Mi nombre es Lynn

Capítulo 23

A las 05:15 de la mañana llegamos al aeropuerto. Entregamos nuestros papeles y preparamos las maletas. Escribimos en un papel nuestros datos y las guardan.
Buscamos un sitio en el que desayunar algo y nos sentamos en uno cerca.

—Un sandwich de jamón y queso— le digo a la chica del mostrador.

—Yo quiero un café con leche y un bocadillo de jamón serrano— dice Anne sacando el monedero.

—Un donut y un batido de fresa por favor— dice Alex y la chica asiente.

—7,90€ por favor— Anne le paga con un billete de diez euros y no nos da tiempo a quejarnos.

—En Alemania invito yo— le digo a Anne y ella se ríe. Nos sentamos en una mesa y nos ponemos a desayunar.

—¿Estáis nerviosas?— nos pregunta Alex a Anne y a mi.

—Yo sí— dice Anne—. Hace años que no me monto en ningún avión.. Y no es algo que me encante.

—Yo la verdad es que no lo estoy..— digo sinceramente—. Me gusta montar en avión, o por lo menos, me gustaba.

—¿Cuándo montaste por última vez?

—Cuando me vine de Alemania aquí a España, era muy pequeña. Vine con Mallory y Varick. No podían permitirse pagar la casa que tenían allí..

—¿Y Anne si no eres Alemana..?— pregunta Alex dudoso.

—Soy inglesa— dice sonriéndo—. Pero con 32 años me vine a España con mi marido.

—Ah, vale— dice asintiendo—. Y Lynn, ¿sabes alemán?

—Sí, sé un poco.. Lo que me dio tiempo a aprender.

—¿Algún día podrías decirme algo no?

—Algún día te lo diré..

A las 07:00 nos levantamos de la mesa y nos dirigimos a la puerta de embarque de nuestro avión. Mientras esperamos, nos sentamos en unos asientos.

—Te voy a echar de menos— dice Alex susurrándome en el oído.

—Yo también te voy a echar de menos— le miro y pego mi cara a la suya.
Apoyo mi cabeza en su hombro y esperamos a que sea la hora.

A las 07:23 suena una voz por un megáfono. Ya tenemos que embarcar. Anne se despide de Alex y se dan un abrazo.

—Cuídate hijo, ten cuidado y pórtate bien— dice Anne como si fuera su madre. Alex se acerca a mí y me agarra la cara con las manos.

—Te quiero— dice y me besa. Baja las manos a mi culo y de un impulso me coje. Entrelazo las piernas en su espalda y le beso la frente.

—Te quiero— digo y besándole de nuevo me suelta en el suelo. Vamos a la puerta de embarque y a lo lejos nos despedimos de él con la mano.

Ya montadas en nuestros asientos, miro por la ventana y me preparo para lo que viene, Alemania.
Después de casi 5 horas, llegamos a Hamburgo.
Anne se ha quedado dormida y le doy suaves toquecitos en el hombro.

—¡Ya hemos llegado!— grito emocionada dando palmaditas. Anne sonríe y salimos del avión.

A las 13:00 aproximadamente de la mañana llegamos al hotel donde nos vamos a alojar.
Colocamos nuestras cosas en el armario y salimos a ver la ciudad.

Los 11 días que pasamos viendo Hamburgo fueron íncreibles.
Primero visitamos la plaza Rathausplatz donde se encuentra el ayuntamiento llamado Rathaus.