¡Eres mio! Imbécil

|08| Capítulo 36: Vistas al futuro

—Continuemos, ya falta poco para llegar —Thomas se puso de pie.

—Me siento mal... —dijo Renato, todavía no se ponía de pie.

Bruno lo observó un momento.

—Debemos bajar ahora —ordenó. —Este idiota es alérgico a las abejas. —Se acercó a su amigo y rodeó sus hombros con su brazo.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Renato mientras todos bajábamos rápidamente.

—Estás pálido.

—Me voy... creo... —su respiración comenzó a ser agitada. —Me cuesta respirar.

Ethan se acercó a ambos y ayudó a Bruno. Por supuesto nos adelantaron, poco les faltó lanzarse de cabeza hacia la base en donde estaban los guías. En el transcurso me doblé el tobillo, a Valery se le quebró una uña y Emilia tenía el rostro como un tomate por no haberse puesto bloqueador solar. Thomas se nos quedó mirando apenas estuvimos afuera de la oficina de emergencia del campamento y se largó a reír.

—¿De qué te ríes? —gruñó Emilia.

—Mila con un tobillo hinchado, a Valery solo le faltó perder un dedo y tú pareces un maldito tomate.

—¡Ni siquiera te has visto al espejo! —resopló Valery. —¡Si parece que te han metido a la secadora, tienes todo el cabello hecho un lío de rulos!

Él continuó riendo.

Ethan y Bruno salieron de la oficina unos minutos después.

—Sobrevivirá —anunció Ethan.

—Le inyectaron corticoides. Solo nos queda esperar unas horas, seguro tendremos que ir a casa —dijo Bruno. Se sentó en una banca y se quejó del dolor de sus piernas. —Casi pierdo la maldita rodilla por segunda vez.

—¿Te duele?

—Mucho.

—Nunca había sudado tanto en mi vida —resopló Ethan dejándose caer al costado de Bruno. Se olió exageradamente las axilas e hizo un gesto de asco. —¡Y se nota!

—¡Iugh! ¡Ethan! —chillé.

—Desarmemos las carpas, entonces —sonrió Thomas de forma cansada. —Suficiente por este viaje.

—¿Qué mierda te pasó en el pelo? —rio Bruno.

—Estuve a tres segundos de evaporarme, no molestes.

***

En navidad solo vi a Ethan y Bruno.

En año nuevo pudimos vernos en casa de Emilia, pero en enero todos estaban esperando el resultado de las universidades —más que celebrar que pasábamos a un nuevo año— mientras yo buscaba en internet qué podía hacer durante un año que no iría a la universidad.

El grito de Valery llegó a mi teléfono más temprano que tarde. Luego las notificaciones de mi móvil no pararon de sonar por al menos veinte minutos seguidos, era el grupo que teníamos.

Thomas: ¡Quedé en sociología!

Valery: ¡Y yo en diseño de modas!

Renato: ¡Buenísimo! Yo quedé en medicina en la universidad que quería. Se viene duro.

Ethan: Lo único duro que tengo es...

Emilia: Cállate Ethan, concéntrate

Ethan: Ingeniería en sonido ahí te voy. ¡Quedé!