Capítulo 57. Campamento Mestizo.

1.1K 83 45
                                    

[Sí, pueden matarme, les doy permiso.]

Cuenta regresiva para el final: 5

P.O.V Percy.

Durante un largo tiempo, pensé que estaba soñando. Mis ojos se abrían, observaban algo incomprensible y volvían a cerrarse. 

Primero vi a un montón de gente reunida a mi alrededor, gritando algo que no alcancé a comprender. Luego un tipo rubio parado a mi lado, con sus ojos clavados en mí. Cientos de ojos. Después, un rostro familiar en mi rango de visión, con enormes ojos cafés. Estaba hablando con alguien demasiado alto como para que pudiera ver su rostro desde mi posición. 

Entre escena y escena, me quedaba dormido. Mis ojos pesaban, como si tuviera pesas atadas a las pestañas, si eso tenía sentido. 

No sabía dónde estaba, ni cómo había terminado allí. 

¿Estaba muerto? Probablemente no. No seguía una religión en concreto, pero estaba seguro de que ningún cielo consistía en lo que se encontraba frente a mis ojos. 

No estoy seguro de cuánto tiempo pasé así, sin estar despierto ni dormido. Pero la cuarta o quinta vez en la que mis ojos se dignaron a abrirse, ya no pesaban tanto. Me erguí sobre la cama, y mi cabeza dio unas cuantas vueltas. De repente, una voz me sobresaltó:

 - Con calma, Percy - reconocí la voz al instante.

 - ¿Se-señor Brunner? - pregunté, incrédulo. Mi profesor de mitología estaba parado a mi lado. Parado. ¿Dónde había quedado su silla de ruedas? Luego observé la parte baja de su cuerpo, donde deberían haber estado sus piernas. Había un caballo ahí. Bueno, la mitad. Blanco y grande, reemplazando sus extremidades inferiores. Recordé sus clases, esa cosa tenía un nombre... ¿fauno? No, esperen. Centauro. Eso era.

 - Creo que es tiempo de que comiences a llamarme Quirón, Percy - respondió, con una tímida sonrisa - Y tenemos muchísimo de qué hablar. 

***

 - No entiendo - murmuré, dejando caer mi cabeza sobre la mesa - no entiendo nada. Quiero ir a casa.

Tenía miedo. Estaba perdido. De seguro estaba dormido, eso tenía que ser. 

Después de salir de lo que, me explicó Brunner, era la enfermería, caminamos hacia el porche de una antigua casa, en medio de lo que parecía un valle. Habían varios arbustos, un arroyo y lo que parecían campos de cultivo. No sabía nada sobre cultivo, pero estaba casi seguro de que eran fresas lo que crecían en las abundantes hectáreas de tierra. Estábamos rodeados de varias colinas, el cielo ni tenía ni una sola nube y el sol brillaba opacamente. Supuse que eran las cuatro o cinco.

Brunner y yo nos sentamos frente al valle, y fue cuando comenzó a hablar.

Comenzó con los mitos griegos, recordándome sus clases. Habló sobre el poder de occidente, el paso de los años, las costumbres griegas y los mortales. 

Habló sobre una profecía, un tal Bóreas y un tal Eolo, algo sobre una corona y un montó de palabras más. Hécate. Hechizos. Semidioses. Grover. Calipso. Enebro. Kampe. Ataque. Jason. Leo. Piper. Frank. Nico. Thalia. Frank. Hazel. Annabeth. Romanos. Griegos. Muerto.

Muerto.

 - A ver - murmuré, incorporándome en la silla - Señor Bru... digo, Quirón - me corregí - Lo que está tratando de decirme es que... soy el hijo del algún dios griego o romano... y mi mamá me inscribió en Coast River porque la diosa Hécate puso un hechizo en la escuela para reclutar semidioses... porque el dios del aire está tratando de matar a todos. Y ahora todos mis amigos piensan que estoy muerto. 

You and me (Percabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora