CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE; ❝ LA TIERRA PROMETIDA. ❞
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La tarde se me hacía larga, infinita, interminable. Horas, horas y horas de sufrimiento, ansias por lo que pasaría después. Miedo por sus intenciones. Frustración por el tiempo que llevaba aguardar.
La mano de Carl que reposaba en mi pierna, se extrajo al escuchar que matarían a Olivia, si no se encontraban las armas desaparecidas. En respuesta, encime ligeramente mi palma sobre su tacto, empezando unas leves caricias que al parecer funcionaron cuándo dejó de oprimir mi piel.
⏤Debo decirles algo, aunque está bastante claro...⏤ Prosiguió Rick. ⏤Ya no estoy a cargo... Negan lo está.⏤
Fruncí notoriamente mi ceño, histérica por sus palabras rendidas ante los pies del portador de temeroso bate envuelto en púas, mientras sentía cómo mis piernas daban un salto fuera del asiento, llamando la atención del grupo reunido. Dediqué una mirada de desaprobación hasta el que solía ser mi líder, y luego, opté por guardar silencio conforme me marchaba fuera de la iglesia.
⏤¡Faith, por favor!⏤ Le oí exclamar, seguido de sus pies corriendo hasta que logró alcanzarme, dejándose frente a mi para acoger mi rostro entre sus manos y permitirme un deleite entre su mirada apenada, pero digna de admirar de todas maneras; ⏤Por favor... Papá sólo... Quiere que entiendamos la realidad en la que vivimos.⏤
⏤¿Es broma?⏤ Solté, empujando su pecho para mantenerlo lejos de mi posición. ⏤¿Que Negan está a cargo? ¿Acaso no sientes nada? Esto acabará, Carl... Sobreviviremos, cómo siempre lo hemos hecho. No puedes rendirte. Yo no lo hago, y tu tampoco tendrías que hacerlo.⏤ Estaba dispuesta a marcharme, cuándo sentí cómo sostuvo mi mano con la suya y de esa manera jalarme hasta él. Estrechando mi cuerpo en un reconfortante abrazo, que logró que olvidase el infierno que nos rodeaba entre las paredes que habían logrado volverse un hogar para mi, y mi familia.
⏤Lo siento.⏤ Susurró. ⏤Somos sobrevivientes, nosotros no morimos.⏤ Nos separamos recién cuándo todos los demás se encaminaron fuera de la iglesia, lo que significaba que la reunión había acabado, por fortuna.
Mis ojos se cruzaron con la cabellera larga y oscura de Enid entre la multitud, y estuve a punto de llamar su atención en el momento justo en el que un salvador sostuvo su brazo con tanta fuerza que admire cómo sus pies se tambalearon por la sorpresa que le había causado. ⏤Vacía tus bolsillos.⏤ Le oí ordenar. Ella, sin más, obedece.
⏤¿Globos?⏤ Cuestionó, en tono de burla mientras sostenía entre sus dedos los únicos objetos portados por la castaña. ⏤¿Acaso vas a una fiesta, pequeña?⏤
