Capítulo 26

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—¿Te gusta?— digo sosteniendo un vestido negro en mis manos.

—¿Un poco oscuro no crees?— dice Alex acostado en mi cama.

—Pero es muy elegante, creo que es perfecto— digo convencida.

—Pues si te gusta entonces genial— vuelve a decir él.

—No. Es que.. No sé— digo indecisa—. ¿Este mejor?— digo sosteniendo ahora uno rojo. Alex pone los ojos en blanco y me río—. ¡Lo siento pero es que no sé qué hacer!

—Vas a estar preciosa con todos, ¿lo sabes no?— me acerco a la cama y me tumbo a su lado. Le miro a los ojos y le acaricio la mejilla con la yema de mi dedo. Nuestros rostros se acercan hasta quedar casi pegados. Su respiración se vuelve agitada y le doy un beso.
Coge mi cintura y me pone encima suya mientras mueve mis caderas contra él.
Ahoga un grito y yo me estremezco.

—Eres tan sexy..— susurra en mi oreja.
Yo jadeo y le beso de nuevo.

—Tengo que decirte una cosa..— empiezo y Alex asiente.

—Dime.

Ich habe mich in dich verliebt— digo y él sonríe.

—Espero que me lo digas en español para saber si irme o quedarme aquí contigo.

—Quédate, siempre quédate— susurro y me agarra la cara con las manos.

—¿Qué has hecho conmigo Lynn? Nunca en mi vida había sentido amor por nadie, y llegas tú y..

—¿Y qué?— dice con curiosidad.

—Y cambias mi vida por completo— yo le beso y hago que giremos en la cama colocándose él encima mía—. Ahora, dime que me has dicho antes.

—Estoy enamorada de ti.

—¿Qué?— dice sorprendido sentándose en la cama. Yo mientras tumbada decido levantarme para verle mejor y me siento a su lado.

—Que estoy enamorada de ti— vuelvo a decir esta vez más bajito.

—¿Tú? ¿Enamorada?.. ¿De mi?— dice sorprendido. Yo avergonzada miro hacia abajo buscando como poder salir de esta situación—. Eh, no te pongas así— dice cogiéndome de la mano—. Mírame— yo lo hago y él me sonríe—. Yo también estoy enamorado de ti.

—¿Cuál es el problema entonces?— pregunto con miedo.

—Ninguno Lynn.. Es solo que nunca me habría esperado que me lo dijeras.. Eres tan tuya, que no sabía si algún día serías mía.

Cierro los ojos y suspiro. Tiene razón.

—Pero me encanta, es perfecto que sientas esto de veras.. Te quiero tanto Lynn.. Tanto.

—Yo tampoco lo habría pensado hace un año, pero sí, me gustas.. Al fin he podido abrir un poco mi corazón.

—¡Y eso es genial! Cada día estás mejorando, poco a poco vas a conseguir dejar atrás toda la mierda que llevas encima.

—Tú deberías hacerlo también— le digo a Alex que me mira de pronto como asustado.

—¿Qué? ¿Yo?— dice preocupado.

—Sí, no me lo has dicho pero sé que algo en el pasado te costó o te hizo daño. Se te nota o es que yo lo noto. He vivido mucho tiempo así, sé ver el dolor en las personas.

—No.. Yo.. Estoy bien— dice tartamudeando y yo lo miro extrañada.

—¿Seguro? ¿Te pasa algo? Estas..— digo acercándome a él.

—No es nada.. Lynn debería irme, ¿mañana nos vemos vale?

—Está bien— digo no muy convencida.
Abro la puerta y después de darme un beso se va andando hacia su casa.

Alex.

De camino a casa voy pensando cómo decirle a Lynn todo lo ocurrido con Emily. Tendría que decirle toda la verdad, que no ha sido la única chica con la que lo he hecho y mucho menos la primera. Tendré que contarle que fui un estúpido por no tener cabeza y que dejé embarazada a una chica. No volverá a confiar en mí y tendrá miedo de que se lo haga.
Si se lo cuento lo va a pasar mal pero si se entera por alguien.. Va a ser aún peor.
Cojo el coche y me dirijo al sitio donde voy cada vez que quiero pensar, la carretera. Aparco el coche a mi izquierda, en un rellano de tierra y me siento en la carretera mirando hacia adelante.

—Lynn no se merece esto— susurro mientras suspiro.

Me da miedo hacerle daño, me da miedo influir en su mejora, va tan bien, lo está haciendo tan bien y la quiero tanto que por nada del mundo quiero hacerle daño, pero, tengo que decirle la verdad antes de que otro lo haga por mí.
Después de dos horas pensando y pensando, me meto en el coche y voy a casa, mañana va a ser un día muy largo.

Lynn.

Suena el despertador y maldigo el momento en el que alguien creó este aparato tan horrible. De mala leche lo aparto y lo tiro al suelo. Anne, que lo escucha sube corriendo.

—Cariño, ¿estás bien?— pregunta preocupada.

—Sí, es solo que no quiero levantarme. Quiero seguir durmiendo y no hacer nada en todo el día.

—Ya.. Pero tienes que ir, es una gran oportunidad la tuya, no puedes desperdiciarla.

—Lo sé— digo levantándome—. Hoy preparo el desayuno yo.

Bajo a la cocina y preparo dos tostadas para cada una. Me visto y me siento a desayunar.

—Tengo el presentimiento de que hoy va a pasar algo— le confieso a Anne que me mira extrañada.

—¿Malo o bueno?

—Malo.. Alex está muy raro.. O sea no, pero tiene algo en su interior que no quiere contar.

—Intenta hablarlo con él.

—Ayer lo intenté pero ya te digo, está muy raro. De pronto le saqué el tema y me dijo que se tenía que ir. Ya no he vuelto a saber nada más.

—No sé mi niña, habla ahora con él y pregúntale a ver si hoy tiene ganas de hablar...

Llego a la universidad y voy directa a la taquilla a dejar los libros que no necesito. En el camino me encuentro a Emily que pasa por mi lado pero no me dice nada. ¡Por fin! Estaba volviéndose un poco pesada.
Entro a la primera clase y espero a que pase la hora y media..

Alex.

Cuando llego a la universidad veo a Lynn a lo lejos. Está guardando sus libros en el casillero. Me voy a dirigir hacia ella cuando de repente aparece Emily en el pasillo y pasa por su lado. Me pongo tenso y rezo para que siga adelante. Lo hace y, me ve.
La veo dirigiéndose hacia mí y no puedo hacer nada, así que espero a que llegue.

—¿Se lo has contado ya?— dice mirándome de arriba a abajo.

—No— digo cortante.

—Yo que tú no esperaría mucho.. ¿No quieres que se entere por otra persona verdad?

—Emily— digo entredientes—. Ni se te ocurra hacer eso.

—¿Por qué? ¿Le voy a hacer daño? ¿Va a ir llorando a su casa?— me quedo callado y cierro los puños.

—¡Cómo seas capaz de..!— digo y Álvaro aparece detrás mía.

—¿Qué pasa aquí?— pregunta mirando a Emily con cara de asco.

—Que tú amiguito tiene que contarle algo a Lynn— dice Emily riéndose.

—¿Qué es lo que me tienes que contar Alex?— dice la voz de Lynn por mi espalda. Mierda. Yo me giro y veo su rostro preocupado.

—Luego hablamos en casa ¿vale?

—No hombre, cuéntaselo ahora— dice la zorra de Emily.

—Vámonos— dice Álvaro agarrando a Lynn y llevándosela fuera.

—¿Y tú querías estar conmigo? Muy loco tendría que estar para cometer ese error— digo mientras la dejo en el pasillo.

Mi nombre es LynnWhere stories live. Discover now