First Love » Suga; BTS✔ ¡Segunda parte ya a la venta!

c u a r e n t a y c u a t r o

hello there :)

¿una nota de la autora al principio? Síp. Y eso es porque este capítulo es prácticamente el último y por eso es especial.

Sólo quería agradeceros todos los comentarios, los votos, las leídas y sobretodo el apoyo. Como ya sabéis, FL es una historia más ''personal'', y gracias a tooooodas vosotras ha llegado a los primeros puestos de fanfic -y mira que hay fanfics, oye-; por eso estoy terriblemente agradecida. Porque pensé que algo tan insulso y cotidiano como FL no iba a llegar nada lejos y que los personajes no iban a ser tan queridos. ¡miles de trillones de billones de millones de gracias! ♥♥♥♥

Yoongi, sé que me estás leyendo desde tu casa con tu rolex de once mil euros, y a ti también quiero darte las gracias por ser mi muso, wapi;) nos vemos en la cama;) digo, en Seúl...

#ArribaElAegi #YoonrinATope

No quiero ponerme más sad, así que...

disfrutad de los siguientes capítulos. ;)

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Nos quedamos sin aire, sin pizza y sin palabras. Deslicé mi mano por el brazo de Yoongi, retirándola de su hombro, y me quedé completamente en blanco. Aquello ni me pasaba en los exámenes de matemáticas. No sabía qué decir, ni siquiera qué pensar. Todavía notaba la calidez de la mano de Yoongi en mi mejilla, pero no estaba demasiado segura de si seguía ahí. Estaba tan abrumada y aturdida en aquel momento que apenas pude reaccionar. Nos miramos mutuamente durante un buen tiempo, todavía demasiado cerca, rozando la punta de nuestras narices, buscando en la mirada del otro algo que nos pudiera explicar qué había pasado. Ni yo ni Yoongi éramos capaces de entender qué había ocurrido, y quizá ni siquiera éramos conscientes de que nos habíamos besado por unos cuantos minutos. Todavía sentía cierto cosquilleo en mis labios, y si no tuviera la necesidad de recuperar algo de aire, me hubiera gustado volver a besar a Yoongi. Sin casi darme cuenta, las yemas de mis dedos recorrieron sus labios. Estaban algo hinchados y húmedos, y además eran tan suaves... Aparté a Yoongi despacio, aunque él se sentó al otro lado de la cama enseguida, sin rechistar y sin media palabra. Yo agaché la cabeza y fingí no escuchar su risilla. Después de procesarlo todo, empecé a sentirme terriblemente avergonzada.

Ya era demasiado tarde como para huir, así que suspiré, echando un vistazo a la pantalla de mi teléfono, y esperé a que Yoongi rompiera el hielo. Nos mirábamos de reojo, pero cuando nuestras miradas se cruzaban, los dos girábamos la cabeza. Como Yoongi no dijo nada, decidí ser la primera en hablar.

— ¿Mañana... te apetece ir a dar un paseo?

Tardó unos cuantos segundos en contestar. — ¿Como si fuera una cita?

Fruncí el ceño, hice como si estuviera ofendida y bufé. — ¡N-no!

— Vale.

Más silencio. Me tumbé en la cama de Yoongi, extendiendo los brazos hacia los lados. Apenas entraba la luz desde la calle, a pesar de que había una farola pegada a la fachada de aquel edificio de apartamentos, pero no quería que Yoongi encendiera la lámpara de su escritorio. Me vería sonrojada, como un maldito tomate, así que le detuve antes de que él se levantara para hacerlo. Agarré la tela de su camiseta y tiré de ella para que se volviera a sentar en la cama. Tampoco quería irme de allí por muy avergonzada que me sintiera; quería quedarme en su apartamento más rato... quería quedarme en Seúl con Yoongi. Sólo me quedaban unos diez días allí, y quería aprovecharlos.