Capítulo 12 ...

6K 543 25
                                    







POV Anastasia








Veo las puertas cerrarse. Caigo de rodillas y grito con todas mis fuerzas. Se ha ido, se fue... ¡Maldita sea Ana reacciona! Me pongo de pie y limpio mis ojos, las lágrimas no me dejan ver, corro hacia el ascensor de servicio porque el principal está siendo ocupado por él. Apreto frenéticamente el botón hasta que por fin se abre, entro y veo a Taylor que viene corriendo.

-Se fue. Debo buscarlo.-

Es todo lo que puedo decirle antes de que las puertas se cierren. El ascensor tarda una eternidad pero al fin llego al primer piso. Salgo corriendo por el vestíbulo mirando hacia todos lados pero no está aquí, llego a la vereda y tampoco lo veo. ¡Joder que estúpida soy! ¿Por qué me deje llevar?. Llego a la esquina, a ese callejón dónde lo encontré, pero tampoco está.
La desesperación inunda mi cuerpo y lloro con más fuerza. No puedo perderlo, no después de ese casi beso que nos dimos. Debo admitirlo... éstos pocos días bastaron para que me enamorara perdidamente de él.
Taylor llega a mi en el auto y me hace señas de que suba. Sin pensarlo lo hago en el asiento del copiloto.

-¿Qué pasó pequeña?.-

-Discutimos y él dijo que era lo mejor para los dos que se fuera. Pero no quiero perderlo Tay. ¡Hay que encontrarlo!.-

Puede sentir mi angustia, me conoce como si fuera mi padre.

-Tranquila Ana, lo encontraremos. No debe estar muy lejos.-

Me dice con esa paz que lo caracteriza. Pero no me alcanza a llegar. No voy a estar tranquila hasta que esté a mi lado.

Son las doce treinta, llevamos dos horas recorriendo las calles de Seattle y no lo encontramos por ningún lado.

-Ana, ¿Por qué no volvemos?. Mañana lo podemos seguir buscando.-

-Está bien.-

Respondo ya que no tengo otra opción. No puede haber ido muy lejos pero tampoco tengo una idea de a dónde puede estar.
Llegamos al Escala y me voy a mi habitacion, no quiero hablar con nadie. Me tiro en la cama llorando como una niña pequeña, como cuando perdí a mis padres, como si me estuvieran arrancando el corazón nuevamente. Tendría que haber sido más sincera con él, tendría que haberle dicho que ya lo amo, que quiero ser más que amigos, mucho más...

Despierto y miro el reloj que marca las siete treinta de la mañana, no se en que momento me quede dormida. Me levanto y el vacio en mi pecho se hace presente quitándome la respiración, y en ese momento me doy cuenta que tengo dos opciones: buscarlo hasta que de con él, o quedarme aquí a revolcarme en el dolor que me produce su ausencia. Me decido por la primera opción, asi que me ducho y me cambio rápidamente. Bajo las escaleras y Gail ya está preparando el desayuno.

-Ana, ¿Cómo estas mi niña?. ¿Qué vas a desayunar?.-

Me pregunta angustiada al ver el dolor que debe de reflejar mi cara.

-No tengo hambre. Gracias nana, ¿Taylor dónde está?. Debo salir ahora.-

-Él me dijo que esto iba a pasar, asi que está en el garaje esperándote. -

La abrazo y me dirijo hacia allí. Ellos me conocen mejor que yo misma.
Vamos con Taylor ñ recorriendo las calles otra vez, y veo que será más difícil que ayer. Hay cientos de hombres con trajes como el que él llevaba, pero no me daré por vencida.

Taylor va en silencio a mi lado, solo conduciendo y mirando hacia los lados como lo hago yo. Solo me doy cuenta de la hora cuando empieza a oscurecer.

                       Otras VidasWhere stories live. Discover now