Capítulo 35...

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POV Anastasia




Despierto en una habitación oscura, me duelen los brazos porque estoy atada con unas esposas de metal al techo desde que me trajeron.
Cuando los hombres encapuchados me sacaron de los brazos de Christian me drogaron tapandome la boca y nariz con un pañuelo empapado con algun liquido fuerte que me hizo desmayar. Desperté en esta habitacion por un fuerte golpe en mis piernas, cuando abrí los ojos y vi a Elena allí parada frente a mi, con un cinturón negro de cuero y una sonrisa espeluznante en su rostro, lo supe. Lo vi en sus ojos el día de la conferencia de prensa, ella me odia y esto no es más que una estúpida venganza. Me desnudó con ayuda de tres hombres porque no me podía dominar sola y me ató a una rejilla que hay en el techo. La habitación huele a humedad, es oscura y solo hay un colchón asqueroso en una esquina. No he comido ni bebido nada, siento mi cuerpo cansado y sucio. Nunca habló conmigo, ni una palabra hasta ahora cuando vuelve a entrar.

-Tú, jodida mosca muerta me las pagarás.-

Me dice y me golpea en el culo desnudo tan fuerte que suelto un grito desgarrador. La sangre cae de mis muñecas al hacer fuerza tratando de zafarme de ellas.

Me hormiguea el cuerpo, las lágrimas caen sin descanso. No quiero que me vea débil pero el dolor es más fuerte que yo.

-Suéltame yo no te he echo nada.-

Trato de ser razonable, pero el brillo en sus ojos me dice que no lo hará. Puedo ver la satisfacción en su rostro.

-¿Qué no me has echo nada dices?. ¿Sabes los años que inverti en ese jodido estúpido?. ¿Sabes el tiempo que le dediqué?.-

Me vuelve a golpear en el estómago quitándome todo el aire de los pulmones. Miro hacia donde una marca rosácea se hace presente. Mi respiracion es irregular, las lágrimas no dejan de caer y un odio profundo está creciendo desde lo más profundo de mi.

-Para que de un día para el otro literalmente se olvide de mi y de todo lo que he hecho por él...-

Sigue hablando con tanto odio que eriza cada vello de mi piel. Con cada palabra sé que este es mi fin. No me dejará ir y presiento que nadie sabe donde estoy, nadie podrá salvarme.
Me rodea lentamente arañandome las costillas con sus uñas largas y negras.

-Si tan sólo no te hubieras acercado a él... esto no te estaría pasando. ¡ Esto sí es tu culpa maldita gata!.-

Me grita cerca del oído, cierro los ojos con fuerza tratando de reprimir las lágrimas pero es inútil, caen en cascada por mi rostro sin descanso.

-¡Debiste dejarlo en la calle tirado, debiste alejarte de él cuando supiste que era mío!.-

Se aleja despacio y se agacha a recoger lo que parece una vara de metal. El gris de la vara me recuerda a sus ojos, no quiero verlo no quiero nada que me recuerde a él. Ahora entiendo en donde me he metido, ahora entiendo de lo que es capaz Christian y ahora me doy cuenta que no puedo estar con él. Ella tiene razón... si no lo hubiera ayudado ahora estaría bien, estaría en mi departamento tranquila mirando una pelicula o trabajando. No estaria siendo torturada inhumanamente por esta mujer enferma.
Me golpea en los pechos y el grito que suelto es catártico, duele como el infierno pero más duele la realidad... me enamoré de un enfermo, de un mountruo, de un sádico. Dejo caer mi cabeza rendida, el dolor, el cansancio y la verdad me agotan. Siento un nuevo golpe en la espalda pero ya no duele, mi cuerpo está adormecido.

-El volverá a ser mio...-

Es lo último que escucho antes de caer en la oscuridad...









(....)









