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En un momento Viktor estaba experimentando el alumbramiento de los hijos del amor de su vida. Era algo increíble estar con Hermione en ese momento; agarrar fuertemente su mano, limpiar sus lágrimas y sostener a los bebés, era una experiencia que no cambiaría por nada.

Pero de un momento a otro las cosas cambian tan drásticamente que ni siquiera te pudiste imaginar que justo eso podría hacerte olvidar todo lo bueno que habías pasado anteriormente.

Mientras Viktor sostenía y observaba embelesado a Doreen, Hermione comenzó a cerrar los ojos; la hemorragia había vuelto y Hassan trabajaba en silencio para detener el sangrado, no quería  alterar a Viktor, ya que éste sabía que la joven castaña significaba mucho para él.

—Krasiva, la pequeña es tan adorable ¿Quieres sujet... — Viktor paso de estar eufórico a histérico rápidamente, la enfermera notó esto y rápidamente le quitó a la bebé de los brazos mientras éste rápidamente se sentaba a lado de la cama y tomaba su mano —¿Qué demonios está pasando Hassan?

—El útero no se contrae, por eso no para la hemorragia... Se desmayó por el cansancio. Es muy joven y tuvo un parto doble sin preparación médica previa, fué un parto muy rápido... Aplicaremos unas pociones y un masaje abdominal, eso debe ayudar a detener el sangrado.

—Vamos nena... Tienes que ser fuerte, por los bebés —. Por primera vez en mucho tiempo Viktor lloraba con un terror enorme mientras acariciaba el cabello de la castaña. Y es que el solo pensar que podría perderla de esa manera era lo que más le aterraba. — ¡Tienes que salvarla, Hassan! ¡No puedo perderla!

Pasaban los minutos y aunque el medimago dijo que estaba fuera de peligro, Viktor no se alejó de su lado. No podría hacerlo aunque lo obligaran.

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Después de unas horas, llegó el matrimonio Granger encontrando un desastre de agua, palomitas y una hoja hecha trizas.

—Patrick... ¿Dónde está mi niña? — la voz de Jean sonaba temblorosa, temía por la seguridad de su hija y sus nietos.

Patrick se imaginaba todo tipo de posibilidades, desde que alguien quiso robarles y secuestró a Hermione, hasta que los tan temidos mortífagos habían regresado por venganza.

Pero lo que los trajo a la realidad fue un llanto quedito que llegaba desde el segundo piso, así que corrieron por la casa hasta llegar a la habitación de su hija.

En el interior se encontró a Viktor con una bolita de mantas rosas en sus brazos, caminando de un lado a otro. Tenía los ojos rojos y temblaba ligeramente pero aún así, no perdía completamente los estribos, sabía que tenía que proteger a los bebés a toda costa.

Hermione seguía dormida en su cama mientras en la cuna estaba el pequeño Patrick durmiendo con tranquilidad, completamente ajeno a lo que sucedía a su alrededor.

La mujer se acercó al altísimo búlgaro, lo obligó a sentarse y retiró a la bebé de sus brazos.

—Ya comieron, les cambié el pañal... No sé porqué Doreen sigue llorando.

—¿Puedes decirnos qué pasó? ¿Porqué no están en el hospital?— Patrick preguntó mientras se asomaba a ver al pequeño niño en la cuna mientras Viktor se sentaba a lado de Hermione, sujetando su mano.

—No sé qué pasó antes, pero Hermione me llamó por teléfono, cuando me aparecí en la sala, ella estaba en el suelo y ya había roto fuente. Le mandé un patronus a mi medimago de cabecera y no había manera de llevarla al hospital o San Mungo, así que aquí tuvo a los bebés... Pero algo a salió mal y se desmayó, tuvo una hemorragia y después de unas pociones todo está bien, solo falta que descanse.

—Bueno, lo importante es que los tres están bien... — Patrick respiró tranquilo unos segundos y después le sonrió ampliamente a su esposa. — Así que fueron niño y niña... Supongo que ninguno de los dos ganó, cielo.

—Si no es molestia, iré a ver algo en la sala, algo no me cuadra con lo sucedido hoy.

Viktor bajó a la sala y observó fijamente el lugar donde encontró a la castaña hace unas horas. Analizó el resto de la sala y vió varios detalles en ella. Sus ojos pasaron de las palomitas en el suelo, al charco de agua con algo de sangre que hizo que se le erizara la piel y finalmente una nota hecha pedazos sobre la mesa del centro.

Con un simple hechizo de rastreo recreó toda la escena, desde que Hermione escogió la película y se adentró a la cocina... Pudo apreciar cómo su cara se llenó de pánico en cuanto el viciferafor comenzó a gritar. Su cuerpo se llenó de una ira indescriptible cuando vio a su chica caer al suelo y con una determinación algo precipitada, se apareció en Hogsmade.

Snape no quedaría impune ante lo que provocó. Si era posible, lo mataría él mismo.

Viktor no sentía el viento helado que azotaba su cuerpo mié tras casi corría por los jardines del colegio para poder entrar al castillo, la furia recorría su cuerpo como una oleada de calor que se sentía cada vez más fuerte, la piel blanquecina de sus mejillas y las orejas estaban tan rojas que cualquiera diría que era por la el frío, ya que al traer solo una playera y un pantalón deportivo durante una nevada no era una buena idea.

Ocho de cada diez personas que encontró en los pasillos jadearon al reconocerlo, una chica de aproximadamente 16 años se desmayó de la impresión, pero la vista del búlgaro no se separó del hombre de capa negra que se acercaba a la puerta del Gran Comedor.

Con una velocidad vertiginosa lo estampó en la pared más cercana y comenzó a golpearlo.

Algunos de los estudiantes gritaron de la impresión mientras que otros le agradecían al jugador, ganando aún más fama de la que quería, pero poco le importó.

—¡MALDITO BASTARDO INFELIZ! ¡¿NO PUDISTE DEJARLA TRANQUILA?!

Snape trataba de esquivar los golpes y de un momento a otro logró sacar su varita, pero Viktor en menos de un segundo ya se la había arrebatado y frente a su nariz hizo algo que provocó un silencio sepulcral.

Rompió la varita del pocionista en dos.

—No mereces nada, Snape. Merlín sabe que no la mereces y tampoco mereces a tus propios hijos.

Los murmullos se volvieron jadeos de sorpresa de un segundo a otro. Nadie podía creer que alguien se acercara al temido profesor ni aunque su vida dependiera de ello, pero enterarse de que el murciélago de las mazmorras tenia descendientes era algo simplemente inimaginable.

¿Quién querría acercarse a ese ser oscuro y amargado a menos de tres metros de distancia? La mayor pregunta de los presentes fue: ¿Quién querría mantener relaciones sexuales con él?

Mayor Que YoWhere stories live. Discover now