D o c e

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Maratón 2/3

-Hermione, ven, necesito que pruebes algo- dijo Severus desde su laboratorio.

-¿Qué pasa?

-Toma, bebelo. Vamos a ver que tal funciona- dijo dándome un pequeño vaso con un líquido parecido al agua.

-¿Qué es?

-Dije bebelo, en ningún momento dije que podías hacer preguntas.

-No te pongas mandon conmigo Severus, bueno, a menos que estemos en la cama... Ahí si me puedes mandar en lo que sea.

-No quieras distraerme y ya bebe eso.

Tomé dudosa el contenido del vasito, no dudaba de Severus, él no haría nada en contra de mi salud, sino con la duda de los efectos que tendría la poción.

Al momento de que el líquido pasó por mi garganta sentí que era agua, pero pocos segundos después percibí algo un poco amargo en la punta de la lengua. Hacía ya muchos años que no sentía eso.

En cuestión de segundos sentí y noté el cambio.

Mi cabello, castaño rizado ahora caía lacio sobre mis hombros al escurrirse del rodete que hice para liberarme un poco del calor que serntia en la cocina de la Hilandera.

-Te ves hermosa Hermione.

-¿O sea que antes no me veía hermosa?

-Tú cabello rizado es hermoso, pero lacio se ve aún mejor.

-¿En serio? ¿Te gusto más así?

-No seas tonta, Hermione, me encantas en cualquiera de tus formas.

-¿Qué formas?-pregunté intrigada. Pero Severus no respondió en un instante, como siempre lo hacía.

-Eres una insufrible preguntona sabelotodo.

-¡Oh, vamos Sev! ¿Estás enojado conmigo?- pregunté mientras me sentaba a horcajadas encima de él, ambos sentados encima de su silla frente al escritorio.

-¿Sev? ¿Desde cuándo usas apodos conmigo?

-¿Qué? ¿Tú me puedes decir "insufrible sabelotodo" pero yo no te puedo decir "Sev"? No estás siendo justo- respondí mientras desabotonaba su eterna levita. Jamás había odiado tanto la levita como ahora.

Severus se quedó callado unos instantes y eso me preocupó un poco. Ya son dos veces en menos de cinco minutos en los que se queda callado..  como si le costara decir lo que piensa. ¿No me tiene confianza? ¿Estará pensando en dejarme por la diferencia de edad entre nosotros?

-¿Severus?- pregunté tocando su pecho desnudo con ambas manos. Como si le diera un masaje en el pecho empezando en sus pectorales y subiendo al cuello, sintiendo su fría y suave piel. Pero al ver que no me contestaba comencé a alarmarme de verdad. Tenía la vista perdida en algún punto del laboratorio y su atención estaba en algún lugar lejano.

Y eso me caga la madre. ¡Me está ignorando! O sea, primero me manda a llamar para probar no sé que  mejunje conmigo y después pasa de mí y mis caricias.

-¡Severus Snape! ¡¿Qué carajos ocurre contigo?!- le hablé como si reprendiera a Harry y Ron por no hacer su tarea de pociones.

-Nada, estoy cansado. No me dejaste dormir anoche.

-¿En serio estás cansado? Debería hacer algo para relajarte- contesté susurrando cerca de su oido y dejando un reguero de besos en su cuello y bajándome de sus piernas para pasar a estar de rodillas entre sus piernas. Y mientras desabotonaba sus pantalones daba besos húmedos desde uno de sus pezones hasta el grande y grueso miembro que tenía delante de mi rostro.

Mayor Que YoWhere stories live. Discover now