Abro los ojos lentamente, ya no estoy atada, estoy en este sucio colchón en un rincón. Muevo mis manos por instinto y toco mi cara, siento mis labios hinchados y al sacar la mano está roja por la sangre, tengo miedo, mucho miedo. Quisiera morirme para que esto termine acá, para poder olvidarme de él y no sufrir por sus jodidas sombras. El dolor en mi pecho se hace presente, me siento como puedo, sigo desnuda.
No se cuanto tiempo ha pasado pero para mi fue una vida, recorro con la vista la habitación buscando algo con lo que taparme pero no hay nada, absolutamente nada.
Pienso en como llegué aquí, en como terminará mi vida, mi dulce Gail, mi Tay Tay, estarán sufriendo por mi desaparición, por mi jodida culpa.
Y Christian... maldita sea la hora en que lo salvé. Maldita sea la hora en que me enamoré de él. Maldita sea la hora en que no puedo sacarlo de mi mente y mucho menos de mi corazón. Me aborrezco por esto, me aborrezco por quererlo todavía. Pero debo olvidarlo, no permitiré que me vuelva a tocar, no puedo permitir que me lastime y estoy absolutamente segura que nunca dejaré que me pegue, si es que salgo con vida de este lugar.
No, debo sacarlo de mi vida y de mi corazón... para siempre.

La puerta se abre abruptamente, Elena entra con sus tacones negros haciendo ruido. Trae un tacho en sus manos y lo vacia en mi de golpe. El agua helada recorre mi cuerpo, mojando el único refugio que tenia.

-Ah ya estabas despierta, lo siento.-

Se burla de mi, su asquerosa sonrisa se amplia como el gato de Alicia en el país de las maravillas. La fulmino con la mirada y tiemblo por el frío que siento.

-No es necesario que continúes con esto Elena. Puedes quedarte con él, porque puedes estar segura que jamás lo quiero volver a ver.-

Le digo tratando de que mi voz salga segura pero la maldita se quiebra en la última frase. Me duele tener que olvidarme de él, pero es lo mejor. No puedo estar con una persona que disfruta lastimando a alguien, antes no sabia hasta donde era capaz de llegar, ahora lo se en carne propia y no puedo permitirlo y tampoco puedo perdonar que por él es que estoy aquí.

-Hay querida, que lastima que no lo hiciste antes, es una pena que ya sea demasiado tarde. ¡Ponte de pie ahora!.-

Me dice con su voz ruda y segura. Trato de hacerlo, enserio lo intento pero mis piernas no responden. Suspira exageradamente y sale por la puerta, vuelve a entrar con un hombre que tiene la cara tapada con un pasamontañas. Tiemblo por el miedo. Se acerca a mi y bruscamente me levanta apoyándome en la pared. Puedo ver sus ojos negros inyectados en lujuria. Pasa lentamente su mano por mi pecho izquierdo y saca su lengua que pasa por mi cuello. Aspira largamente y me suelta, Elena sonrie y se acerca a mi. Me da una bofetada y mi cara se da vuelta por el golpe.

-¿Lo ves?... quieres todo lo que es mio, y no lo permitiré.-

-No se a que te refieres, solo... déjame ir...-

Le suplico en un susurro, no tengo fuerzas. Si tan solo tuviera la fuerza suficiente podría golpearla y correr por la puerta que permanece abierta. Pero no puedo, mi cuerpo está débil por los golpes y la sed.

-¡Eres una puta de mierda!. ¡Esto es tu culpa y solo tuya!.-

Me grita y me vuelve a golpear. No soportaré mucho más. Ella tiene razón, es mi culpa. No tiene sentido tratar de ser razonable con ella, no tiene sentido tratar de que entienda.  Lo siento mamá y papá. Lo siento Taylor y nana... pero no creo sobrevivir a esto. No lo soportaré mucho más. Los amo...

-¡Maldita sea!.-

La escucho decir antes que todo se vuelva negro...






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Tres en tres días... gracias por los votos y comentarios. Espero que les guste como va la historia...

Igual... voten y comenten....

Besitos 😙😙😙

Andy.....





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