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CARL.
Aquello me heló la sangre, me volcó el corazón, y me quitó todo rastro de oxígeno en mis pulmones. Y es que ver como el delgado cuerpo de Faith desparecía por completo entre los caminantes, había sido lo más doloroso que había visto en mi vida. Dolía.
Y yo, me vi retenido por mi grupo entero, ya que mi padre no pudo solo. Si no hubiera sido por ese montón de brazos, habría huido del carro a salvarla entre ese monto de muertos.
Todo el camino a Alexandría me mantuve en la parte trasera, limpiando con mis mangas las lágrimas silenciosas que bajaban por mis mejillas, pero no servía de mucho, otras reemplazaban aquellas. El miedo, y la tristeza me estaban carcomiendo. Siquiera imaginar ya no tenerla conmigo, me hacia un hoyo en el pecho sumamente grande.
Apenas la camioneta se detuvo, anunciando nuestra llegada, mis pies ya caminaban a zancadas largas hacia la armería. No me inmute en los Salvadores, quienes estaban en el portón, ni mucho menos me preocupe por darles la bienvenida a esos idiotas.
Tenía que encontrar a Faith.
Abriendo con brusquedad la puerta de la armería, logré que ésta choque con la pared, creando un ruido estresante. Me dirigí a la entraba, encontrándome con lo peor. Mis pies se detuvieron en seco.
Las armas, los cuchillos, las balas. No había nada.
Saliendo con la furia en punta, noté a Simón junto mi padre, caminando al almacén. Con todas las intensiones de alterarme con ellos, como la primera vez. Sin embargo, antes de que abra mi boca para siquiera hacer el mínimo sonido, una imagen para nada reconfortante me hizo callar.
El almacén... Estaba vacío, literalmente. Solía exagerar con que nos encontrábamos famélicos, cosa que no salía mucho de la realidad, pero al menos teníamos un par de latas. Pero ahora... No había nada, ni una misera miga de pan.
⏤Digan que no hemos venido a cobrar nada... Pero para la próxima... Ya saben que hacer.⏤ Con su típica sonrisa burlona, Simón volteó, dejando un golpe leve en mi sombrero, se preparó para marcharse junto sus ayudantes.
Intentando ignorar toda la presión que me rodeaba, caminé a mi hogar. Dónde los salvadores hurgaban, como si de su propio hogar se tratase.
Dándome un risa maliciosa, ambos siguieron a la mano derecha de Negan. Subiendo las escaleras del porche, pasé la puerta. Encontrando todo lo material destruido, pero como digo... Es lo material.
Subí las escaleras con agilidad, dirigiéndome a el cuarto que compartía con Faith. Donde también, guardaba algunas armas blancas.
Ésta estaba igual o peor que la planta baja, pero le reste importancia. Ahora tenía un sólo objetivo. Levantando la bolsa de dormir, ya que nos habían quitado la cama, preparé mi cuchillo y reaprovisione mi revolver.
Cuando estuve listo, di un paso al frente. Apenas la suela chocó la madera, un crujido me obligó a bajar la cabeza. Vidrios, millones estaban repartidos en el suelo, tanto pequeños como grandes. Viendo más allá, noté las fotografías que había adornado especialmente para mi y mi novia. Si bien, estas se mantenían intactas, el cristal al igual que él cuadro estaban destruidos.
⏤Mierda...⏤ Masculle, limpiando una lágrima rebelde. Me incorporé para seguir con lo que había iniciado.
( • • • )
⏤Gabriel hacía guardia cuando todo desapareció, incluyéndolo. Nos falta lo que ya notaron, y un auto.⏤ Informó Tobin.
Aquello me hizo apretar los puños con fuerza, logrando la blanquear mis nudillos por la sangre que no corría por ellos.
Lo sabía, siempre lo supe. Era un hijo de puta.
⏤Debemos salir a ver que conseguimos... De paso, buscaremos a Faith. Ella me salvó, ahora nosotros la salvaremos.⏤ Ordenó mi padre.
Y sin más, todos nos preparamos para la salida de Alexandría, nuevamente.
