Jong In, El novio de mi hermano menor.

Capítulo 22.

La relación entre los dos hermanos mejoraba poco a poco. Cada día Chan Yeol visitaba a Se Hun en el departamento de Baek. Ahí, los dos mayores le ayudaban con tareas o trabajos de investigación. Yeol le había mostrado sus calificaciones, y era verdad. Había mejorado en ellas, pero aún debía mejorarlas todavía más.

Se Hun había solicitado un permiso por tres semanas en la universidad. Al comienzo tuvo miedo, porque pensó que el director rechazaría su solicitud, pero éste le hizo saber que no debía preocuparse por los días que faltara. Entre Baek y otro de los profesores cubrirían sus clases; Incluso le extendió el permiso a un mes.

Jong In no había vuelto al departamento los últimos cuatro días. Se negaba a aceptar que extrañaba verlo ahí, cocinando para él. Quería y necesitaba verlo. Se removió en su lugar en el sofá recordando la última vez que se habían visto. ¿En verdad hablaría con Chan Yeol? ¿Ya lo habría hecho? Chan Yeol nunca le hablaba de su relación con el moreno y él tampoco le preguntaba nada.

Observó a Baek y su hermano; Estaban sentados a la mesa del comedor con libros, cuadernos, lapiceros y la laptop encendida frente a ellos. El mayor ayudaba con alguna tarea a Yeol. Éste reía estrepitosamente por alguna de las tantas ocurrencias de su mejor amigo. Él comprendía al menor, sabía que estando al lado de baek era imposible aburrirse, y también sonrió.

Su sonrisa se desvaneció cuando la risa de su hermano fue disminuyendo. Desde donde él se encontraba, pudo ver cómo Baek acariciaba la mejilla izquierda de Chan Yeol, y a éste ponerse serio, con la mirada clavada en la del mayor. Notó que Baek en aquel silencio. Se acercaba peligrosamente a la roja boca de su hermano. Cerró con fuerza los ojos, no quería ver aquello. En seguida se escuchó el timbre del departamento. Alguien había llegado.

El corazón de Se Hun empezó a latir aceleradamente ante la idea de que fuera Jong In el que estuviera tras la puerta de la entrada. Escuchó el ruido de una silla al recorrerse hacia atrás, y después que alguien abría la puerta.

La voz risueña de Baek, y las otras voces que se escucharon le hizo saber que se trataba de Lay y Sam.

- Pasen.- indicó. – Se Hun duerme, pero no tarda en despertar.- dijo mirando el reloj en la pared del comedor. - ¿quieren quedarse a comer con nosotros?.- preguntó en voz alta mientras caminaba a la cocina y encendía el horno.

Los recién llegados aceptaron la invitación a comer. Chan Yeol recogió todas las cosas de la mesa, dejándola escombrada y limpia. Baek les dijo que iría a comprar un poco de pan caliente y algo de fruta. Chan Yeol se acomidió a acompañarlo y juntos salieron del departamento.

El rubio sintió la suave caricia de una mano recorrerle la frente hasta la mejilla, quedándose ahí.

- Tienes un poco de temperatura, cariño.- susurró Sam con voz dulce. Haciendo que Se Hun entreabriera los ojos.

Sam de pie, lo observaba con extremo cariño y preocupación. Y le recordó a su madre. Los ojos le escocieron un poco y luego la visión se le nubló por las lágrimas.

- ¡Oh, cariño! No llores.- dijo ella, sentándose en la orilla del sofá.

El rubio logró sentarse y se abrazó al cuerpo delgado y fino de la mujer. Ella le respondió el abrazo y con una mano acarició los claros cabellos del menor. Lay se aproximó con rapidez a ellos al escuchar a su esposa. Se Hun se encontraba mal, tanto de salud como anímicamente.

- Quiero volver a casa.- susurró entrecortadamente. – Sólo quiero volver a casa.