Conseguí salir del instituto sin que ningún idiota me aplastara. Las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina, a dos días para ser exactos, y todos los grupos de amigos, ya fueran grandes o pequeños, se arremolinaban en la salida para acordar cuándo y dónde quedar para verse. Yo, sin embargo, pasé de largo y caminé a casa lo más rápido que pude, alicaída, sin siquiera mirar la frente.

Me detuve antes de girar una esquina porque alguien tiró de la correa de mi mochila. Me giré, creyendo que sería Yoongi, porque él era el único que se atrevía a hacer eso, pero me topé con una chica de ojos grandes y larga melena azabache.

Enarqué las cejas al ver que se trataba de Soyoung. No merecía la pena preguntarle qué narices quería, así que retomé el camino sin decir nada. No tenía ganas de hablar, ni siquiera de grupos de idols, y mucho menos de discutir con alguien como ella. Volví a pararme en seco cuando oí la voz aguda de Soyoung pronunciar mi nombre con recelo.

— ¿Qué? — dije de mala gana.

— ¿No puedo hablar contigo?

— No. Adiós.

— Eh, Aerin, espera. — me agarró del puño de mi abrigo para detenerme. — Sólo quería disculparme por lo del otro día. Lo siento, de verdad. Era una bromita...

— Tu cara si que es una bromita. — agité el brazo para zafarme de su agarre, rodé los ojos y suspiré con fastidio. — Que os quede claro que vuestras bromitas y vuestros insultos me importan menos que una mierda. ¿Lo entiendes o tengo que hacerte un esquema?

Pestañeó fingiendo inocencia. — Jo, ¿entonces no me perdonas?

— ¿Qué tengo que perdonar? Si de todas formas tus insultos no me ofenden. Además, yo siempre perdono a las perras y animales en general. Ellos no tienen la culpa de nada...

— Ah... — por un momento creí que iba a gritarme, pero no lo hizo. Miró varias veces hacia los lados y hacia atrás, como si buscara a alguien o como si tuviera prisa por irse. Volvió a detenerme antes de que yo continuara hacia delante, agarró mis dos manos y las cogió entre las suyas, pegándolas cerca de su pecho. — Aerin, de verdad lo siento...

A pesar de ser miope, reconocí una figura familiar que caminaba con las manos en los bolsillos a lo lejos, y entonces supe cuáles eran las verdaderas intenciones de Soyoung. — No te preocupes, le diré a Yoongi que te has disculpado conmigo.

— ¿Qué? ¿En seri- — debió de darse cuenta de que se había delatado a sí misma. Me reí a costa de su estupidez.

— Sí, sí; no te preocupes. Hagas lo que hagas no vas a tener ninguna oportunidad con él, pero tranquila. Yo se lo digo. No hay problema. — por fin pude deshacerme de su agarre y seguir con el camino de vuelta a casa. Suspiré, cansada, y caminé hasta dejarla muy atrás.

Hacía tanto frío que tuve que tirar de las mangas de mi abrigo para taparme las manos. Nunca me había gustado llevar las manos dentro de los bolsillos por alguna razón absurda, o puede que por algún trauma infantil del que no me acordaba. Mientras andaba deprisa para llegar a casa, me vino a la cabeza la fatídica nota de mi examen de matemáticas. Estaba jodida. Mis padres iban a encerrarme en mi habitación y a atarme a una silla con el libro delante para que lo estudiara de cabo a rabo. Me torturarían hablando día y noche de los temas de mi futuro y de la universidad. Prefería pegarme un tiro antes que aguantar todo eso.

Y por fin llegó la etapa más dura de un suspenso: la tristeza, los arrepentimientos y las preguntas sobre un futuro incierto. De sólo pensarlo se me formó un nudo en la garganta.

Alguien o algo hizo que me tropezara. Pensé que iba a caerme al suelo y estiré los brazos casi sin darme cuenta, esperando a amortiguar la caída.

First Love » Suga; BTS✔ ¡Segunda parte ya a la venta!Where stories live. Discover now