Capítulo 4.

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Después de hacer un par de llamadas y revisar los documentos que se había traído de la oficina en su despacho, se duchó y puso ropa cómoda para estar en casa. Ese día no había visto a Chan Yeol pues había tenido mucho trabajo y cosas pendientes por hacer, pero lo había llamado algunas veces durante el día. Fue directo al refrigerador, lo abrió sin encontrar nada comestible o apetecible en el interior y lo cerró. Fue por su móvil para pedir algo de comida y se encontró con una llamada perdida de su mejor amigo, le dio clic a aquel número y esperó a que entrara la llamada, pero el timbre se escuchó antes y fue a ver quién era.

- ¿Qué tanto haces que no contestas el móvil?.- decía su atolondrado amigo cerrando la puerta tras él.


- Estaba tomando un baño, Lay.- explicaba al bajo de estatura. - ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste?

El contrario sacó de entre su chamarra una botella de whisky, el favorito de los dos, moviéndola de un lado a otro.


- No te negarás y nos la tomaremos toda. Ve por unos vasos y sírvenos, anda.


- ¿Y qué celebramos?


- Celebraremos la aceptación de mi nuevo proyecto laboral y tu maravillosa relación con ese nuevo chico..


- Chan Yeol. Se llama Chan Yeol, Lay.


- Con Chan Yeol, sí.

Lay fue a sentarse en el sillón grande mientras que el moreno iba por los vasos y ponía un par de hielos en ellos. Regresó con el recién llegado, sirvió el líquido y le entregó uno de ellos. Lay era dos años y medio mayor que el moreno, pero más bajo; Al comienzo no habían congeniado su forma de ser con el otro y no se dirigían la palabra. Jong In atraía a chicos y chicas por igual por su singular forma de ser y su maravilloso físico. Podía ser el tipo más serio y antipático del instituto, pero también el más guapo, gentil y coqueto con quien llamara su atención. En cambio, Lay era el típico bromista parlanchín del grupo, del año, fracasando en el intento por ser popular y llevarse a quien quisiera a la cama. Y siendo así de diferentes uno al otro, sus personalidades encajaron tan bien que pronto se hicieron buenos amigos y luego los mejores amigos, así hasta el día de hoy.

Lay y Jong In se conocieron en la preparatoria, luego estudiaron juntos la carrera y trabajaron en la misma empresa por casi tres años; Tiempo que vivieron juntos pagando el alquiler por mitad cada quien hasta que el mayor conoció a Samy y decidió comprometerse y vivir con ella. Poco después fue contratado para dar clases a universitarios y enviado a otra ciudad. Cada quien siguió su vida, pero la amistad entre ellos continuó firme y seria, a pesar de que apenas si se veían. Sin embargo, Lay se programaba y hacía un tiempo para su mejor amigo e iba a visitarlo al menos dos o tres veces al año.

Estuvieron platicando y brindando por esto y aquello por un rato. Lay observó a Kai y lo notó distinto, lucía un poco más cansado de lo normal y sus ojeras un tanto más oscuras. Recordó la última vez que se vieron, el moreno le había platicado sobre un chico que había conocido hacía un par de días, no profundizaron el tema, pues él viajaría nuevamente fuera de la ciudad para supervisar unos proyectos que tenía en un par de universidades y Kai se quedaba en la ciudad por su trabajo, así que no habían tenido oportunidad de verse y platicar tranquilamente poniéndose al corriente con las cosas importantes de su vida.

- Y bien, ¿sigues jugando?

- ¿Jugando?.- preguntó de nuevo el moreno no muy seguro de aquella pregunta.

- Sí. Jugando a enamorarte, amigo.- dijo como si nada el más bajo.

- Casi. Pero estoy seguro que ésta vez va en serio.

Jong In, El novio de mi hermano menor.Where stories live. Discover now