Capitulo 32

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Magnus

Eran ya pasadas de las diez de la noche, y el pequeño Marco había caído rendido, tras una larga espera por Alec. Había prometido volver pronto, pero mando un mensaje excusándose que se habían presentado algunos inconvenientes con las visitas.

Volvería tarde, pero volvería.

Me estire en el sofá, no sabía con certeza a qué hora volvería, pero lo esperaría despierto, además tenía que estudiar un poco de historia.

No se me daba tan mal esa materia, aunque tampoco era excelente. Pero la mayoría de veces, simplemente bastaba con una rápida leída a los apuntes o hacer esquemas. Y estaba listo para el examen. Hoy podría matar el tiempo haciendo algunos esquemas, además le había prometido a Izzy ayudarla con sus estudios, explicándole de una manera más sencilla.


- ¿Magnus? –su voz sonaba un poco lejana. La superficie bajo mi cabeza era un poco dura. Genial me había quedado dormido sobre la mesa, ¿qué hora sería?

- ¿Cuánto dormí? –me estiré sin abrir los ojos.

-Mmmm... son casi las doce.

-Espero que tú hermana haya visto mis mensajes. -Lo mire-. ¿Has cenado algo?

-No, estuvimos arreglando las habitaciones...-suspiro.

-Tengo un poco de lasaña-me pude en pie-. Vamos.

Tome su mano y lo arrastre al pasillo.

- ¿Marco?

-Se quedó dormido, poco después de que te fueras.

-No pretendía tardar demasiado.

-Tranquilo, le prometí que estarías aquí al despertar.

Lo guíe hasta la cocina, haciendo que tomara asiento. Yo me encargaría de calentar la cena.

- ¿Se quedarán mucho tiempo? -encendí el horno.

-Espero que no-bostezo.

- ¿No era tu tío? –metí la lasaña al horno, y me acerqué a la mesa, tomando asiento.

-No. –Hizo una leve mueca-. No tenemos ningún lazo sanguíneo con él. Simplemente es un gran amigo de mis padres, por eso ellos insisten en decir que es nuestro tío.

Lo observe detenidamente, se veía bastante serio.

- ¿Qué más sucedió?

-Nada. -Fijo su vista en la mesa.

-Alexander...

-No ha pasado nada-me miro molesto-, ¿podemos cambiar de tema?

-Está bien, yo solo quiero saber si puedo hacer algo para que estés mejor...

Guardo silencio. ¿Había hecho algo? Me había quedado claro su mala relación con su tío, pero no tenía por qué desquitarse conmigo. Yo solo pretendía ayudarlo.

-Bien-me puse en pie, para revisar la lasaña.

Olía bastante bien, la comida pre-cosida no era tan mala. Pero, quizá debería aprender a cocinar más platillos pronto, no quería tantos condimentos. Eso no hace bien al organismo... ni al cuerpo.

- ¿Quién es Camille Belcourt?

Me gire rápidamente a verlo, ¿habría escuchado bien? -: ¿Dónde escuchaste ese nombre?

Sus ojos azules me miraban de una extraña manera, que no me gustaba para nada.

- ¿Entonces la conoces?

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