Capítulo 59. Perseus.

838 68 42
                                    

Cuenta regresiva para el final: 3

P.O.V Annabeth.

Caminamos durante mucho tiempo, e incluso ahora no estoy segura de con qué rumbo. Cuando bajamos del tren, (evitando las preguntas del histérico conductor) Grover nos guió por una especie de bosque. 

La luz del sol se colaba a raudales por las copas de los árboles, iluminando el suelo lleno de hojas. Seguimos un riachuelo, sin estar seguros de qué pensar.

Todos estábamos cubiertos de pequeños cortes, pero que eso no los engañe. Eran como un millón de minúsculos cortes de papel, y todos sabemos que esos hijos de perra duelen como el infierno. 

Jason y Piper iban a mi lado, tomados de la mano. Estaban despeinados, asustados y cansados, como los demás. Estaban hablando sobre algo de lo que no me molesté en escuchar. Mis pensamientos estaban divagando, y mi vista estaba fija en el movimiento de mis pies. Las hojas crujían al pisarla, y el silencio era sólo roto por el murmullo de los demás y el canto de los pájaros. 

 - Ya estamos cerca - oí decir a Calipso - ¿ven la playa? Ahí está el campamento. 

Habían pequeñas construcciones que no llegué a ver del todo bien. Nos encontrábamos en una especie de colina, y no habíamos hecho nada más que descender durante todo el trayecto. 

No sentí emoción alguna, a decir verdad. Mi mente no dejaba de mostrarme destellos de un par de ojos color verde mar, cabello despeinado negro azabache. Una sonrisa ladeada. Dos pequeños hoyuelos en la comisura de los labios. Percy. 

Percy.

Mi mente se rehusaba a creer que Percy estaba muerto. En ese entonces, sabía que cuando la verdad por fin se asentara, me vería convertida en una sombra de lo que era; un vago recuerdo. Porque no había manera en la que podría seguir adelante sin mi... sesos de alga. 

Cuando mis pensamientos por fin decidieron despejarse, me encontré a mí misma en una especie de entrada. A lo lejos se podía apreciar una casa y un campo de lo que parecían fresas. El olor a humedad también estaba presente, mezclándose con el típico aroma de los campos de cultivo. 

 - Alto - dijo una voz.

 - Está bien, Chris. Somos nosotros - dijo Grover.

 - ¿Underwood? - el chico de apariencia latina, Chris, sonaba contento - ¡hace tanto que no te veo, Grover! ¡No te reconocí! 

Chris se acercó hacia Grover y lo abrazó con fuerza, una sonrisa enorme adornando su rostro. 

 - ¿Qué tal todo? ¿Más desapariciones? - preguntó Enebro, luego de que el chico se acercara a abrazarla.

 - Oh, no podrás creerlo - el semblante de Chris cambió - Parece que ahora están tomando hijos de Apolo. Michael Yew y Will Solace. Nadie los ha visto hace meses. 

Grover sacudió la cabeza, luciendo derrotado.

 - Ahora ya nada es seguro - masculló Calipso. 

Nico se aclaró la garganta, luciendo irritado. 

 - ¿Les tengo que recordar que estamos aquí? - dijo él, después de rodar los ojos. Tenía los brazos cruzados y una ceja levantada. 

 - Lo siento, chicos - Enebro nos dedicó una sonrisa amable, justo como solo ella podía hacerlas - bienvenidos al Campamento Mestizo.

***

 - ¿Se-señor Brunner?

 - Hola, Frank.

You and me (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora