Noches de Bohemia.

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Aylin, destrozada y confusa asintió en silencio.
-No volveré más si es lo que quieres, pero no me pidas que te olvide porque sabes que no podré.
-Hasta nunca.- mustió él.
Una leve sonrisa se dibujó en el crispado rostro de la joven. Ésta, de giró para marcharse, pero indecisa se giró de nuevo y lo besó una vez más.
-Hasta nunca. -le susurró mientras sus manos caían sobre el rostro de James. Intentó alargar aquel roce todo lo que pudo, pero al final, se acabó rápido. Y antes de romper a llorar salió corriendo hacia el interior del castillo.

James la vio marchar, y también vio como algo dentro de él partía de ella. No sabía cómo ni por qué pero la iba a echar más de menos de lo que jamás hubiera pensado. Le corroía el odio a sí mismo. Sabía que ella no lo había entendido, pero era lo mejor.

Ambas jóvenes regresaron a su castillo en menos de una hora, prepararon sus cosas y durmieron. A la mañana siguiente, se despidieron del servicio y partieron de nuevo hacia Nairn.
Aylin sentía un extraño vacío, era horrible echar de menos a alguien a quien nunca había tenido.
Pese a su lucha interna, el recuerdo del beso seguía volviendo, como la marea. Era un oleaje confuso, lleno de esperanza, que cuando azotaba su recuerdo lo avivaba pero cuando lo deja la destrozaba.

Las sombras del camino le recordaron al joven escocés, y a aquel paseo a caballo. Todo en aquella tierra parecía recordarle a él, sus colores, sus aromas, sus sonidos y sus siluetas.

Nuestra joven aventurera aún no sabía lo que se avecinaba....

*****
(Aylin)

Estuve pensando en él la mayoría del trayecto.
Lo difícil atrae y lo imposible obsesiona .
Jamás se había identificado tanto con una frase.
Las frases de James una a una fueron haciendo mella, y acabó entrando en razón.  No podía acabar bien, pero seguía teniendo aquella pequeña duda de que : y si lo hacía ?
Quería haberlo intentado pero no me había otorgado la oportunidad.

Así pues comenzó el falso y doloroso proceso de olvidar a James, tal y como le había prometido. Sabía que si lo veía todo se iría al traste pero aun así, tras volver y ser tan bien recibida por mi familia regresé a ciertos puntos donde le había visto antes, esperando encontrarle.
Había desaparecido desde aquella noche. Dane nos había escrito agradeciendo nuestra presencia en su cena, y yo le había preguntado por James. Su respuesta fue la siguiente " desconozco su paradero o intenciones pero pronto volverá de eso estoy seguro"

La pregunta era si debía volver o no.

****

Los días se sucedieron uno tras otro, volví a mi pequeña rutina. Robert enviaba cartas a alguien, sin que nadie nos diesemos cuenta, o al menos eso pensaba él. Tanto yo como mi tío eramos conscientes de su sospechoso estado emocional y de su constante corrspondencia.

Una tranquila tarde de aquella semana mi tio me llamó mandar. Esto comenzaba a convertirse en una temida tradición.

- Hola, Aylin, pasa cariño.- me dijo él, sentado tras su escritorio, como siempre. El halcón de mi padre jugueteaba con sus plumas mientras estas caían sobre el escritorio. Al notar mi presencia, el animal se giró a mirarme y emitió un pequeño saludo, tras batear sus alas y posarse en el brazo del sillón en el que yo disponía a sentarme. Acaricié su pequeño cuello mientras mi tío se disponía a narrar lo sieguiente:

- Ayla, mañana vendrá el vizconde de Kent, bueno, en realidad su hijo; Charles. Viene por motivos políticos pero está interesado en otra cosa... - dijo, intentando encontrar las palabras.- en tí.

Highlands ( #PGP2020)Where stories live. Discover now