Capítulo 10

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Como dijo, Alex se puso a cocinar y yo mientras le observaba patidifusa. Se había quitado la camiseta y se podía ver su espalda perfectamente. Los pantalones caídos dejaban ver sus calzoncillos y me estaba entrando calor.

-¿Qué me vas a preparar?- digo relamiéndome la boca con la lengua.

-Sorpresa. ¿Tienes mucha hambre?- pregunta y yo alzo los hombros.

-No sé, tengo hambre pero no sé si mucha.

-Bueno, yo te hago un plato grande y tú ya comes lo que quieras. Aunque, te aseguro que de lo bueno que va a estar te lo vas a comer entero- yo me río y me recuesto en el sofá para seguir observandole.

Paseo los ojos por los cuadros del salón. En la mayoría sale él de pequeño, a veces con su madre, a veces con su padre o a veces solo.
Paso la mirada por el pasillo y aún hay más fotos. Me llama la atención una en especial. Es él y otra chica.

-¿Te gustan las fotos?- dice y me sobresalto. No me he dado cuenta de que estaba allí observándome.

-Si, si me gustan- digo sonriendo timidamente.

-Cuando nos hagamos una, te pondré a ti también- dice y se va a la cocina de nuevo.

Nos sentamos en la mesa a cenar. Ha preparado solomillo de ternera con salsa roquefort. Por raro que parezca nunca en mi vida lo he probado.

-¿Te gusta?- me pregunta cuando ve que lo observo con detenimiento.

-No lo sé. Ahora cuando lo pruebe te digo.

-¿No lo has comido nunca?- dice sorprendido, yo niego-. ¿Nunca?

-Nunca- respondo y clavo el cuchillo en el trozo de carne. Me lo llevo a la boca y abro bien los ojos-. ¡Está riquísimo!

Alex me mira con una gran sonrisa y se lleva un trozo a la boca.

-Te lo haré todos los días que me pidas- le miro y como si el reloj se parara nos quedamos un rato mirándonos el uno al otro.

-Vamos a conocernos mejor, ¿te parece?

-¿Cómo?- pregunto algo nerviosa.

-Te voy a preguntar cosas básicas, a ver si nos parecemos un poco en algo.

-Vale, está bien.

-¿Prefieres el té o el café?- me río ante su pregunta y él me mira extrañado.

-Pensaba que me ibas a preguntar cualquier otra cosa.

-Te he dicho que eran cosas básicas.

-Prefiero el café, ¿y tú?

-El té.. ¿Playa o piscina?

-Piscina, es mucho mejor- contesto yo y él levanta una ceja.

-Playa, obviamente elijo playa. ¿Color favorito?

-Negro o rojo.

-Azul, no damos ni una- dice riéndose y se le marcan los hoyuelos que tanto me gustan-. ¿Frío o calor?

-Frío- contesto y se tapa las manos con la cara-. A que lo adivino.. ¿Calor?- él asiente con la cabeza y se empieza a reír.

-¿Dulce o salado? Por favor esta tenemos que hacerla igual- dice suplicando.

-Salado- digo cerrando los ojos esperando su respuesta. Se queda callado y finalmente dice:

-Dulce. Bueno, si lo miramos por el lado positivo mejor si no coincidimos en algunas cosas, más para mi y más para ti.

-Si pero en otras es necesario coincidir.

-Ya.. Tienes razón- dice y me mira fijamente. Yo le miro, le sonrío pero no me devuelve una sonrisa. Paso la mano por delante de su cara y al fin se mueve.

-¿En que piensas?

-En ti.. ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Si, claro, dime.

-¿A qué le temes?- me pregunta y me quedo en blanco. Después de todo lo que he vivido pocas cosas me asustan, pero, me decanto por una.

-A conocerte demasiado- digo sinceramente y me miro las manos-. ¿Y tú?

-A perderte- tras esto, se levanta de la mesa y se dirige a su habitación.

Me quedo en shock sentada en la mesa de la cocina. No se si permanecer aquí y esperar o levantarme de golpe e ir en busca suya. Confusa me pongo las manos en la cabeza y suspiro. Adelante Lynn. Me levanto de la silla decidida y voy a su habitación.
Antes de entrar pego en la puerta con los nudillos pero no me responde. Giro el pomo y entro sin volver a preguntar.
Veo a Alex tumbado en la cama con la cabeza boca abajo en la almohada.

-¿Te encuentras bien?- pregunto acercándome más a la cama.

-Si- responde a través de la almohada y yo tengo que acercarme para oírle.

-Dímelo otra vez, no te escucho- le digo y vuelve a decir "si"-. A ver, ahora más alto- me burlo de él y se da cuenta. Se da la vuelta y me mira.

-¿Te estas cachondeando de mi?- pregunta levantando las cejas.

-Quizás un poco- digo y me río. Con mi mano le quito los pelos de la cara y se los echo hacia atrás.

-Anda ven- dice haciéndome un hueco a su lado-. Hazme cosquillitas en la espalda- se vuelve a girar y yo coloco mis dedos en su espalda para empezar.

Suavemente paseo la yema de mis dedos por toda la piel y se le eriza el bello. Subo despacio y luego bajo, haciendo un recorrido perfecto. Desde las orejas hasta la cintura. Alex se revuelve un poco cuando le hago cosquillas de más pero se mantiene en su sitio y en silencio.

-Lynn, ¿sabes lo que es el vértigo?

-Sí, la sensación de movimiento en algo o en nosotros mismos.

-El verdadero vértigo es verte caminar por mi espalda y no saber si caerás en picado sobre mi boca- al oír esto, me acerco a su cara.

-No sé si caeré, ¿tú que crees?

-Quiero pensar que sí- dice.

Le agarro la cara con las manos y lo acerco más a mi. Nuestros labios quedan tan cerca que se pueden rozar sin darnos cuenta. Mirándonos a los ojos, la acerco totalmente y cerrandolos le doy el mejor beso que he dado nunca. Cuando terminamos de besarnos, me agarra la cara, al igual que lo he hecho yo y me da un beso en la frente.

-¿Sabes lo que significa?- pregunta y yo niego con la cabeza-. Significa protección. La persona que te lo da quiere que estés bien en todo momento y nunca te abandonará- le miro a los ojos, me levanto de la cama y salgo por la puerta de su cuarto para dirigirme al baño.

Pasé por delante del espejo pero ya no me miré, solo tenia ojos para él.

Cierro la puerta del baño con pestillo y me siento en el suelo a llorar.

Mi nombre es LynnWhere stories live. Discover now