c i n c o

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Im Aerin

hola 😊
16:26
Sé que me odias por hablarte de esto un finde...
16:26
Pero podrías ayudarme con los ejercicios de armonía otra vez, por favor?
16:26

Hoy?
16:40

Sólo si quieres 😅
16:41

ok
16:41

Gracias!!!
16:41

Pero si tú me ayudas con biología
16:42

Claro 😄😄
16:42
(lo digo sin sarcasmo)
16:43

De alguna manera, mi compañera de pupitre logró convencerme un maldito sábado por la tarde para ir a la biblioteca y así poder ayudarle con los deberes de armonía. El día anterior sacó su cuaderno de pentagramas a la hora del recreo, pero se dio por vencida enseguida. Después volvió a hacerlo durante un descanso para repetir el mismo procedimiento. Sacó el cuaderno, puso un par de redondas, se atascó, se frustró consigo misma y acabó gritando. Lo gracioso es que sus ejercicios eran de lo más fáciles, así que me ofrecí a ayudar a Aerin. Durante el descanso y parte de la clase de inglés, le expliqué que no podía poner las notas del acorde en cualquier orden. Aerin pareció bastante satisfecha con el resultado final y decidió que lo mejor era pedirme ayuda. Quizá pensó que iba a ayudarle sin nada a cambio, pero teniendo en cuenta que la biología no era mi fuerte y que no pensaba dar clases de armonía prácticamente gratis, era bastante obvio que teníamos que llegar a un trato. Ella me ayudaría con la biología y yo con la armonía.

Me envió la ubicación de una biblioteca que estaba bastante cerca de mi apartamento. Y de su casa. Creí que tenía un buen sentido de la orientación, pero me di cuenta de que me había perdido cuando supe que llevaba veinte minutos caminando. Aerin me dijo que le biblioteca sólo estaba a cinco minutos de su casa... Tuve que arreglármelas con el GPS del teléfono. Como consecuencia, mi teléfono perdió un treinta por ciento de su batería, así que mi teléfono se quedó al borde de la muerte cuando llegué a la puerta de la biblioteca.

Era la primera vez que veía a Aerin con ropa normal, con ropa que no fuera el maldito uniforme del instituto. Y sin sus zapatillas horteras. Vestía una simple camiseta de color negro y unos vaqueros anchos, de cintura alta. Llevaba una mochila colgada del hombro.

Al verme, se ajustó las gafas y me miró con enfado. Dio un par de pasos para acercarse a mí. Se cruzó de brazos.

— Vaya, al parecer llegas tarde a todos los sitios. — protestó. Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la enorme puerta de la biblioteca de tres plantas.

— Los genios siempre llegan tarde.

— Ya, bueno, creo que Aristóteles era un tío muy puntual. — soltó. Empezó a enumerar una cantidad inmensa de científicos, filósofos, compositores y hasta directores de cine. No paró hasta que la puerta del ascensor al que llamó se abrió. — Joder, me da una pereza tremenda subir las escaleras. Vamos.

Me alegró que tampoco quisiera subir tres pisos. La sala de estudio a la que íbamos estaba en la planta superior y no tenía demasiadas ganas de subir unas cuarenta y cinco escaleras. Entramos al ascensor. En un pequeño cartel pegado junto a los botones, ponía que ahí cabían cinco personas, pero estaba seguro de que sólo cabían dos, o una persona muy gorda. Aerin se pegó a la pared contraria y se cruzó de brazos como si se quisiera proteger de mí. Evitó cualquier tipo de contacto, como yo, y no dijo nada hasta que las puertas se volvieron a abrir, dejándonos paso.

First Love » Suga; BTS✔ ¡Segunda parte ya a la venta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora