Capitulo 48

227 19 6
                                    


Simon

El dolor de cabeza era insoportable, no tenía ni la más remota idea de cómo había llegado a casa, pero me alegraba de encontrarme sano y salvo en mi habitación, y no como la última vez, en el apartamento de otra persona, en el sofá, abrazando al novio de mi mejor amiga. Jace... una vaga imagen de él apareció en mi mente, llevándome casi a rastras hasta su hogar y luego... ¿dormimos separados? Esperaba que sí, pero, ¿en qué momento me había traído a casa? No sabía la respuesta, pero tampoco quería pensar mucho al respecto, el dolor de cabeza estaba matándome.

Con los ojos cerrados de nuevo, busque a tientas en la mesita de noche mi móvil, escuche como un vaso caía al suelo rompiendose, más tarde me encargaría de eso. Trate de mirar la pantalla del celular al tiempo que me tapaba torpemente el sol que se colaba por la ventana, posiblemente eran pasadas de las 2 de la tarde. No podía ver con claridad, creo que tenía algunas notificaciones de mensajes y de llamadas, pero no podía confirmarlo, la luz del móvil era tremendamente molesta.

Frustrado deje el móvil entre las mantas y, volví a acomodarme, ahora solo quería descansar y que todo pasara, me preocuparía por esas cosas cuando la cabeza no estuviera a punto de estallarme. Al cerrar los ojos, sentí como todo continuaba moviéndose... "Maldita sea..."

-¿Simon?-la voz de mi madre se escucho al otro lado de la puerta, no respondí-. ¿Estas despierto? ¿Quieres que traiga algo? -lo mejor era mantenerse callado, se iría pronto y podría continuar durmiendo-. Lo siento, creo que continúa durmiendo...

-Claro, es entendible-esa voz...-, de todas maneras, cuando despierte podría...

Cómo pude lancé todas las mantas poniéndome de pie, caminando torpemente hacía la puerta.

-E-estoy despierto. – Logré decir-. Gracias mamá. Izzy. Pasa.

-Claro, si necesitan algo solo pídanlo, ¿de acuerdo?

-Si, muchas gracias señora -Izzy sonrió ampliamente, para después entrar a mi habitación, ayudándome a llegar a la cama-. Te ves fatal.

Me recosté dando la espalda a la ventana, cerrando de inmediato los ojos. Sentí como del otro lado de la cama, frente a mí, se hundía un poco, luego un cuerpo acomodándose junto a mí.

-Gracias-respondí con un susurro.

-Deje un par de mensajes más temprano y llame a medio día, sabía que no responderías de inmediato, sin embargo, quería saber cómo te encontrabas, o si necesitabas algo.

-Gracias...-volví a responder.

Soltó una leve risa-: ¿Es todo lo que dirás? ¿Gracias? Supongo que está bien-su voz era suave y baja, y yo lo agradecí demasiado-. Traje algunas cosas de la farmacia -escuché un ruido como una bolsa plástica-, conseguí aspirina, suero y algunos dulces. ¿Quieres algo?

-Me ayudaría... mucho la aspirina y el suero.

-De acuerdo, pero necesito que te levantes solo un poco.

Como pude me arrastré lentamente acomodando mi espalda sobre las almohadas, siempre con los ojos cerrados. Mi novia acerco su mano a mi boca con dos aspirinas en ella, las tome con ayuda del suero, esperaba que mi estomago mantuviese todo el contenido en su interior, no quería parecer más patético de lo que me veía hasta ahora.

-Muy bien-dijo mientras me ayudaba a recostarme de nuevo, acomodándose junto a mí.

Se encontraba recostada boca arriba, permitiéndome reposar a su costado con mi cabeza sobre su pecho, al tiempo que acariciaba ligeramente mi cabello con su mano. Era una sensación sumamente agradable. Supongo que después de todo, no sería un mal día.

MÍODonde viven las historias. Descúbrelo ahora