Era capaz de sentir la perdida que él sentía por su hermana.

>>Él no sólo acabó con mi padre... se llevó a mi hermana sin importarle nada. ¿Qué crees qué pensé cuando Alison me dijo que estabas en esa maldita casa junto a él?

Los dedos de Dash queman contra la piel de mi cadera. Me siento incomoda al sentir su mirada esperando respuesta de mi parte y, por primera vez, no sabía qué decirle al moreno.

Podía entender lo que quería decirme, sin embargo, él también tenía que aprender a entenderme.

No siempre iba a esconderme detrás de él cuando los problemas estén sobre nosotros. No podía dejarlo que me proteja de todo.

Sin siquiera pensarlo, dejo que mis labios se cierren sobre los suyos. Dash no duda en responder a mi beso y, cuando lo hace, se levanta, obligándome a enrollar mis piernas en su cintura. Sus labios se clavan en mi labio inferior, haciendo que un gemido se escape de mis labios.

—Alison y Elton están abajo —murmuro, entre besos. El moreno ignora cada una de mis palabras, colocándome sobre mis pies para únicamente ayudarme a deshacer de mis pantalones.

Sus manos son torpes, mucho más de lo debido y, aun cuando no intenta tocarme con su mano lastimada, gran parte de mis piernas terminan cubiertas con el líquido carmesí escapando de la misma. Sin cuidado alguno, vuelve a levarme luego de que se deshace del botón de sus pantalones.

Sus labios se cierran sobre los míos y no puedo evitar soltar un quejido cuando sus dedos se encargan de colocar a un lado mis bragas. Una leve mordida es dejada en mi labio inferior antes de que Dash diga—: Se silenciosa, Holly.

Mi boca se abre y Dash no duda en bajar una de mis piernas para colocar su mano sobre mis labios cuando entra de golpe en mí. La sensación de estiramiento me golpea con fuerza y un leve lloriqueo abandona mí garganta.

Dash golpea mi trasero y, con lentitud, retira la mano que cubre mis labios. Mis ojos se cierran y lo único que soy capaz de hacer es tirar la cabeza hacia atrás cuando el tatuado se presiona en mi interior.

—No volverás a salir de casa sin decirme a dónde irás, antes, ¿entiendes? —Una de sus manos tira de mi cabello, sin llegar a lastimarme, obligándome a observarlo a los ojos—. Responde, Holly.

No lo haré...

Él suelta una maldición e, ignorando su mano lastimada, me toma por el trasero, presionándose tan dentro de mí que mi respiración empieza a fallar. Su cadera se mueve con lentitud y, en un beso suave, me indica que no iba a parar hasta que aceptara su orden.

Algo que no estaba dispuesta a hacer.

La lenta carrera que él inicia en mi contra, hace que cada uno de los músculos de mi vientre se tense. Mis uñas terminan clavándose en sus hombros y, cuando pienso que no podré mantenerme de pie, él me levanta del suelo, haciendo que el ángulo de su penetración sea aún más profundo.

—D-Dash...

—Mantente callada, Holly —gruñe, aumentando la velocidad de sus embestidas. Un largo gemido me abandona y mi espalda se arquea cuando en un dos por tres termino corriéndome alrededor de Dash.

El moreno gime, abrazándome con fuerza y se las arregla para aumentar su velocidad. Siento mi cuerpo pesado y cada parte sensible en mi cuerpo reacciona ante el simple roce contra la piel de Dash. Duros dedos se presionan en la piel de mi cadera y un largo siseo abandona al tatuado cuando se corre en mi interior.

Sé que no usamos condón, sin embargo, no me molestaba. Tal vez, si Dios así lo quería, quedaría embarazada y, al final de cuentas, podríamos ser felices.

BAD GUYS I: AGGRESSIVE © |EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora