D i e c i n u e v e

1.6K 162 25
                                    

Hermione
.
.
.

Jamás me había sentido tan impotente. Por primera vez en mi vida no sabía que hacer, pero de una cosa estaba segura mientras observaba a Severus sujetarse el rostro donde lo había golpeado; jamás olvidaría este día.

—¡¿Es que no soy suficiente para ti?! ¡¿Qué tiene esa que no tenga yo?!— sentía mi rostro arder del coraje, la sangre corría espesa por mis venas y me sentía descontrolada. Sentía que iba a explotar.

—¡No voy a decir nada ahora, Hermione! Debes calmarte, no sabes lo que dices.

—¿A caso piensas que soy idiota, Severus? Sé perfectamente bien lo que digo y sé lo que piensas. ¿Cuál era tu siguiente paso en tu retorcido plan? ¿Profanar la tumba de Lily Potter, robar un cabello y hacerme beber una poción multijugos y así vivir tus asquerosas fantasías? ¡Estás enfermo!— apoyé las manos encima de un librero— jamás pensé que me harías algo así... Severus, yo creí que había algo especial entre nosotros, más que sólo sexo.

Él guardó silencio unos segundos que fueron eternos para mí, sentía mi mano arder por el golpe que le dí, ni a Malfoy le había dado tan fuerte.

—Hermione.... Créeme que no era mi intención hacerlo, lo juro...

Esas palabras fueron las que me destrozaron, me hicieron desear dormir y no despertar, estar petrificada para no sentir nada... El dolor en el corazón no era nada comparado con el dolor que sentía en el alma. Era como atravesar mi pecho con una bazuca y dejar un hoyo inmenso en mí... Era como sentir las torturas de Bellatrix multiplicadas por mil.

Lo último que pude hacer antes de desfallecer fue soltar un jadeo adolorido, no sabía que era lo que más dolía; mi mano, mi corazón o el alma rota que Severus Snape dejó en mí.

Severus
.
.
.
.

Todo salió mal, se salió de control, todo fue mi culpa... Esto no debió terminar así...— repetía una y otra vez en mi mente mientras caminaba de un lado a otro en el pasillo, por que claro que esto... Esto que había entre Hermione y yo se había terminado en cuanto me hizo ver lo que yo hacía inconscientemente.

Era algo inverosímil que haya llegado a este extremo, pero, si soy sincero conmigo mismo... Creo que no hay manera de que saque de mi mente aquellos ojos verdes que me cautivaron con el más puro y grande amor que llegué a sentir alguna vez.

También creo que no es algo justo para Hermione... Yo no soy el hombre correcto para ella, no estoy completo, no se merece algo así... Debí haberla alejado, debí advertirle, debí de ser fuerte y no caer en la tentación que su piel y los sentimientos puros de la joven bruja testaruda, por que ella es una belleza, es verdad, pero no es Lily.

Una parte de mi murió en la casa de los Potter cuando encontré a Lily tendida en el suelo, protegiendo a su hijo... ¿Cómo habría sido mi vida si hubiera estado con Lily? Obviamente ella estaría viva, él pequeño Harry habría sido hijo mío, con piel más pálida y sin aquella mata de cabellos necios que hasta la actualidad tenía el joven mago... Tal vez habrían más niños, una pequeña brujita de cabellos rojos como Lily y con los ojos negros como los míos... Y sin ser consciente una sonrisa se expandió en mi rostro.

—¿Quién acompaña a la Señorita Granger? — preguntó el Medimago mientras revisaba su tabla con documentos. Quité ni sonrisa por una mueca por haber interrumpido mis pensamientos, por un instante había olvidado que estaba aquí esperando noticias de Hermione, la traje a San Mungo en cuanto se desvaneció en mi oficina.

—Yo la traje, soy su profesor. — dije serio, pensando en cuál sería la manera más delicada de decirle a Hermione que era mejor dejar las cosas como estaban. Ella se iría de Hogwarts en unas cuantas semanas y yo seguiría mi vida. Después de todo es lo que ella se merece. Una vida próspera, llena de éxitos y tal vez más adelante tener una familia con un hombre que la haga sentir completa.

—Bueno, señor Snape, tengo entendido que la señorita Granger no cuenta con familiares a demás de que ya es mayor de edad... Como su estudiante puedo compartir con usted lo que pasa con ella — dijo sentándose en una de las sillas en el pasillo, haciéndo una señal de que tome asiento y así lo hice— todos aquí sabemos por lo que la señorita Granger ha hecho por toda la comunidad mágica... La guerra y todo eso. ¿Usted sabe si la señorita Granger ha tenido problemas de ansiedad o estrés?

—Si, últimamente ha tenido algunos problemas con eso, se le han dado pociones calmantes para que se tranquilice. Tiene frecuentes ataques de ansiedad —dije recordando sus terrores nocturnos y cómo después se levantaba a caminar de un lado a otro en la habitación mientras temblaba y sudaba.

—Mmm... Realmente no me sorprende eso, la pobre ha pasado por mucho. —Dijo cerrando los ojos mientras negaba lentamente con la cabeza — Señor Snape, en los episodios de estrés o ansiedad la frecuencia cardíaca aumenta creando taquicardia, el bombeo de sangre al corazón no es la correcta, la demanda de oxígeno aumenta, lo que puede provocar hiperventilación y desmayos. Si el cuerpo humano se somete mucho a esos niveles de estrés puede generar graves daños al miocardio. Un claro ejemplo es que la Señorita Granger tuvo un pre infarto.

—No... Ella es demasiado joven para tener esos problemas de salud... ¿Podría morir? —pregunté sintiendo temor, las emociones de esta tarde no fueron ligeras, es culpa mía que ella haya llegado hasta estas alturas.

—Aún no se llega a ese punto, profesor. Ella no debe recibir ningún tipo de estrés y se le dará tratamiento con algunas pociones especiales y algunos medicamentos muggles... También es recomendable unas visitas con un Psicólogo para dar seguimiento a sus problemas emocionales, eso es lo más importante, si no recibe ayuda, esto podría acabar muy mal. Ella está a tiempo de cuidarse y el recibir apoyo de sus familiares y amigos es crucial.

—De acuerdo, nada de estrés y mucho apoyo... —murmuré pensando en cómo terminar con ella de una forma tranquila tal vez debería traer a Potter y a su amigo pelirrojo...

—También se ha detectado la presencia de la hormona gonadotropina coriónica humana, también se le hará un tratamiento especial —Dijo en tono pensativo acariciando su barbilla , mientras me pregunté por unos segundos el significado de eso. Me estresa que usen términos muggles ¡estamos en el mundo mágico, por Merlín! El medimago se puso de pie y lo imité. — Lo que más me preocupa de estos problemas cardíacos es que le causen daño al embrión... En fin, debo continuar con mis rondas, puede pasar a ver a la señorita Granger, un gusto poder platicar con usted, Profesor Snape. — Dijo apretando mi mano antes de perderse en los pasillos del hospital mientras yo no podía salir de mi estupor

¿A caso dijo "embrión" ?

Mayor Que YoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant