El Padre de Mi Mejor Amiga|Justin Bieber|Editada|

Capítulo 76: Si no eres feliz con un hombre...pues mejor estar sola

Lo próximo que escuché fue la puerta principal, abriéndose, y luego cerrándose otra vez.

Abrí mis ojos de sopetón, y vi a Brad, aún sobre mi con rostro de confusion.

-¿Quién mierda es Emma?-preguntó.

Inhalé bruscamente, llevando oxígeno a mis pulmones, mis manos hormigueando en el deseo de darle un maldito puñetazo.

-¿Cómo demonios se supone que lo sabría?

Él enarcó una ceja al ver mi cambio de actitud, y en ese momento sentí como si hiciera mucho tiempo que me encontrara en un desierto infernal muerta de calor y alguien me hubiera extendido un vaso de agua.

Refrescante.

En ese comentario volví a ser yo.

Maldita sea, yo no era sumisa, no era alguien que agachaba la cabeza ante un imbécil que se quería pasar de listo.

Me sentía sucia, y utilizada como nunca, aunque no hubiera sucedido prácticamente nada.

De todos modos agradecía enormemente a quien hubiese entrado a mi casa, aunque fuera un puto ladrón.

Mis pensamientos se esfumaron cuando oí una voz en la cocina.

-¿Emma?

Mis ojos se abrieron como platos.

¿Mamá?

-¿Dónde estas?-volvió a gritar desde el piso de abajo-salí temprano, traje la merienda

Brad me miró con odio y susurró.

-Te salvaste por esta vez

Mi subconsciente saltó en una alegría aliviadora, porque aquello no había sido nada bonito, pero al menos no había ido más allá de sus asquerosas manos tocándome.

Rápidamente se puso de pie haciéndome gemir a lo bajo por el dolor de su cuerpo sobre el mío, y comenzó a vestirse a la velocidad de la luz.

Hice lo mismo y en cuanto terminé, corrí a la puerta para huir de allí.

Pero Brad tomó mi brazo con fuerza y me acercó a el con un movimiento rápido.

-No te preocupes nena, ya tendré otra oportunidad de tenerte debajo de mi-fruncí el ceño espantada, aunque sabía que él estaba intentando asustarme-y será muy pronto, no tengas dudas-sonrió de lado.

Me zafé de su agarré y corrí escaleras abajo, mirandome en el espejo del pasillo a la pasada, mi maquillaje estaba correcto, ningún golpe a la vista.

-Mamá-sonreí ampliamente al verla y sin poder evitarlo la abracé aferrándome a ella, en verdad la necesitaba mucho, en ese momento necesitaba cerca a todas las personas que quería.

Se sentía como si me hubiera salvado de una grande.

-Hola nena-sonrió sin notar mi repentina tristeza y me contó que la mamá de la niña que cuidaba llego mas temprano del trabajo y que pudo salir antes.

-Eso es increíble-sonreí auténticamente porque ella se merecía unas horas de descanso.

Cuando nos habíamos sentado en los taburetes para merendar juntas, oí los pasos de Brad bajando rápidamente las escaleras y me quede de piedra.

Mi mamá me miró confundida, pues claro, no le había dicho que había alguien allí porque de verdad creí que él se quedaría en mi habitación escondido, o que se iría por la ventana.

-Brad-saludó mi mamá, sin poder ocultar su sorpresa.

-Hola Clarise-saludó él con su sonrisa inocente que me hacia querer vomitar.