Capítulo 14

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El segundo día para mí en la universidad no cambió mucho, solo en una cosa, los besos con Alex no estaban por ninguna parte. Le vi, pero no me sonreía aunque sí me miraba. El deseo era notable pero el control estaba presente. Alexia me ayudó como me dijo y las clases fueron muy pero que muy dinámicas.
Ahora estoy sentada en las escaleras de la entrada esperando a Hayden.
Miro el reloj varias veces mientras la gente baja por mis dos lados.
De pronto Alex pasa por mi lado izquierdo, me mira pero sigue bajando. A una parte de mi le habría encantado que se hubiera sentado a mi lado y me hubiera sonreído como hace siempre. Pero la otra parte sigue teniendo miedo mucho miedo a volver a pasarlo mal.
Me levanto cansada de esperar y me dirijo a casa. Por el camino noto los pasos de alguien muy cerca de mi, pero no me giro. Miro discretamente a mis dos lados pero nada, no hay nadie. Sigo caminando cada vez más rápido para intentar llegar a casa lo antes posible.

-Lynn espera- dice una voz por detrás de mi. Es Alex. Yo me giro y me paro en seco. El corazón se acelera y tengo la respiración más rápida-. Por favor, vamos a intentarlo, prometo hacerte feliz.

-¿Intentarlo?- pregunto con el corazón en la boca. Él asiente y me mira con los ojos cansados-. No Alex, no es una buena idea.

-¡Pero si es la mejor idea del mundo! Tu, yo, juntos, tú siendo feliz y yo siéndolo también.. ¿Qué puede salir mal?

-Que esa felicidad se convierta en dolor o ira. 

-¿No me quieres Lynn?- dice mirándome a los ojos. Se acerca y yo retrocedo.

-No.. No lo sé- él aliviado porque mi respuesta no es no, respira y sigue mirándome.

-Yo a ti si, joder, te quiero y no pararé de decírtelo si tú me dejas- me quedo boquiabierta y sin saber que decir. El chico, mi chico, me acaba de decir que me quiere. Me acerco lentamente a él y cuando no podemos estar más cerca el uno del otro entrelazamos nuestras manos.

-Siempre estoy cruzando los dedos para cruzarme contigo- dice Alex emocionado.

-Yo siempre te busco para poder encontrarte- declaro y Alex me acaricia las mejillas con los dedos.

-Eres increíble Lynn aunque estés loca.

-Pero estoy loca por ti- Alex me coge en brazos y corriendo me lleva a casa.
Abro la puerta con torpeza y nuestros cuerpos chochan por todas las paredes de la casa. Alex me sube escaleras arriba para llegar a mi habitación. Cuando llegamos a la puerta solo basta con cerrar el pestillo y ya está todo hecho. El placer y el deseo están aquí. 
Con mi espalda apoyada en el armario, Alex me agarra una de las manos y me la sube por encima de la cabeza, después hace lo mismo con la otra.
Nuestras caras están tan cerca que le oigo respirar, y noto que le cuesta, está jadeando.

-¿Quieres?- pregunta y yo asiento sin pensármelo dos veces.

-¿Y tú?

-No estoy seguro- dice burlándose de mi y yo como acto reflejo le doy un puñetazo en el brazo-. Yo también te quiero.

Me levanta la camiseta y deja mi sujetador a la vista. Llevo un bonito conjunto de encaje negro. Me ruborizo al ver que me está mirando y le tapo los ojos con las manos. Me acerco, pego su boca a la mía y le beso haciendo que caigamos en la cama.
Le quito la camiseta con destreza dejando su perfecto abdomen marcado. Acaricio con las yemas de mis dedos todas sus curvas hasta pararme justo encima de la pelvis. Con un giro inesperado se pone encima mía y sigue besándome. Yo entrelazo mis piernas en su espalda y con las uñas se la araño despacio. Baja su boca a mi cuello y se detiene para volverme loca. Me retuerzo y gimo ante la calidez y felicidad que recorre por mi cuerpo. Baja poco a poco por mis pechos besando cada parte de mi cuerpo hasta quedarse arriba de mis pantalones.
Con una mano me desabrocha el pantalón y yo me lo quito con destreza. Hacemos lo mismo con los suyos y ahora estamos totalmente en ropa interior. Pasa su mano por mis muslos acariciándome y haciendo que se me pongan los pelos de punta.
Se da la vuelta y me pone a mí ahora encima suya teniendo todo el control.
Apoyo todo mi cuerpo encima del suyo y puedo sentir las ganas que me tiene.

-¿Lo has hecho alguna vez?- yo asiento y él parece preocupado.

-¿Tú no?- pregunto intrigada. Él avergonzado niega con la cabeza. Abro los ojos como platos y él me mira molesto.

-Es que me parece extraño que un chico tan atractivo como tú nunca lo haya hecho con nadie..

-Es que nadie era como tú. Nadie me ha dado lo que necesito para dar toda mi confianza, hasta que has aparecido.

-¿Qué he hecho?- digo ruborizada.

-Cambiarme la vida, y te doy las gracias- le doy un beso y acaricio todo su brazo con la punta de mis dedos.

Él me acaricia la espalda y aprovecha para quitarme el sujetador. Lo desabrocha sin problemas y yo, le guiño el ojo. Para ayudarle, bajo mi mano y le quito los calzoncillos que pasan a estar en el suelo tirados.

-En la mochila tengo un condón- dice Alex ruborizado. Yo me río y me levanto a por el.

Se lo coloco y me bajo las bragas consiguiendo estar totalmente desnuda. Alex me mira con los ojos bien abiertos y me sonríe.

-Te tengo ganas- dice acercándome a él. Yo me siento sobre su regazo y inspiro profundamente.

-No hay más tiempo que perder- me levanto un poco, se la agarro y despacio la voy metiendo hasta que queda completamente dentro. La boca de Alex se abre y suelta un gemido que me pone los pelos de punta. Con breves movimientos subo y bajo y Alex cierra los ojos lentamente. Con la mano derecha le agarro la suya y con la izquierda le acaricio el pelo. Él tiene apoyada la mano derecha en mi culo.
Con todo el cariño y el amor del mundo lo hacemos, y lo hacemos de una manera especial, más bonita, más romántica.

Lynn se vistió a toda prisa pero era tarde, su corazón se quedaba en aquella cama.

-Deberías irte- digo sin más apoyando mi mano en la cadera. Él me mira fijamente y se levanta. Se coloca la ropa hábilmente y sin decir ni una palabra sale por la puerta.

¡Gilipollas! dice mi subconsciente en el momento en que la puerta se cierra de golpe.

Mi nombre es LynnWhere stories live. Discover now