para repasar el nombre del crío y sus características esenciales.

La puerta se abre y salgo de ella atusando mi chaqueta. Los flashes son centelleos al que nunca me creí dispuesto a soportar, pero lo haría por Poppy. Sostuve una sonrisa dulzona para recibir al joven de ocho años, completamente paliducho con las manos extendidas y su sonrisa con dientes chuecos dedicándome una sonrisa. Por consiguiente, me da un gran apretón a mi cuerpo a sus posibilidades.

—Me alegra verlo, señor Falkenhorst —me dice.

—Igualmente, Nico —le respondo.

Semejando sus acciones le muestro una sonrisa de boca cerrada. Estorbando el momento con una cámara cegándolo por un momento pero que igualmente asiente la cabeza con signo de agradecimiento.

Junniper  [Completado] [Editando]Where stories live. Discover now