-Ella no se sentía bien... Padre, ¿Tienes alguna recomendación antes de que baje?.-

Nadie dice nada más sobre Ana, sabiamente se dan cuenta que no tengo ánimos de ser comunicativo en este momento. Solo quiero terminar con este circo y enfocarme en ella nuevamente. Pero lamentablemente esto es necesario, tarde o temprano se enterarán que estoy bien y me perseguirán como moscas. Así que terminemos de una vez...
Mi padre me dice que debo mantener la calma en todo momento, que tengo que decirles que perdí la memoria y como la recuperé, sin tantos detalles. Asiento y le agradezco por sus sabias
palabras.

-Contábamos con que almorzaramos juntos en casa, quería que Ana fuera y la conozca...-

Mi madre me dice algo decepcionada. Bueno, no puedo hacer nada al respecto... no por ahora.

-Otro día será mamá.-

Le doy un beso en la frente para aplacar su decepción y nos disponemos a bajar por el ascensor.

-Hijo, ¿Recuerdas a Elena Lincon?. Me ha estado llamando estas últimas semanas. Ha estado muy preocupada por ti y quiere verte.-

Su sola mención hace que me tense de pies a cabeza. Ana tiene razón, ¿Qué chico de quince años tiene la capacidad mental de aceptar entrar en ese mundo tan cruel y con una mujer de la edad de su madre?. Y más si ese chico está tan jodido como lo estaba yo en ese monento. Ella definitivamente me manipuló a su antojo, hizo lo que quiso con mi cuerpo y mi mente, me hizo lo que quiso, me golpeó innumerables veces sin piedad y luego me cojia a su antojo. Si, obviamente me descargué y disfruté cojer con ella. Pero eso no quita el abuso físico y mental. Ahora me doy cuenta de todo.

-Pues yo no quiero verla madre. Ella es tu amiga, no la mía. Así que por favor no la quiero cerca.-

-Lo que tu digas cielo.-

Asiento, las puertas se abren y nos golpea los murmullos de más de cien personas que hablan todas entre sí. Las cámaras, y los periodistas han llenado por completo esta sala. Tomo una respiración profunda y me pongo la máscara de CEO que he perfeccionado con los años. Estos bastardos no podrán conmigo. Camino hacia el atril que ubicaron al frente, mi familia sigue mis pasos y se sitúan cerca de mi.
Tomo otra respiración profunda inflando mi pecho del valor que ciertamente me está fallando.

-Buenos días a todos y gracias por venir. Quiero que sepan como se hará esta conferencia. Les contaré mi verdad primero y luego responderé algunas preguntas.-

Veo a los ojos a algunos periodistas que conozco ya que han sido mi sombra en algunas ocasiones. Tengo que hacer esto. Tranquilo Christian solo imagina que ella esta a tu lado sosteniendo tu mano. Tranquilo...
Me digo a mi mismo, pero es inútil, ella no está aquí.

-Bien, empezaré por el principio. La noche del accidente había bebido más de la cuenta. Ese fue mi error y mi castigo. Cuando desperté en el hospital mi madre estaba a mi lado pero no la reconocí, no reconocia a nadie. Así que decidí huir, estuve deambulando en las calles, pidiendo limosnas para poder comer. No sabia quién era, no tenia a donde ir. Vi a un hombre un día hacer eso y lo copie. Después de casi dos años una mujer se acercó a mi y me daba de comer todas las noches. Es la Nana de la mujer que me sacó de la calle. Ella me alimentó, me cuidó, me abrió las puertas de su casa y me compró ropa sin saber nada de mi...
Y eso fue todo, le debo mi vida a esa mujer, sin ella... yo no estaria vivo.-

Los murmullos se alzan cuando termino de hablar. No les daré detalles, no les diré quién es. Ella no me dió su total consentimiento y después de lo de anoche no pienso volver a cagarla.
Los periodistas se pisan entre sí tratando de que conteste sus estúpidas preguntas. Solo escucho algunas que no se si reír o bajarle los dientes por estupidos.

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